Nota Freddy Veliz | Fotos: @javiajerap
Los legendarios Foreigner, se presentaron ayer 7 de mayo ante un Movistar Arena prácticamente repleto de fanáticos, que llegaron a celebrar los casi cincuenta años de carrera de una agrupación dueña de toneladas de éxitos, que forman parte de la camada de artistas de los setentas, responsables de llevar el hard rock a las masas. Encasillados dentro del AOR (Adult Oriented Rock), que incluyen a bandas como Toto, Boston o Journey, en su momento fueron cuestionados por los más puristas, que veían como el rock se volvía más soft y radial, cautivando a un sector del público alejado de las estridencias de otros representantes más duros del género. Foreigner a pesar de las críticas, se fue haciendo un importante espacio en la escena, imponiendo su categoría a punta de canciones que quedaron grabadas en el inconsciente de toda una generación. Y de eso fuimos testigos en esta tercera visita a nuestro país, luego de 12 años de su anterior presentación, el conjunto regresaba con el plus de tener como invitado especial a Lou Gramm, cantante original quien abandonó el conjunto hace dos décadas.
El telón del recinto enclavado en medio del Parque O”Higgins, se abre para recibir a estas verdaderas leyendas a contar de algunos minutos pasados las 21:00 hrs. Un público en su mayoria adulto que bordea los 40 y 60 años de edad es rápidamente abducido en un viaje en el tiempo. El primer ataque viene de la tremenda “Double Vision“, uno de esos himnos eternos de la banda que seguramente acompañaron las veladas de la mayoría en su juventud por allá a fines de los setentas, y gran parte de la década de los ochenta. Con el guitarrista estadounidense de origen latino Luis Maldonado asumiendo el rol de cantante ante la imposibilidad de Kelly Hansen para sumarse a este tramo de la gira, la banda sorprende con un sonido pulcro y de gran nivel desde el comienzo. Una puesta en escena simple, cuya mayor elaboración viene por parte de la iluminación que logra crear un ambiente de matices y sensaciones que hacen brillar a cada uno de los miembros sobre el escenario.
El público lamentablemente fue bastante frío, y lo catalogaría como lo más bajo de la solemne noche. Una celebración del pasado, donde un clásico tras otro se sumaba ante nosotros, desde una ejecución increíblemente afiatada y extraordinaria de cada instrumento hasta un desempeño vocal que rosó la perfección por parte de Maldonado.
El contagioso y rockero ritmo de clásicos como “Head Games” y “Cold as Ice” asombran a la audiencia, algunos se levantan de sus asientos para acompañar con palmas, otros mantienen sus posturas, concentrados mientras comienza la primera balada de la jornada, se trata de la exitosa “Waiting for a Girl Like You”, la atmósfera se llena de nostalgia y nos remueve la memoria hacia aquellos años en que una power ballad podía ser el gancho para acercarte a la chica o el chico de tus sueños, ¿Cuántos de los asistentes habrán recordado a su primer amor?, la música tiene ese poder, y Foreigner sin dudas tiene un catálogo contundente en ese sentido, y la siguiente “That Was Yesterday” sigue confirmando que los británico-estadounidenses fueron una máquina creadora de hits increíbles, como la potente “Urgent” que en algo prendió a la apagada audiencia, antes de que Michael Bluestein nos regalara un hipnótico solo de teclados, donde el minimoog y los sintetizadores nos recordaban que ellos provienen de una escuela clásica rockera en que estas instancias de lucimiento son esenciales, tal como el ovacionado solo de batería del maestro Chris Frazier (Whitesnake, Steve Vai).
Foreigner al completo regresa al escenario, y la figura de Luis Maldonado es iluminada mientras interpreta las primeras notas de la rockera “Juke Box Hero”, es tiempo de recibir a la visita estelar, y el joven cantante le cede el micrófono a Lou Gramm , en medio de una efervescente ovación, con todo el recinto de pie para recibir al emblemático cantante, que a los 75 años de edad, con una operación cerebral de por medio, es capaz de tomar su posición y adueñarse del show, a pesar del notorio desgaste vocal, pero lo hace con dignidad y la sapiencia que te dan los años en el ruedo. Comienza uno de los instantes más emocionantes de esta verdadera fiesta nostálgica, que prosigue con “Long, Long Way From Home” y “I Want to Know What Love Is”, quizás la power ballad por excelencia del catálogo Foreigner, cantada al unísono por los miles de asistentes bajo la cúpula del Movistar Arena, lograron incluso sacar lágrimas en algunos corazones sensibles ahí presentes. Una versión remozada, con Maldonado cantando las primeras líneas en español, para luego Gramm continuar en el idioma original en medio de las luces en alto de los celulares como complemento a la emotiva atmósfera vivída, antes de subir los decibeles y cerrar con “Hot Blooded” otro de esos himnos rockeros que se tomaron el dial hace cuatro décadas para convertirse en esas joyas eternas que lucen frescas encapsulando una época de glorias y guitarras por mil.
Fue una cita con un pedazo de la historia del rock, y la música en general. Una banda que sorteó las críticas, y se impuso como uno de los nombres más recordados e imprescindibles de la industria musical, verdaderos baluartes que están viviendo posiblemente sus últimos momentos sobre los escenarios, al menos así lo definen en este The Historic Farewell Tour, donde además se dieron el gusto de sumar a su cantante original, en una suerte de estrechar la mano, olvidar las desavenencias, y validar que en parte su figura fue primordial en llevar a la banda a la cúspide de los charts y el éxito mundial.
