Por María José Sandoval
Desde “El Club” hasta “Taxi para Tres”, no fue hasta el año 1991 en que los ojos del mundo pudieron posarse en nuestro país en área del cine, y todo gracias a la nominación en los Premios Goya para “Caluga o Menta”.
Y es que aun sin decirlo, es un secreto a voces de que hacer cine en Chile no es fácil, y tampoco tiene gran apoyo, sin embargo, hace poco más de diez años que el escenario ha cambiado, y los chilenos se defienden cada vez más de la suerte de chaqueteo en el desarrollo del área artística y que tiende a darse en territorio nacional.
Dando un recorrido excepcional, y que nunca antes las tierras nacionales habían tenido el privilegio de dar, “La Nana”, llegó a instalar uno de los primeros avances siendo nominada a los Globos de Oro como “Mejor película de habla no inglesa”.
De la mano del joven director Sebastián Silva y de su protagonista Catalina Saavedra, “La Nana” no consiguió el Globo de Oro, y tampoco alcanzó un puesto para los Oscar, sin embargo, fue aclamada por la crítica de la época y galardonada con un premio Gotham Film Awards, un satélite, dos reconocimientos en el Festival de Cine Sundace y de los festivales de Cine Iberoamericano de Huelva y el Internacional de Cine de Guadalajara en el 2009.
Exactamente tres años habían pasado desde la primera nominación de los Globos de Oro y la cinta de “NO” llegaba a un escalón más alto en la historia del cine chileno, siendo la primera película chilena nominada a los premios de la academia.
“NO”, que recogía la obra de teatro escrita por Pedro Peirano, sobre el desarrollo de la campaña del No para el plebiscito de 1988 en Chile, era llevado a la pantalla a través de la dirección de Pablo Larraín.
Sin embargo, y aunque las esperanzas estuvieron instaladas en la ceremonia de premiación del año 2013, no se obtuvo el galardón a pesar de haber sido ampliamente reconocida en el Festival de Cannes y de la Habanna.
Aunque Larraín volvió al centro de atención en el cine a nivel internacional con obras como “El Club” y “Neruda” en los Globos de Oro, terminó siendo otro el nombre que apareció en “primera plana” al ser la primera obra chilena premiada con un Oscar, o más bien, dos nombres en aquella escena del año 2016.
Gabriel Osorio, director, y Patricio Escala, productor de cine y animación, fueron los primeros en obtener el premio de la academia a mejor cortometraje animado.
La obra titulada “Historia de un Oso”, con una buena mezcla de nostalgia, ternura y realismo, relata la rutina de un viejo oso que sale desde su hogar hasta la calle para tocar un organillero y contar la historia de cómo fue alejado de su familia tras ser capturado por un circo.
La belleza del cortometraje, ronda en cómo se logran vislumbrar las emociones del personaje animado y en cómo se matiza este junto a la historia del abuelo de Osorio, tras el golpe de estado de 1973 en el país, que dio inspiración a la pieza audiovisual.
La ganadora de 2016, fue aclamada por los espectadores, por la crítica y por países como Australia, Canadá, Brasil y China, además de ser felicitada por su buena ambientación inspirada en las calles de Quinta Normal y Valparaíso.
No sería hasta dos años después, en que Chile aparecería nuevamente como nominado en la ceremonia de la academia en “Mejor película de habla no inglesa”, pero en esta ocasión, para el director chileno Sebastian Lelio.
“Una Mujer Fantástica” llegó a la academia para remecer tanto al cine de nuestra tierra como en Hollywood.
Ganadora de un Oso de Plata y de un Teddy Award por su temática LGBT y nominada a 45 premios nacionales e internacionales, la mujer fantástica interpretada por Daniela Vega viene a instalar la lucha contra los prejuicios sociales, la libertad, los reproches familiares, la violencia y el amor, cuya mezcla empuja a un personaje de forma apasionante y maravillosa a un relato en donde no importa lo que opinen los otros.
Pelea que dará nuevamente contra viento y marea en la versión número 90 de la ceremonia de entrega de los Premios Oscar, este 4 de marzo en tierras estadounidenses.