Por Freddy Veliz
Corría 1983 y Iron Maiden se consolidaba en el mundo del Heavy Metal con su formación definitoria en la década de los 80s, con el ingreso de Nicko McBrain debutando en el entrañable Piece of Mind, un álbum directo y poderoso, con Dickinson haciendo gala de grandes momentos vocales, más Adrian Smith y Dave Murray en las guitarras y el jefe Steve Harris en las cuatro cuerdas, lograron una obra que con los años se consolidaría como un álbum esencial repleto de clásicos. Para 1984, la agrupación británica nos tenía preparada otra sorpresa, y contra todo augurio nos abofetean asumiendo mayores riesgos técnicos y estructurales con POWERSLAVE. Disco clave en la trayectoria de Iron Maiden, en que Harris delata su gusto por los sonidos progresivos de bandas como Yes, Genesis o Rush, además de la dureza de U.F.O y Wishbone Ash.
Con Eddie en forma de faraón rodeado de imágenes basadas en la cultura egipcia en la portada, ya nos invita a una aventura épica que comienza con la enganchadora “Aces High”, compuesta por Steve Harris, que relata la historia de un piloto británico en medio de la Batalla de Inglaterra, histórico hecho acaecido en la segunda guerra mundial, en que Ingleses y Alemanes se enfrentan en los aires, luego de que Hitler intentara invadir las islas. Heavy Metal de alta pureza. La búsqueda de fortuna y poder a través de la destrucción y las guerras se nos presenta en la inmensa e inmortal “2 Minutes to Midnight” convertida en un clásico imprescindible con el paso de los años. El dinamismo instrumental de “Losfer Words (Big ‘Orra)” antecede a “Flash of the Blade”, y la pasión por las espadas de Bruce Dickinson queda de manifiesto en un corte de su total autoría. La influencia del cine en Steve Harris es representada con “The Duellists” basado en un clásico film de los 70s. La inspiradas guitarras de “Back in the Village” una suerte de continuación de “The Prisoner” perteneciente a The Number of the Beast de 1982, más el poderío de los tambores de McBrain nos conceden un momento inmensamente épico, el que aumenta con la oscura y progresiva Powerslave, pieza inigualable en que la banda muestra un nivel creativo altísimo, con Bruce Dickinson narrando expresivamente y de manera bastante teatral la historia de un faraón en sus últimos días y en que símbolos mitológicos como el Ojo de Horus y deidades como Osiris son parte del relato que se combina a la perfección con el concepto que engloba la carátula del disco. Nicko McBrain brilla con complejos patrones desde la batería. La literatura tampoco está exenta entre las nutridas fuentes de inspiración de Steve Harris, y de un clásico poema inglés publicado en 1799 por Samuel Taylor Coleridge, el mismo que escribiera Kubla Khan, poema que inspiró a Neil Peart para escribir el clásico de Rush “Xanadu”, nace “The Rime of the Ancient Mariner” una pieza larga duración, con claros tintes progresivos, musicalmente compleja y estructurada en base a la narración, creando atmósferas que nos llevan a sentir las vivencias del marinero enfrentado a las violentas aguas y maldecido por matar un albatros, sobrevive al final para contar su historia en una suerte de penitencia con la creación de Dios.
Solo bastaron ocho canciones para que Iron Maiden lograra posicionarse en lo más alto de su carrera, años en que fueron víctimas de la ignorancia de personas e instituciones que miraban con recelo la música y la imagen proyectada por los británicos, pero que sortearon con éxito, girando en uno de los tours mundiales más extensos hechos por banda alguna en esos años, El World Slavery Tour los trajo por primera vez a Sudamérica, llegando a ser de los números más destacados en la primera edición de Rock in Rio en Brasil 1985. El paso por el Hammersmith Odeon de Londres y el Long Beach Arena de California fueron la base para el lanzamiento del álbum en vivo Live After Death, uno de los directos más importantes en la historia del rock.
POWERSLAVE marca el fin de una etapa en Iron Maiden, ya que dos años más tarde en su placa Somewhere in Time verá cambios importantes en el sonido por la inclusión de sintetizadores, arriesgando la popularidad y reconocimiento que a esas alturas habían ganado ejemplificado en una creciente fanaticada a nivel mundial, fueron cuestionados por algunos y elogiados por otros, pero siguieron adelante.
Hoy se cumplen 29 años de Powerslave, un disco esencial en el desarrollo del Heavy Metal mundial, raíz de bandas que luego tomarían el abanderamiento del metal progresivo y de su ala más épica y sinfónica. Un álbum que sin lugar a dudas marcó a toda una generación. 29 años que no han pasado en vano y que aún mantienen a la Doncella como los representantes más grandes del metal de todos los tiempos.
Varios de los clásicos del disco estarán presentes en el set list que Iron Maiden trae a Santiago el próximo 2 de octubre, en un concierto que la bestia dará en el Estadio Nacional. Las entradas para el Maiden England World Tour aún están en venta por el sistema Puntoticket.
[youtube]http://youtu.be/UsUUV1VDE3Y[/youtube]
