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Conciertos

[Live Review] Stratovarius: Una noche de emociones

 

27 de noviembre 2019 – Teatro Caupolicán

Nota: Dianne Salinas – Fotos: Cristian Carrasco

 

Los finlandeses se demoraron 6 años en volver a este país que siempre les entrega amor cada vez que pisan un escenario en nuestro territorio, y esta noche no fue la excepción.

Mitad de semana y las puertas del Teatro Caupolicán se habían anunciado para abrir a las 18:30, y aunque aún faltaban 2 horas para el comienzo del espectáculo, de a poco las poleras negras comienzan a deambular por el sector de San Diego.

Ya pasado este tiempo y faltando poco para el comienzo del evento, dentro del recinto podemos contemplar el alrededor de 3500 almas instaladas esperando con ansias una función de aquellas que solo Timo y compañía nos pueden entregar.

A minutos de que la agrupación haga su entrada, la situación del país no deja de estar latente en el teatro y casi como teloneo, la gente comienza a saltar y vocear los cantos de las manifestaciones que ya todos nos sabemos y apoyamos. Tras esto, se apagan las luces, ha llegado la hora.

Al son de música empaquetada, Rolf Pilve es el primero que aparece y automáticamente los aplausos y gritos de emoción se hacen notar, más atrás le siguen Matias Kupiainen, Lauri Porra, y el gran Jens Johansson. Luego de esta “intro” nuestro Timo Kotipelto hace su entrada triunfal de la mano de Corazón de águila, “Eagleheart”, un gran tema del disco Elements 1 para prender al público de manera inmediata que comienza a entonar los coros casi como himno.

El siguiente corte suena y es una de las tantas canciones que nos llega al alma, sobre todo en estos tiempos de crisis que nos tienen más unidos que nunca. La emoción se plasma en un público que con fuerza grita “Like the Phoenix i rice…”, tema del disco Infinite que nos lleva directo a los clásicos.

Mientras Timo canta e interactúa con sus compañeros de escenario, el público lo sigue con entusiasmo saltando y aplaudiendo. Por unos momentos Jens y su teclado suenan de fondo y Timo aprovecha de saludar alegremente durante unos minutos a su querido público demostrando estar feliz de ver un teatro llenísimo y desbordando tanta energía al son de cada tema.

El próximo corte del set list es de su último álbum, “Oblivion”, y aunque la gente los disfruta, notoriamente se deja ver que no es uno de los clásicos de Stratovarius, pero esto pasa rápidamente con el tema a continuación. “Shine In The Dark” arranca poniendo a los oyentes nuevamente a tono, y con las manos del público en alto, este corte del disco Eternal es una pieza primordial durante la jornada.

Es agradable y satisfactorio ver el desplante de la banda en este escenario, están cómodos, esto se refleja en su interacción mientras cada uno cumple su rol detrás de cada instrumento, que al mismo tiempo crea una conexión única que nos deja con la boca abierta por cada sonido que emiten.

Para continuar esta jornada “S.O.S” se une a la lista, y como es de esperar la asistencia se hace notar, los saltos no se dejan esperar y las guitarras rítmicas se mueven en un conjunto perfecto de teclados, baterías y con la voz de Timo en frente. Con un interludio donde el público sigue aplaudiendo y vitoreando los coros, se nota el compromiso que existe con los finlandeses, por unos momentos los protagonistas de este show fuimos nosotros.

Timo muestra su sorpresa y al verse tan querido nos anuncia un regalo, la batería empieza el sonido con un solo al que luego se le unen las cuerdas cargadas de riff y el próximo clásico que rompe con fuerza es “Paradise”, la euforia inunda el lugar para incluso crear un pequeño mosh en la cancha, claramente estábamos contentos. Kotipelto, que está más que agradecido con nosotros, se acerca a la gente tratando de chocar puños y con una reverencia hacia nosotros muestra su nivel de gratificación. Totalmente entregado.

Continua la noche y llega el momento de presentar a sus compañeros de banda, es aquí cuando siguen las sorpresas. Un gran solo de guitarra para Matias Kupiainen trae consigo otra joya para una audiencia más que contenta y “4000 Rainy Nights” empieza a sonar, una balada del álbum “Destiny” que crea una cercanía aun más fuerte con los integrantes. 

