El reciente jueves 14 de noviembre, el Teatro Coliseo vibró con el espectáculo de los españoles “Barón Rojo”. Los hermanos de Castro (guitarras y voces); José Luis Morán (bajo); y Rafa Díaz (batería), se presentaron nuevamente en una cita frente a sus fanáticos chilenos después de su última visita en el año 2022.
Si bien el concierto estaba agendado para las 21 horas, comenzó con un “ligero” retraso de 20 minutos, provocando mucha ansiedad en el público que pedía a la banda con cada señal de “preparación” que se veía sobre el escenario.
A los primeros acordes la emoción de los fanáticos explotó, comenzando así el show con “Campo de Concentración”, la conexión entre los músicos y sus seguidores fue notoriamente instantánea.
El concierto de los españoles no decepcionó en cuanto a su setlist, con más de 20 canciones interpretadas, configuraron una verdadera maratón musical, en la cual repasaron su amplia trayectoria. Sin apenas descansar entre canciones, los músicos demostraban que querían satisfacer a su público interpretando para ellos la mayoría de las canciones que pudieran dentro del tiempo disponible, lo que mantuvo a la audiencia en constante éxtasis de principio a fin.
Los maestros de las cuerdas, mientras tocaban y cantaban, a su vez alentaban al público a corear y saltar con cada canción. Las icónicas armonías vocales entre los hermanos de Castro se escucharon impecables, así mismo cada instrumento se lograba identificar, generando una excelente experiencia auditiva, y si es que hubo problemas de audio o sonido, no se apreciaron fácilmente. Esto sumado al desempeño de los expertos en el escenario, los largos pasajes instrumentales y solos de guitarra, permitió que la energía del público (mayoritariamente adulto) no decayera y se mantuviera fiel al espíritu del heavy/rock del Barón, desatando incluso algunos moshpits, lo que resaltó al momento de tocar “Resistiré”
Los músicos hicieron guiños a clásicos del rock como “Born to be Wild” o “Another One Bite the Dust”. El show de real larga duración no permitía identificar qué tan cerca del final estaba. Sus seguidores demostraban emoción al escuchar tantos clásicos, coreando y saltando sin descansar. Destacable el coro de “Cuerdas de Acero” donde la voz de la multitud erizó la piel al cantar solo con la compañía de las percusiones.
Tras una hora y cuarenta minutos, la banda sale del escenario, pero no se toma más de un minuto para volver con la canción “Barón Rojo” y continuar con un espectáculo de media hora más, donde culminaron con “El Malo”. Cuando todo parecía ser el final, al leer una pancarta mostrada por un/a fan, decidieron no terminar el show ahí, e improvisar (según sus mismas palabras) con “Travesía Urbana”, canción que sonó a la perfección sin ningún tipo de ensayo en esas circunstancias.
Al encender las luces, los fanáticos sonreían felices y muy conformes con las más de dos horas de clásicos tras clásicos. Ni el cansancio ni el horario fueron impedimento para que Barón Rojo y sus fanáticos disfrutaran de una noche que demostró, ante un teatro casi completamente lleno, que son verdaderamente “Un estandarte del rock en español”. (frase dicha por fanático presente)
Reseña por Jessabel Loyola.
Fotos: @manson.fotografias