La noche del 13 de este marzo, el Movistar Arena fue testigo de una nueva visita de Suede, la banda de rock alternativo a Chile, reafirmando su estatus como una de las bandas más influyentes de lo que se enmarca como britpop. Con un repertorio equilibrado entre clásicos y material reciente, Brett Anderson y compañía ofrecieron un espectáculo enérgico que cautivó a sus seguidores con su inigualable intensidad y emotividad.
Canal Magdalena: La antesala del britpop
Antes de sumergirnos en la presentación de Suede, la banda chilena Canal Magdalena fue la encargada de abrir la noche. Con una trayectoria que se remonta a finales de los años 90, Canal Magdalena se hizo un nombre en la escena nacional con su fusión de pop y rock, destacando por canciones como ‘Carmen’ y ‘Cenizas’, que marcaron su generación. Su actuación sirvió como un puente perfecto para preparar la atmósfera antes de la llegada de los británicos.
Un setlist diseñado para emocionar
Desde los primeros acordes, Suede dejó claro que no venían a ofrecer un espectáculo rutinario. La noche inició con ‘Turn Off Your Brain and Yell’ y ‘Personality Disorder’, dos temas recientes que demostraron la vigencia de la banda. Luego, clásicos como ‘Trash’, ‘Animal Nitrate’ y ‘The Drowners’ encendieron al público, reafirmando el poder nostálgico de su discografía. Momentos más íntimos llegaron con ‘The 2 of Us’ y ‘The Wild Ones’, esta última en una versión acústica que puso la piel de gallina a todo el que estuvo presente.
El cierre del concierto fue una celebración total con ‘So Young’, ‘Metal Mickey’ y ‘Beautiful Ones’, antes de despedirse con ‘New Generation’ en el encore. Cada tema fue recibido con una euforia absoluta por parte del público, que no dejó de corear y vibrar con cada nota.
Suede: Más que una banda de britpop
Más allá de su legado en la escena británica de los 90, Suede ha sabido evolucionar sin perder su esencia. Su sonido, caracterizado por la combinación de guitarras distorsionadas, melodías melancólicas y la inconfundible voz de Anderson, ha influenciado a generaciones de músicos. En vivo, la banda logra transmitir una mezcla de teatralidad y crudeza emocional que los diferencia de sus contemporáneos. Brett, con su entrega total y su habilidad para conectar con la audiencia, convierte cada presentación en una experiencia única, donde el piso del escenario, también es parte de su histrionismo.
La calidad del audio en el Movistar Arena permitió que cada matiz sonoro se apreciara con claridad, desde los momentos más enérgicos hasta las baladas más delicadas. La ejecución de la banda fue impecable, con una base rítmica contundente y guitarras que oscilaban entre la agresividad y la melancolía característica de su estilo.
Un lazo inquebrantable con Chile
El público chileno, como de costumbre, jugó un papel fundamental en la atmósfera de la noche. Coros multitudinarios, saltos y aplausos constantes demostraron el fervor inquebrantable de sus fanáticos locales. La banda, visiblemente emocionada, agradeció en varias ocasiones la pasión con la que fueron recibidos, consolidando aún más su vínculo con el país.
El regreso de Suede a Santiago fue, sin duda, un evento memorable, no solo por la calidad musical, sino por la entrega total de una banda que, a más de 30 años de su debut, sigue demostrando que su legado está más vivo que nunca.
Fotos @garygophoto






