Nota: Litta & Angelo Rocka | Fotos: Andie Borie
En esta primera versión chilena de uno de los festivales sudamericanos más grandes del rock, Cosquín Rock, superamos las expectativas más allá del récord en venta de tickets, sino además en la actitud y carácter de una jornada en donde músicos y audiencia cimentaron codo a codo el éxito y la imparable celebración, en donde a cada show se pudo apreciar sin mesura un generoso y enérgico desplante desde las alturas, en cada tonada y desde la planicie en desatados mosh, saltos, gritos y aplausos.
Gran parte de la cartelera música era parte o un derivado histórico importante de nuestro querido género, el rock. Importante fue el rol que jugaron nuestros artistas nacionales en esta primera jornada, a eso de las 16:15 suben al escenario bajo un sol que no incomodó para nada a los asistentes, los cuales de forma instantánea comenzaron a agotar la capacidad del sector y energizaron el ambiente al compás de las canciones de “Pogo” y compañía quienes brindaron su arsenal musical clásico y agradecieron apenas pudieron al público presente bajo el sol que golpeaba con dureza a esa hora. Con un sonido impecable ,“Los peores de Chile “ demuestran su vigencia una vez más, poniendo su cuota de punk/rock a esta primera versión nacional de “Cosquín Rock”.
Sinergia, por otro lado emancipando al mar de gente que se condensó en el interior de la cúpula, Don Rorro y compañía lanzaron un histórico recorrido musical, con temas como “Chupatrón” y “Amor Alternativo”, nos remontaron a esa épica etapa de nuestras vidas, cuando estos éxitos eran parte de la paleta de hits en todas las plataformas musicales. Obviamente los mensajes políticos, al igual que siempre estuvieron explícitos por parte del vocal, aunque en ocasiones muchos percibiéramos el desinterés por la masa, compuesta en su mayoría por “milennials”, vimos también quiénes a modo de resistencia asentían a cada palabra…
Los fieles “marranos” al pie del cañón, desde muy temprano comenzaron a alzar a los característicos “Juanitos“ (el chanchito ochentero de plástico, que ya es un símbolo que portan los fieles seguidores de la banda). Movistar arena o escenario banco de Chile nombrado en esta ocasión completo prácticamente su capacidad para este espectáculo, en esta ocasión con su miembro más reciente “C-funk” los chancho en piedra tocaron una gran variedad de sus éxitos y se dieron el lujo de improvisar constantemente pasajes musicales de otros artistas y “solos” instrumentales perfectamente ejecutados.
En el exterior nuestro ya fiel y cercano Boom Boom Kid disparaba una tras otra, con un show ya como es de costumbre, imparable. La relación con Chile es algo único que siempre se logra apreciar en la simbiosis que se conforma en sus presentaciones, a pesar de no haber sido uno de los setlist más sólidos en comparación al anterior en Lollapalooza 2018 del trasandino, el despiadado mosh dejó un gran sabor a euforia, de esos que nos prepara el piso para todo lo que vendría.
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