Por María José Sandoval.
Dirigida por el joven estadounidense Ari Aster y distribuida por A24, misma compañía que trajo al cine a éxitos como “Moonlight”, “Lady Bird” o al largometraje de terror de “The Witch”, llega para nuevamente situarte en un drama de horror y suspenso, pero de una forma poco convencional a lo que ya estábamos acostumbrados.
“Hereditary” o “El Legado del Diablo”, relata el dolor y la pérdida familiar que conlleva el fallecimiento de Ellen, la matriarca de la familia Graham, y que cuya muerte solo traerá aterradores secretos de los que tendrán que elegir entre enfrentarlos o huir de un destino siniestro y sobrenatural.
Aclamada por la crítica y considerada como “la mejor película de terror del año”, la hace merecedora del título por su insistencia en realizar una nueva forma de crear el género de horror en el mercado del cine, y por sus grandes actuaciones en más de dos de sus personajes principales.
Drama y tensión
Aunque hay opiniones divididas en cuanto a si pertenece o no al género de terror, “Hereditary” ofrece más que solo “screamers” o imágenes de edición rápida y mucha sangre, lo que suele ser en parte la gran caída en el cliché de este tipo de cine.
Más que eso, el drama familiar y la fortaleza en el dialogo y la tensión, la hacen una película más real. y saca a relucir el lado más humano y horrendo de lo sobrenatural, y es curioso, porque hacen que a veces el villano no sea solo lo paranormal que te presentaran en este filme, sino que se acentúa mucho en la melancolía y en la incapacidad de mantener la cordura.
Por ese lado, es que las actuaciones de Tonnie Colette, quien se esconde bajo la piel de Annie Graham, la madre de familia, junto con los jóvenes Alex Wolff (como Peter Graham), y la quinceañera Milly Shapiro (como la pequeña Charlie Graham) hacen de este elemento sumamente intenso e importante y que demuestran cómo la familia comienza a quebrarse poco a poco con estos eventos.
Y es en esto con lo que quizás puedan chocar la mayoría de las opiniones que no la tildarían en el género de terror, puesto que la ventaja que contribuye el filme de Aster, es el conectarte más con los sentimientos de cada personaje más que con los sucesos paranormales que van sucediendo conforme avanza el filme.
Y es que, ¿Alguna vez ahondamos en las sensaciones de o en las emociones más allá del miedo de Laurie en Halloween 2 de 2009 o en las de Katie y Kristi en Actividad Paranormal 4?
Pues no mucho, y es que puede deberse a que estamos realmente acostumbrados a un cine de terror un poco más envasado y listo para llevar, potencialmente parecidos unos filmes con otros y en donde pocos pueden salvarse.
Potencialmente oscura.
Hay otros elementos que sin duda debo destacar, y eso es en gran parte las técnicas usadas en esta película, y que logran hacerla visualmente atractiva, como por ejemplo la variedad de cambios de planos que le otorgan dinamismo, además del juego de edición que usan con las maquetas de Annie para pasar a las escenas de su hogar o a las conversaciones que tenía con otros personajes.
De esta misma forma, el juego de luces y oscuridad que usan a favor de traer el terror a las escenas logra su punto, recreando momentos paranormales bastante simples de utilizar en cámara pero que recrea el ambiente deseado en la trama.
Por otro lado, cabe destacar la facilidad de cambios de emociones de quien a ratos se roba la película, y es que Tonnie Colette hace sin duda una de sus mejores actuaciones.
La desesperación y el dolor hacen del personaje de Annie (Colette) mucho más completo y recrea escenas realmente fuertes y agotadoras, que perfectamente podrían tener algún reconocimiento de la academia más adelante.
En definitiva, El Legado del Diablo es una película para tomar en cuenta hasta sus más pequeños detalles, que no te hará saltar ni gritar en el cine, pero que sin duda te hará sentir mal, te mantendrá el estomago hecho un nudo y no te dejará dormir esta noche.
Está disponible en todos los cines nacionales, y si aún no has visto el tráiler, no dudes en verlo aquí:
