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Conciertos

[Live Review] STRYPER + NARNIA + EXXOCET: Un culto al rock

Jueves 12 de septiembre de 2019, 19:00 hrs. Teatro Caupolicán, Santiago, CHILE.

Nota: Boris Jackson

 

Cuando se habla de Glam rock, es imposible no mencionar como referente obligado a STRYPER, que no deja a nadie indiferente, dada la calidad de su música, y el condimento de sus letras de orientación cristiana, que hasta el más desenfrenado rockero canta a todo pulmón, lo que hacía de este show un imperdible de la nutrida agenda de conciertos 2019 en Santiago. Y qué mejor que calentar el ambiente con 2 tremendas bandas teloneras: los nacionales EXXOCET con su arsenal de hard/glam rock que los tiene cada vez mejor posicionados, y los suecos NARNIA, de quienes se esperaba un compendio de heavy/powermetal de altísimo nivel.

 

EXXOCET 

A las 19:00 en punto abre los fuegos la banda nacional EXXOCET, interpretando el primer single de su segunda placa MIGHTY JUNGLE (2019), titulado “Cannibal Carnival” con un toque de elementos rítmicos brasileros que nos transporta a la selva  misma y nos conecta con el concepto principal de la canción. A esa altura la concurrencia del Teatro Caupolicán no era mucha (aprox. ¼ de la cancha estaba ocupada) y el público, pese al incesante trabajo de CHRIS LION (voz) para generar interacción, se notaba bastante  poco receptivo (salvo los fans de la banda que elevaban sus manos y cantaban a todo pulmón) aspecto que fue cambiando en el transcurso de la presentación, terminando en un show bastante interactivo, incluso para quienes no conocían a los nacionales. Canciones como “Just another night”, “Gates of Paradise” (en donde Lion presenta a sus compañeros de banda LUKKY SPARXX (guitarra/voces), RICHIE LOVE (guitarra/voces), DANNY CROW (bajo) y el virtuosísimo pequeño bribón de la batería MARTIN FENIXX, última incorporación de la banda), “Rise your fist” (en donde el bombo de la batería es notable), “Rock and roll”, momento en el cual el público se rinde ante la voz y carisma de Chris Lion, para finalizar con el mega single “Party tonite” del primer disco ROCK AND ROLL UNDER ATTACK, en donde la fiesta era total, daban cuenta de un EXXOCET sólido y con un show perfectamente planteado.

Si bien el sonido general permitió apreciar las cualidades de la banda, hubo algunos problemas con las voces de Richie y Lukky en funciones vocales “lead”, la poca definición del bajo, el nivel de los toms de la batería muy por debajo del bombo y la caja, y una diferencia de ecualización algo notoria entre las guitarras (Lukky con más agudos y presencia que Richie, sobre todo en los solos) Pese a esto, la experiencia del show fue extraordinaria, en donde, incluso con un show acotado, EXXOCET deja muy en claro por qué es la banda chilena más importante del género en la actualidad. Ejecución rozando la perfección en todos los instrumentos, mucha energía, maquillaje y atuendos descriptivos de la banda y confirmando un sello que los posiciona como una de las bandas chilenas con mayor proyección del momento.

 

Setlist:

  1. Cannibal Carnival
  2. Just another night
  3. Alive
  4. Gates of Paradise (presentación banda)
  5. Rise your fist
  6. Rock and roll
  7. Party tonite

 

NARNIA 

A las 20:00 comienza a sonar la intro sampleada del segundo telonero de la noche: los suecos NARNIA, quienes se presentaban con el cartel de heavy/powermetal (con letras también de orientación cristiana) Durante el blackout hacen ingreso al escenario ANDREAS JOHANSSON (batería), MARTIN HÄRENSTAM (teclado), JONATHAN SAMUELSSON (bajo y coros), CARL JOHAN GRIMMARK (guitarra) y el carismático e inagotable frontman CHRISTIAN LILJEGREN (voz) El primer aspecto a destacar es el sonido, que pese a que la batería y la voz estuvieron durante los primeros 4 temas muy por sobre el resto de instrumentos, a partir de “Shelter through the pain” el empaste se tornó muy agradable al oído, entendiéndose claramente el ensamble completo (en lo personal hubiese subido 1 dB al bajo y al teclado)

La ejecución de los suecos fue impecable, sobre todo el guitarrista CJ, muy preciso, elegante y con groove y melodía en los solos (pero con pasajes también de una técnica bastante elevada) y con un sonido rítmico demoledor dado por su stack Marshall (head)/Mesa (cabs). La batería de Johansson era sólida, de buena pegada y precisión, pero por sobre todo, de un sonido exquisito (el mejor de la noche a mi gusto) El bajo (que tenía a disposición un micrófono que prácticamente no se oyó en todo el show, pero que afortunadamente y gracias a Liljegren no hizo tanta falta) y el teclado tuvieron poco protagonismo musical a mi parecer (puede ser por el bajo nivel de ambos versus el resto de la banda), pero en el ámbito del show, fueron un gran respaldo para el frontman Liljegren, en quien me quiero detener.

Hace MUCHO tiempo que no tenía la fortuna de ver a un vocalista con tanta solidez técnico vocal (melodías compuestas de forma muy inteligente, en un rango moderado para cuidar la voz y que durase en perfectas condiciones durante todo el show, pero sin dejar de mostrar agudos muy importantes en momentos puntuales y de colocar muy bien las notas de cada tema, para favorecer la proyección y energía de la interpretación sin recurrir a excesos) que le permitió saltar, correr, exceder el escenario y cantar de forma impecable durante todo el show, dando eso como resultado inevitable, un público rendido a sus pies, coreando y saltando en cada tema. El toque dado por la camiseta de la Selección de fútbol de Chile en “I still believe” (primera muestra de powermetal del show) estrechaba aún más el lazo entre Liljegren y el público de Caupolicán (que a esa altura ya estaba al 60% de la capacidad de palco y cancha) Un carisma y energía envidiables. No cesó un solo momento de conectarse con el público, desplazándose y llenando el escenario, animando a cantar, gritar el clásico “HEY” una y otra vez con el “malocchio” en alto, cual legión rockera de hermanos (que no pudieron contener el clásico cántico de aprobación “Oléee, olé, olé, oléee, Narniaaa, Narniaaaa), saludando a los que estaban en la reja de cancha, con un rostro de felicidad y energía que evidenciaban cuanto estaba disfrutando de la respuesta sin resistencias del público. Al margen del vendaval de energía, cabe destacar una notable y agradable impostación vocal (que le aportaba mucha fuerza al canto, sin necesidad de raspar la voz), un vibrato amplio y controlado (muy característico del estilo), afinación impecable y algunos sobreagudos en ciertos momentos del show que le permitieron mostrar sus pergaminos de una forma notable pero elegante, aportando siempre al espectáculo, sin abusos.

Hacia el final del show la locura por NARNIA estaba declarada, haciéndome sentir a ratos, dentro de un culto cristiano (transportado por los cánticos “Aleluya”, “Yahvé” y otros, en donde hasta el más metalero de los presentes elevó sus manos al cielo y cantó a todo pulmón) pero con el sonido propio del buen rock en vivo. En resumen, un espectáculo de primer nivel, con canciones muy bien desarrolladas y ejecutadas, y con un final digno de Deep Purple o Yngwie Malmsteen (que dicho sea de paso, son notorias influencias de la banda, tanto en los solos de teclado como de guitarra) en donde la locura de los suecos terminó de desatarse, con CJ lanzando la guitarra al aire y friccionándola con los amplificadores y con un Liljegren saliendo del recinto por el mismo acceso del público a cancha y quedándose en el pasillo para compartir con los fans. Un show que me sorprendió más que gratamente y que posiciona a Narnia como una de mis audiciones obligadas.

 

Setlist:

  1. A crack in the sky
  2. Sail around the world
  3. The Mission
  4. I still believe
  5. Shelter through the pain
  6. You are the air that I breathe
  7. Reaching for the Top (con intro “We will rock you” de Queen)
  8. The war that tore the land
  9. Into this game
  10. Dangerous game
  11. Long live the King
  12. Inner sanctum
  13. The witch and the lion
  14. Living water

 

STRYPER 

A 9 años de su última venida a Chile, la fanaticada ya estaba ávida del glam rock cristiano de los californianos STRYPER, y eso se notaba desde la llegada a pie al Teatro Caupolicán. A las 18:45 ya se podían ver numerosas poleras con el logo de los norteamericanos, lo que sugería una noche maravillosa.

