Por Diego Puebla
Collipulli, integrada en la novena región de la araucanía es la tierra formadora del quinteto compuesto por César Chavez, Sebastián Paredes, Emilio Jeldres, Cristian Provoste y Jorge Zapata. Éstos rockeros residentes en Santiago y sureños de corazón impregan el rock en el medio nacional desde el año 2009 con su primer EP, llamado “Primario”.
Al pasar el tiempo y de manera independiente en Bolchevique Records, “El Último Hijo de dios” muestra la consolidación de la banda con el nombre del mítico pájaro arraigado en el conciente colectivo chileno, que deriva del Chon-chón mapuche y que emitiría ese fatídico grito desde la forma de una cabeza humana, y es claramente llamado Tue Tué.
Ese grito que se asocia a pesares es lo que la banda intenta entregar en su poderoso primer larga duración, ligado a un pragmatismo a la religión, esto basta con observar el arte de su carátula y la presencia de la palabra “dios” con minúscula, una imposición del idioma ligado con el ateísmo.
“Sanguíneo” es la bienvenida al espacio sonoro de Tue Tue, un riff pesado y distorcionado con una batería que acompaña la entrada de la cruda voz de Provoste con su frase: “Dulce pureza sanguínea”.
Una banda que al pasar los temas la crítica social determinada a las clases sociales, el asco a la política y frases directas a una religión que no los representa son los temas a seguir en este hilo conductor rockero y al filo de un metal más pesado.
Un stoner chilensis ofrece “El Predicador”, con un guiño acorde a la falsedad absoluta de lo que representa uno de estos tipos ligados a la “divinidad” acompañados de una batería con juegos de bombos constantes, ambas guitarras en sincronía de un sonido armoníco pero metálico y la ausencia de riffs nos da cuenta de la opción arriesgada de la banda.
Ninguna canción es igual a la otra, pero en el fondo la voz con la misma tonalidad nos conduce a reconocer a Tue Tue luego de escucharlos por unos minutos.
“Ciego” tiene atisbos de un agro-metal constante, en cuanto a las líricas es una explosión luego de la indignación de factores como las críticas ya mencionadas de la agrupación.
Nos acercamos al fin de un disco con temas tales como “Hijos del Sur”, “Sin Vuelta Atrás” o el tema que da nombre a un disco bastante completo.
Pero me quiero detener en la genial “Rebaño”, un tema crudo, muy bien armado, con compañía perfecta de los integrantes y una sincronización que genera la ansiedad de que esta pieza sea disfrutada en vivo.
En síntesis el grito de Tue Tue es para acercar la muerte a puntos negros de nuestra nación, como las malas prácticas que se generan a diario. Una sorpresa al momento que pude terminar los diez temas compuestos en “El Último Hijo De dios”, agradeciendo además a bandas que tienen iniciativa y voz propia, son muy pocos los que demuestran un descontento imperante en una sociedad como la nuestra, en compañía de un conjunto que no se puede agrupar en un solo género y que cada vez da mejores luces para el recambio de un excelente rock nacional. Éxito en lo venidero, sobre todo para un trabajo bien hecho como éste.
