- 27 de agosto 2016 | Teatro Cariola
- Review: Freddy Veliz Olea | Fotos: Mariela Sandoval A.
Este 2016 ha sido testigo de un gran nivel de lanzamientos discográficos en nuestro país, entre estos, Mundo Hostil, lo nuevo de Weichafe, que sin dudas ocupa un lugar privilegiado. La banda conformada actualmente por Angelo Pierattini en voz y guitarra, Marcelo Da Venezia en voz y bajo y Roberto Ugarte en batería, este sábado 27 de agosto, presentó el álbum en vivo, luego de haberlo liberado en formato digital hace algunas semanas, llenándose de elogios por la solidez de una obra que llega para refrendar la vigencia de una de las agrupaciones más importantes de Chile.
Teatro Cariola fue el lugar escogido para esta celebración, que se promocionaba en grande, debido a que además de ver plasmadas las canciones de Mundo Hostil en un escenario, también es un acto significativo, puesto que está enmarcada dentro de las últimas que la banda realizaría en Chile, ante el anunciado viaje definitivo a tierras mexicanas.
Como invitados especiales para calentar el ambiente, los experimentados Rama subieron al histórico escenario para desenfundar en algo más de media hora parte de su potente catálogo de canciones directas, con la golpeante voz de Sebastián Cáceres que aplica con tesón, marcando el sello distintivo a esta agrupación que si bien se encasilla normalmente dentro del sonido nü-metal, logra escaparse por momentos hacia matices más puristas del rock duro.
Cortes como “Cuantos Somos”, “Casa”, “Comunicar”, “La Señal” o “Imposible” fueron elevando la temperatura mientras el público iba paulatinamente haciendo ingreso al teatro. Si bien la tremenda entrega de la banda no puede contra la mala acústica del lugar, si demuestran la expertise de años en el ruedo, la constancia y el profesionalismo con el que enfrentan su música. Sebastián lo dijo “Nos enamoramos de esta pasión, y la mantenemos viva por siempre”, y eso lo dejaron firmado claramente frente a un público que en su mayoría solo esperaba por el plato de fondo, pero que receptó de gran forma este acto de apertura.
El Cariola presentaba su cancha repleta cuando las luces se apagan, y desde los parlantes se escucha la voz de Gonzalo Frías (conductor del programa Séptimo Vicio de ViaX) quien conversa con su hijo de cinco años sobre lo que significa ser un guerrero, o Weichafe en lengua mapuche. Desde ese momento y cuando la tradicional introducción con “Al Patíbulo” de Machuca provoca la ovación de la siempre fiel fanaticada, nos comenzábamos a imbuir en ese Mundo Hostil contra el que este guerrero del rock quiere luchar.
Un repaso íntegro de un disco que nació para convertirse en un clásico del rock chileno, lleno de contenido social: La contingencia, la relación del pueblo con sus autoridades, el poder económico, la religión, las redes sociales, el empoderamiento ciudadano, etc., son la base central de esta obra, que nos expone el hostigamiento al que nos enfrentamos día a día como seres común y corrientes. Desde “SW” como tema de apertura, acompañado del videoclip oficial en una gran pantalla que ocupaba el ancho total del escenario tras la batería, la energía desbordada se expandía por todas esas voces que coreaban al unísono cada una de esas piezas que encuentran en “Me Estai Hueviando”, con la voz del poeta contracultural Walter Contreras (La Carpa del Diablo), el corte que identifica claramente la temática a la que apunta el álbum, una poco convencional canción que nos grita a la cara y sin filtros las mentiras y la manipulación a la que estamos sometidos. Las visuales de apoyo, potencian el mensaje con rabia.
No es de extrañar la gran recepción que ha tenido Mundo Hostíl, un álbum consistente tanto musical como en contenido lírico, que los fanáticos han sabido reconocer como una de las grandes obras en la discografía de Weichafe, además que la contingencia de su temática está en pleno apogeo en el ambiente nacional. En lo personal, me arriesgo a encumbrarlo como su trabajo más sólido y que confirma la madurez de años en ascenso. Muchos aún se lamentan por la abrupta salida de Mauricio Hidalgo hace un año atrás, pero no pueden desentenderse del aporte refrescante de Roberto Ugarte (Alectrofobia), un músico enérgico, que impone presencia con su calidad de ejecución y carisma tras los tambores.
Hay canciones como “Ley de Alcatraz” que si en estudio son un fuerte deleite, en vivo se supera con creces, uno de los que se disfrutaron a viva voz en una larga jornada y que en su primera parte vivió sus instantes de mayor intensidad, en especial en su desenlace con un grupo de representantes de la etnia mapuche, la educación técnica y profesional, Radio Villa Francia y la agrupación No + Afp, que suben a desplegar lienzos en el escenario con las causas por las que luchan, minutos conmovedores con aires de resistencia.
La noche no llegaba hasta ahí, los clásicos que han construido la grandeza de Weichafe no podían quedar marginados y la seguidilla de invitados especiales se iniciaba con Pancho Rojas (Mandrácula, La Banda del Capitán Corneta, Damajuana) quien desgarró gargantas con “Opción Laverna” recibida con un gran moshpit por los weichaferos que siguen a la banda por cada escenario donde se presentan, una de las fanaticadas más fieles del rock chileno. También Sebastián Cáceres de Rama, hizo lo suyo en “Tierra Oscura del Sol” y Nano Stern impuso su lado rockero con una memorable colaboración en “El Rock del Poncho”, una de las grandes sorpresas de la jornada. La sentida “Las Cosas Simples” fue interpretada por el trío trasladándose entre el público hacia el escenario, público que se acercaba a saludarlos y alzar las manos en sincera mancomunión, y para coronar los altos momentos, Pierattini invita a un insigne de la música chilena, los emblemáticos Sol y Lluvia representados en Amaro y su hijo Harley Labra, interpretan junto a Pierattini, Da Venezia y Ugarte, una rockera versión del clásico himno “En un Largo Tour” con todo el público, en su amplitud generacional –chicos desde los 5 años hasta personas que sobrepasaban claramente el medio siglo- coreando una canción que está impregnada en la memoria musical chilena.
Para el final el guitarrista Wofo Figueroa, fan de la banda, es conminado a subir para coronar con el clásico “Pichanga” que provocó el mayor moshpit de la noche que se suma a tantas experiencias vividas con la banda en vivo. Un conjunto que en Chile llegó al escalón más alto, y que los obliga a buscar nuevos horizontes internacionalizando su ruta en México, donde explorarán oportunidades de crecimiento, con el sacrificio de dejar atrás su tierra, una de la que no podrán desarraigarse, porque su música está conectada tácitamente con lo nuestro, con su gente, sus problemas y su lucha. Una lucha que nos hace parte, porque todos somos weichafe al final del día.
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