Por Juan Carrasco Torres
La suerte/desgracia que tuvo Nirvana en ser fichado por la multinacional Geffen, con los años vino a cambiar las convicciones que tiene actualmente Soundgarden, y que pese a no estar en sintonía dentro de la etiqueta creada por la prensa bajo el titulo “Grunge”, desde Cobain hacia abajo, se les echó a todos dentro del mismo saco. Género que por desgracia, Soundgarden no podrán desligarse siquiera hasta el día de su muerte.
Lo que fue su híbrido facturado entre los sonidos de un mal trip, algo psicodélico, junto al metal (no por nada fueron nominados a un Granmy por la categoría “Mejor Intérpretación Metal”), finalmente se entierran en conjunto a episodios nefastos como lo ocurrido en Honolulu un 9 de febrero de 1997 cuando su bajista y miembro fundador, Ben Shepherd, lanzara su instrumento a la buena de Dios y se retirara sin nada más que decir hasta hace un par de años. Fortuna de nostálgicos.
Pues bien, tras está resumida historia, Thayil, Shepherd, Cameron y su cara más reconocible, Chris Cornell, rompen su silencio discográfico tras dieciséis años con King Animal (Universal), aunque en efecto esto lleva gestándose desde el 16 de abril del 2010.
Fechas más, datos menos, el disco como tal fue grabado por Adam Kasper y mezclado por Joe Barresi -encargados de “Live To Rise”- intentando rescatar ese sonido lo-fi en un rotundo intento fallido ¿razones?: Primero, lo forzado de sus composiciones, poco naturales, con tendencia cargada a las formulas de gancho pop (“Non-State Actor”) y escucha tipo ‘chicle’ (lo disfrutas, lo botas). Segundo, sonar muy al catálogo Cornell, pareciese ser el cuarto álbum de su frontman en pistas innecesarias como “Been Away Too Long “, “Black Saturday”, “Halfway There” y “Worst Dreams”. Finalmente, que la nostalgia sea razón para lanzar una producción. Ya con tenerlos repasando su catalogo más arraigado en la retina popular era suficiente. Por ello, pujar este nuevo nacimiento discográfico fue netamente innecesario.
¿Cantidad = calidad? Lógica absurda. Trece tracks que en su mayoría son tortuosos salvo ciertas excepciones: cargado al sludge “Blood On The Valley Floor”, la mejor de todas “Bones Of Birds” y, por último, la stoner “Attrition”, transforma a lo demás en paja molida.
En dieciséis años pasaron muchas cosas, muchas de las que ya escuchamos acá y por mejores exponentes, así que por lo único de lo que tenemos que estar agradecidos de esto, es que por fin tienen un motivo para poder salir de gira por un buen tiempo, ya que esto es el disco que debió salir el 98, pero con catorce años de atraso. Nada más.
Track List:
01. Been Away Too Long
02. Non-State Actor
03. By Crooked Step
04. A Thousand Days Before
05. Blood on the Valley Floor
06. Bones of Birds
07. Taree
08. Attrition
09. Black Saturday
10. Halfway There
11. Worse Dreams
12. Eyelid’s Mouth
13. Rowing
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