AVANTASIA EN CHILE
27 DE JUNIO 2013 | TEATRO CAUPOLICÁN
Por Freddy Veliz
Si el Miércoles estuvo marcado por la presencia de una banda emblema dentro de lo más extremo del metal, el Jueves fue el turno de ver a un proyecto insigne dentro de los sonidos épicos y operáticos dentro del metal que tanto gusta por estos lados. El músico alemán Tobías Sammet a sus 35 años sigue empecinado en descubrir nuevos lenguajes en el mundo del heavy metal, y no le basta con ser la voz, tecladista y compositor de Edguy, sino que desde hace más de una década mantiene vivo el proyecto Avantasia, con el que se da el gusto de compartir con importantes músicos que colaboran en el desarrollo de esta teatral propuesta.
La cita con este regreso de Avantasia por este lado del mundo, a cinco años de su debut en nuestro país generaba bastantes expectativas entre sus fanáticos, que llegaron temprano al Teatro Caupolicán para ir ocupando la mejor posición y disfrutar de un espectáculo que se sabe de antemano será de mucha visualidad y entrega. En la espera podíamos ver una buena cantidad de público femenino y personas de distinto rango etáreo, quienes cuando se apagan las luces y comienza a escucharse el clásico de Richard Strauss “Also Sprach Zarathustra” no dudaron en ovacionar al instante y comenzar a soltar la adrenalina que provoca la espera en el recinto, cuya baja temperatura quedaría atrás cuando aparece en escena primero Michael Rodenberg en el teclado y luego Felix Bohnke que sube a la tarima dispuesta atrás del escenario saludando con los brazos en alto para tomar posición en la batería bajo los aplausos del público, y comienzan a sonar las orquestaciones que nos introducen a “Spectres”, que también inicia “The Mistery of Time” la última obra de los alemanes. Y mientras toman posiciones los demás miembros de la agrupación, en la tarima trasera la figura de Tobías Sammet hace su aparición vestido de chaqueta y sombrero de media copa, a su derecha vemos a la rubia Amanda Sommerville junto a la voz de Heaven’s Gate Thomas Rettke en los coros, sacudiendo el Caupolicán bajo una puesta en escena brillante, en que un gran telón de fondo con la imagen del arte de la última placa, y una iluminación impresionante en cuanto a potencia y precisión. Sasha Paeth y Oliver Hartmann son una dupla de temer en las guitarras, el segundo además apoyando en las voces de manera bastante acertada, recordemos que en la grabación de estudio de esta pieza, Sammet es acompañado por el ex Rainbow Joe Lynn Turner. La calidad del sonido también es un detalle a destacar, los alemanes normalmente nos impresionan con eso, un muy buen trabajo tras las perillas, a pesar de algunos pasajes en que se saturaban las guitarras o en el caso de Rettke en “Scales of Justice” en que su voz sonaba demasiado sobreexpuesta, quedando en evidencia una falta de matices vocales.
Las estrellas se iban sucediendo una a otra, el ex Helloween Michael Kiske sube al escenario para interpretar junto al anfitrión, “Reach Out for the Light” y “Breaking Away” en una sólida presentación del calvo vocalista. A este lo siguió la legendaria voz de Mágnum, Bob Catley, con 65 años mantiene su capacidad vocal en muy buena forma, un viejo crack que por primera vez pisaba suelo chileno, todo un lujo haber podido tener frente a frente al gran Catley.
Con Eric Martin la velada se transformó por completo, con una personalidad bastante extrovertida el vocalista de Mr. Big protagonizó los momentos más lúdicos y de interacción con el público, con conversaciones junto a Sammet en el escenario, y bromas que hacían sacar risas a los asistentes, aunque por momentos se alargaba en demasía con su parlamento en los interludios. La balada “Whats Left of Me” y la más avasallante “Promised Land” fueron uno de los platos fuertes interpretados por Eric.
El Powermetal teutón vivió una verdadera fiesta, con la pista del teatro repleta, la galería que en un comienzo estaba inhabilitada, tuvo que abrir uno de sus sectores para recibir a algunos rezagados. El público no perdió en ningún instante el entusiasmo, coreando y saltando en gran parte del concierto, la blonda Amanda Sommerville, recibió todos los piropos de la audiencia masculina, muy colgada quedó cuando en masa le decían “Mijita rica!” no captando lo que significaba, pero Sammet muy caballerosamente se lo tradujo como “sexy”.
Puntos altos, “The Scarecrows”, “The Wicked Symphony” (con Rettke, Catley y Sommeville en las voces), “Lost in Space” masivamente coreada, aunque siendo sinceros, los coros del público se mantuvieron en cada uno de los cortes, “Stargazer”, “Twisted Mind” y “Dying for Angel” dieron paso al encore.
Luego de largos minutos Sammet y compañía vuelve al escenario junto a Michael Kiske quien anuncia el ya clásico que lleva el nombre de la agrupación, la contagiosa “Avantasia” que hizo saltar y cantar a los fanáticos que soportaban incólumes la larga jornada que llegaba a dos horas de concierto, y veíamos que aún quedaba más, y nada menos que la extensa “The Seven Angels” es interpretada magistralmente y en su totalidad por esta suerte de colectivo de los sonidos épicos.
Una vez terminada la envolvente experiencia de esa suite incluida en The Metal Opera Part II del 2002 Tobias, o Toby como le gritaba la fanaticada, anuncia “Sign of the Cross” y como introducción comienza a presentar a los músicos que lo acompañan en esta hazaña, con una base de bajo-batería que el público asoció con el clásico de Black Sabbath era Dio “Heaven and Hell” comenzando a corear la reconocible melodía, La banda al percatarse comienza a seguir la corriente y Sammet nos regala una pequeña improvisación de ese tremendo himno, ganándose los aplausos de las más de dos mil almas power metaleras presentes. Y así con “Sign of the Cross” se ponía punto final a cerca de dos horas y media de un viaje épico por las estructuras marchantes del proyecto comandado por Sammet, quien acusó por momentos cierto desgaste en la voz, sobre todo en las notas altas, pero que sabe sortear con éxito y con la ayuda de sus ilustres invitados. La teatralidad, la magnificencia de los arreglos orquestales y la innegable calidad de cada uno de los músicos son puntos a destacar en una noche que se tiñó de ese metal adornado de sinfonías y atmósferas solemnes.
Set List:
Also Sprach Zarathustra
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Spectres
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The Watchmakers’ Dream
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Prelude
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Reach Out for the Light
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Breaking Away
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The Story Ain’t Over
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Scales of Justice
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What’s Left of Me
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Promised Land
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The Scarecrow
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Shelter from the Rain
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The Wicked Symphony
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Farewell
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Lost in Space
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Savior in the Clockwork
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Stargazers
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Twisted Mind
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18. Dying for an Angel
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Encore:
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Avantasia
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The Seven Angels
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Sign of the Cross
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Fotos: Claudio Poblete
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