Alrededor de las 22:15 aparecen las rayas amarillas y negras de los atuendos e instrumentos de STRYPER, desatando la locura de los asistentes, que en ese momento completaban un 90% de la planta baja del Teatro Caupolicán. La banda compuesta por MICHAEL SWEET (voz y guitarra), OZ FOX (voz y guitarra), ROBERT SWEET (batería) y PERRY RICHARDSON (bajo y última contratación de la banda) abre su show con el demoledor “Soldiers under command”, track de apertura para la mayor parte de las últimas fechas.  Ya la disposición del escenario llamaba la atención per sé, con la batería de R. Sweet posicionada de costado (lo que permitía apreciar como en pocas ocasiones en vivo, toda la destreza del baterista), los stacks Marshall de guitarra de M. Sweet ubicados al centro del escenario, justo debajo de la batería (al estilo de Steve Vai) y contando con el único fondo visual de la noche (un telón gigante y hermoso con el logo de STRYPER y su versículo bíblico clásico)

Un sonido impecable fue la tónica del show. Las guitarras se proyectaban de una forma descomunal en las rítmicas (nuevamente con Marshall y Mesa presentes, pero a la inversa que en Narnia), y con un manejo quirúrgico de los controles del sonidista de sala, subiendo el nivel en la medida exacta en los solos. El bajo se entendía perfectamente (saliendo por 2 stacks Ampeg) y llenaba todos los espacios dejados por las melodías a 2 guitarras. La caja de la batería sonaba como un latigazo y en general el empaste sonoro era muy agradable de escuchar a tan alto nivel, incluso. El algunos momentos se vió a Richardson y a M. Sweet solicitando modificaciones de monitoreo tanto en piso como en el in ear, factor que no mermó la performance de los norteamericanos. Los ensambles a 3 voces sonaron IMPECABLES (con un inteligente uso de apoyo de voces sampleadas, lo que le daba más potencia y grandeza casi coral a ciertas frases, motivando al público a cantar con más fuerza y emoción, transformándose en una, quizá inconsciente, alabanza divina)

No son muchas las bandas que pueden decir que su frontman es un excelente guitarrista lead, y  STRYPER cuenta con ese beneficio. La voz de M. Sweet sonaba descomunal, como de un cantante que lleva más de 30 años sobre los escenarios, con el color propio y algo desgastado de un frontman de 50 y tantos años, pero con una precisión y potencia envidiables (a partir del 9° tema pude apreciar cierto cansancio, justificado por la performance ejecutada y el show del día anterior en Argentina , pero que no opacó de forma alguna la presentación ni la integridad sonora y técnico musical de las canciones), y tocando su guitarra a un altísimo nivel técnico, sin perder la onda. Fox es el partner perfecto de Sweet, ejecutando su guitarra rayada de manera notable y cantando cuando se le requería, de una sorprendente muy buena forma. R. Sweet golpeando su batería como si la vida se le fuera en ello, regalando al público un sonido concreto, firme y potente. Y Richardson poniendo una base armónica sólida y contundente, perfecta para generar el espacio a las 2 guitarras, y en perfecta comunión con R. Sweet, con un excelente sonido.

Mención especial a la programación de luces y manejo técnico del sonido, ingredientes que hicieron de la experiencia del show de STRYPER, algo fabuloso. Un transporte inmediato a los 80’s, llena de canciones emblemáticas cantadas a todo pulmón incluso por los rockeros más contrarios a la religión, evidenciando que, cuando la composición es efectiva, el sonido es potente e inspirador  y hace partícipe al público de la experiencia, el contenido lírico pasa a un segundo plano.

En resumen, STRYPER nos llevó de vuelta a los 80’s, pero tomando el camino de las alturas, en donde saltamos, cantamos y admiramos a estos 5 gigantes del glam, con un sonido demoledor, iluminación colosal, 15 canciones propias y un cover de Firehouse, y un nivel de energía desbordante del que fue imposible escapar.

 

Setlist:

  1. Soldiers under command
  2. Loving you
  3. Calling on you
  4. Free
  5. More than a man
  6. All for one
  7. Surrender
  8. All she wrote
  9. Honestly
  10. In God we trust
  11. Always there for you
  12. Sorry
  13. Yahweh
  14. Sing-along song

 

*Encore

  1. The valley
  2. To hell with the Devil

 

Si pudiera describir en pocas palabras lo visto y oído anoche en el teatro Caupolicán (en mi primera experiencia cubriendo un espectáculo internacional) podría decir que fue un espectáculo “celestial” (literalmente), con 3 shows del más alto nivel, y confirmando al querido “Caupo” como uno de los más grandes, importantes y mejores lugares para shows de este nivel en Santiago. Y para quienes no han oído a alguna de las 3 bandas que se presentaron, les recomiendo encarecidamente hacerlo. Cero posibilidad de decepción.

 

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Noticia publicada por el área editorial.

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