Pero se nos viene otra sorpresa y es cuando pasa al centro del escenario Lauri Porra, el bajo empieza de manera lenta para comenzar un solo que nos tiene intrigados. Y es aquí uno de los regalos más bellos de la jornada, un ritmo que se nos hace conocido a todos y que nos deja impactados, el conjunto de acordes que empezamos a escuchar es el distintivo sonido de la cueca, y obviamente como buenos chilenos los aplausos empezaron a acompañar.

Luego de este regalo, suena uno de los emblemas de Stratovarius, “Visions, (Southern Cross)” que rápidamente se transforma uno de los platos fuertes de la jornada, además de la rapidez que distingue a la batería que acompaña a pasos agigantados se siente la fuerza que trae esta canción y nuevamente el mosh se presenta en la cancha. Algunos altos de este tema no fueron cantados por Timo y son recortados, claramente ya no tiene la capacidad de hace años para llegar a esos tonos, pero esto no significa que la potencia en su voz no se sienta.

Llegado a este punto y luego de nuevos agradecimientos hacia nosotros por tanta entrega durante esta noche, quedan Timo y Jens en el escenario, los únicos miembros de la formación original que continúan con Stratovarius.

Viene el solo de un teclado que ha acompañado por tanto tiempo a una de las bandas mas importantes en su estilo. Jens muestra que los años no pasan por él y su profesionalismo y su habilidad con las teclas siguen intactas, luego de esto uno de los sonidos que comienza a tocar es una de las piezas más queridas, “Black Diamond”, con esa intro que nos vuela la cabeza y que al mismo tiempo nos da ansiedad para cantar con todas nuestras fuerzas. Tanto así, que Timo se da cuenta, y se consigue un teléfono para poder grabarnos, orgulloso de un público que ha sido compañero fiel de principio a fin en esta jornada. Para terminar, Rolf Pilve nos hace disfrutar unos momentos con su solo de batería.

Después de tamaña presentación seguimos con ansias de más Stratovarius, pero la banda se retira unos momentos. Un encore que deja a un público que está más que motivado, así que estos minutos se aprovechan para continuar saltando y corear nuevamente frases de la manifestación por los sucesos del país. Obviamente Timo no entiende que sucede y sale a preguntarnos si queremos más, claro que sí, y la banda se instala para proseguir con una de las baladas más hermosas. “Forever”, un clásico de aquellos que hace que se te apriete la garganta, automáticamente las luces bajan y la audiencia prende las linternas de sus teléfonos para acompañar los sonidos de una canción que nos deja con un aire de nostalgia y tan solo en unos momentos se crea una instancia única e intima que junta al público con la banda.

Este trance pasa rápidamente ya que el tema que viene a continuación suena en la batería, “Kiss Of Judas”, hace que de un momento romántico pasemos a la acción. Un tema rítmico del disco Visions que nos hace corear de principio a fin.

Ya estamos llegando al término de lo que ha sido una jornada épica, Timo nos avisa que solo quedan 2 temas y “Unbreakable” es uno de ellos, otro clásico para corear.

Posterior a esto y ya solo quedando una canción de este gran set list, Kotipelto empieza a jugar para que estas últimas instancias juntos sean con toda la energía posible, nos comenta de los últimos conciertos que han tenido en Argentina y Brasil, del público que han tenido y que luego visitaran a México, nos pide que demostremos que somos los mejores de Latinoamérica, y después de gritar y corear a todo pulmón “Hunting High And Low”, demostramos que así es, somos los más ruidosos. La euforia que queda en el ambiente se transmite en los mosh que nuevamente se empiezan a armar en la cancha y la canción queda solo con los coros del público.

Así culminamos con una jornada cargada de emociones, donde Stratovarius nos demuestra una vez más que solo basta el comienzo de una tonada para transportarnos automáticamente a su mundo lleno de líricas y sonidos que la han transformado en una de las grandes bandas en el metal.

Timo, a pesar de los años sigue demostrando que es un vocalista con una capacidad enorme y potencia única. La energía, entrega y conexión de esta noche nos deja satisfechos, felices y con ganas de ir a casa a seguir escuchando tantos temas clásicos que nos llenan a cada uno de recuerdos y memorias.

Personalmente quedé con una sensación satisfactoria de poder tener la oportunidad de escuchar en vivo a tamaños artistas.

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Noticia publicada por el área editorial.

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