La legendaria banda chilena Aguaturbia, exponentes pioneros en nuestro país de sonidos que van desde el blues a la psicodelia, lanzaron en vivo este sábado 1º de julio, ‘Fe, Amor y Libertad’ su nueva placa de estudio, luego de 47 años desde sus clásicos y conflictivos álbumes que marcaron a toda una generación
Nota: Freddy Véliz | Fotografías: Cristian Carrasco
Los intentos fallidos por lanzar este nuevo trabajo, habían dado más de algún dolor de cabeza a Denise y Carlos Corales. El 2015, en iRock ya habíamos tenido la oportunidad de cubrir el lanzamiento, del que se suponía era su nueva placa, que finalmente no pudo ver la luz, problemas con su manager, dilataron aún más este esperado trabajo, que este 2017 se hizo realidad para la felicidad de sus seguidores como de la agrupación misma.
Con el Teatro Nescafé de las Artes como punto de encuentro, se llevó a cabo este renacer discográfico de una de las bandas más significativas del género en Chile y Latinoamérica. La connotación simbólica y emotiva de este show se completa al realizarse en un escenario que los vio nacer a comienzos de la década del setenta. Teatro Marconi era el nombre con el que se convirtió en un espacio insigne para muchos artistas que revolucionaban la música nacional por esos años, entre los que Aguaturbia eran hijos predilectos. Por otra parte Alfredo Saint-Jean fue el primer manager del conjunto, y es uno de los actuales socios propietarios del teatro ubicado en la comuna de Providencia, y él mismo, fue el encargado de presentar a la agrupación a través de un video proyectado en la pantalla de fondo, a modo de introducción, para recibir a la banda en pleno, con invitados de lujo. Nueve músicos en el escenario nos adelantaban que esto sería una experiencia única y especial.
“I Wonder Who” con nuevos arreglos y en un tempo más lento que el original, dio inicio a este reencuentro con la música de Aguaturbia. La cellista austriaca Maggie Rust hacia el costado derecho del escenario, más el trío de bronces ubicado tras ella junto a la batería de Pablo Herrera Reitter nos van sumergiendo en una atmósfera distinta a lo habitual en la propuesta de la banda de Denise y Carlos, que siempre se ha caracterizado por su crudeza y el liderazgo de la guitarra y puesta en escena de su cantante. Ahora sumándole nuevos arreglos, el sonido se potencia de sobremanera con estos invitados de honor, que de alguna forma nos transmiten los renovados aires que el conjunto busca actualmente.
Un repaso por ‘Fe, Amor y Libertad’ con cortes como “Si lo Sabes Todo”, “Corazón Bye Bye” o el single “En Mi Lugar” donde el destacado saxofonista Víctor Gutierrez (Latinomúsicaviva) nos entrega un aplaudido solo en medio del escenario, fueron creando momentos que nos develan las ganas de la banda por mantener viva su carrera sin dejarse llevar por su pasado, al contrario, buscando puentes de renovación. De partida, la decisión de componer letras en español, muestran cambios que hace 50 años eran impensados en bandas de este calibre, que siempre mantenían la convicción de que el rock debía ser cantado en inglés.
La versatilidad musical de Denise y Carlos, es infranqueable, y queda de manifiesto cuando nos cautivan con “Blueslero”, composición inspirada en los compases del blues y la cadencia del bolero, una mágica interpretación de la carismática y enérgica Denise, apoyada por una guitarra desde donde afloran emociones, gracias al talento creativo y ejecutor de Corales, quien nos hace rememorar a guitarristas de la talla de un Jeff Beck o el Eric Clapton de los sesenta, realmente un músico de excepción que nos enorgullece tener dentro de nuestro catálogo nacional.
Al igual que en su concierto de Matucana 100 el 2015, una sesión acústica nos lleva a la raíz de la música, esa que sin los cables conectados nos conmueven desde la simpleza, iniciando esta parte con “Baby”(incluida en el clásico disco debut), seguida de “Crimson and Clover” original de Tommy James and The Shondells, el clásico de Bread “Guitar Man” y “Heartbreaker” (Grand Funk Railroad) , momentos culminantes de esta presentación que generaron las más altas emociones. Denise es una apasionada dentro y fuera del escenario, y eso es lo que valida su entrega donde la honestidad y el amor por lo que hace se manifiestan a través de sus interpretaciones, los aplausos fueron instantáneos para ella, Carlos y para los músicos que los acompañan, entre los que contaron, aprte de los y nombrados, con Gustavo Albuquerque (El Cruce) como invitado en los teclados y la siempre sólida presentación del bajista Francisco Bambino Arancibia.
La versión con arreglos remozados de “Somebody To Love” clásico de Jefferson Airplane, que Aguaturbia ha hecho propio por casi cinco décadas, nos adentra en la psicodelia que los catapultó como padres del movimiento en Chile. Denise aún mantiene un registro alto en su voz, se nota el cuidado que le ha dado en el tiempo, y se agradece el que pueda seguir entregándonos tan magníficas interpretaciones. “Aún nos queda tiempo” y “Fe, Amor y Libertad” son parte también de la nueva placa que presentaban en sociedad, una revitalización necesaria. Aguaturbia está lejos de colgar los guantes, ellos se proyectan al futuro con nuevas obras, durante los años han acumulado composiciones que se mantienen dentro de sus resguardos y que lo más probable conozcamos a futuro, porque la misma Denise lo ha declarado.
Para la parte final, himnos lisérgicos como “Waterfall”, “Ha, Ha, Ha” y “Evol” nos trasladan a sus inicios, donde impactaron a toda una generación que pudo vibrar con el poderío de una banda única en nuestro país en esos atribulados años, donde los cambios y las crisis eran palpables en el ambiente, y Aguaturbia aportó desde la trinchera musical a crear una vía de escape, de sanar las almas mediante sus creaciones que invitaban, inconscientemente, a volar libres.
No bastó la reverencia de todos los músicos como despedida del escenario, el público se manifestó ovacionando y pidiendo otra canción, para lo que Denise y Carlos reaparecen, ella con un bandera chilena en la mano y él con guitarra electroacústica, para registrar una postal emotiva interpretando la epónima Aguaturbia, cerrando una noche histórica, que consolida un regreso en grande de esta banda insigne, heredando un ejemplo, de pasión, convicción y profesionalismo para las nuevas generaciones.
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