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Conciertos

Live Review | PHIL COLLINS: Mil emociones, un sinfín de recuerdos

15 de marzo 2018 | Estadio Nacional

Nota: Freddy Veliz | Fotos: Jaime Valenzuela

 

Debieron pasar 23 años para que Phil Collins volviera a pisar tierra chilena. El músico, uno que sin dudas tiene un lugar de privilegio en la historia del rock y el pop mundial, retomó las giras luego de pasar uno de los peores momentos de su carrera, primero con el lamentable diagnóstico de sordera que lo tuvo al borde de abandonar su exitosa carrera, hasta su grave daño a una vértebra cervical que lo llevó al pabellón de cirugía, con resultados poco satisfactorios, que lo alejaron de la batería, y lo mantienen imposibilitado de mantenerse de pie en los escenarios. El amor por la música, y probablemente también por algún motivo comercial, el tozudo compositor regresó a las pistas con el tour Not Dead Yet Live, anunciado a fines del 2016, e iniciado en junio del 2017 en la ciudad de Liverpool, Inglaterra.

El anuncio de su regreso a Chile, fue tomado con mucho entusiasmo por sus seguidores, mayormente de un rango etario sobre los 35 años, a pesar de ciertas dudas de cuál era el estado actual del músico, y en cómo esto afectaría el show. El británico confirmó, y además se unió a la gira The Pretenders, la legendaria banda de pop, rock, new wave, liderada por la carismática y talentosa cantante y guitarrista Chrissie Hynde.

Con un retraso de casi media hora la banda angloamericana sube al escenario en medio de un frío recibimiento, lamentable para un conjunto de una gran trayectoria y gestor de grandes éxitos que marcaron parte de una época. Chrissie Hynde y compañía, publicaron ‘Alone’, su última placa el 2016, y de ahí extrajeron el tema que da nombre al disco para iniciar el show, lo que obviamente generó que el público no fuese tan efusivo con el conjunto. Mi conclusión al respecto, es que The Pretenders es de esas bandas que muchos conocen sus éxitos, pero pocos saben el nombre de quien las interpreta, y eso quedó de manifiesto en un estadio a medio llenar en ese momento, que al sonar los acordes de “Message of Love” primero, y con más claridad luego con “Back on the Chain Gang”, uno de esos clásicos bailables infaltables de los ochentas, recién gran parte de los asistentes reaccionaran ante la música que emanaba desde el escenario.

Chrissie Hynde, con 66 años en el cuerpo, mantiene su registro vocal prácticamente intacto, una de esas voces únicas, que aportaron el sello a la banda, quienes a través de su historia han sufrido cambios sustanciales de integrantes, sea por malas relaciones, las drogas o la muerte. El único integrante original que mantiene  en la formación actual, es el baterista Martin Chambers. La cantante y compositora no luce su característico look de pelo negro y chasquilla que le cubría sus ojos, ahora muestra un peinado mas desordenado y rubio, su delgada figura y su impronta rockera la mantienen en forma para seguir recorriendo el mundo con su música.

Un recorrido por su carrera, donde los clásicos más radiales fueron los que lograron captar la atención del público. Hynde emociona dedicando “Hymn to Her” a Phil Collins, también con la perfecta interpretación de la balada “I’ll Stand by You” con una intro a capella que eriza la piel por la calidad vocal de la artista. Cortes menos conocidos por la mayoría, pero que son parte de una importante etapa del conjunto como “Kid”, “Private Life” o “Talk of the Town” son escuchados con cierta indiferencia por la masa. También se dan el espacio para ofrecer un guiño a The Kinks con el cover de “I Got to Sleep”, banda de la cual Hynde es una confesa admiradora desde la adolescencia, además de haber tenido una relación íntima con su líder Ray Davis en los ochenta de la cual nació una hija.

Para el final del show cortes como “Brass in a Pockett”, “Don’t Get Me Wrong”, “Middle on the Road” lograron en algo alertar al público de lo que ocurría en el escenario, un público que lamentablemente se vio parco y poco entusiasta con la banda, de la que al parecer tenían pocos referentes antes de llegar al recinto. Un show correcto, cuyo sonido fue afectado por lo abierto del recinto, y opacó en algo un show que me gustaría apreciarlo en un lugar cerrado y más pequeño.

Las ansias del público por ver de vuelta en Chile a Phil Collins se acrecentaban con el retraso en media hora de la salida al escenario, en las repletas tribunas y galerías los asistentes creaban una gran ola humana mientras los minutos pasaban, y se proyectaban en las pantallas numerosas fotografías de Collins en sus distintos periodos, hasta que al fin se apagan las luces, Collins entra apoyado en un bastón, toma asiento en una silla dispuesta en medio del escenario, y comienzan las primeras notas de la balada “Against All Odds (Take a Look at Me Now)”, provocando los aplausos, ovación y emoción del público. Su voz, si bien se siente desgastada, se escucha en buena forma, los reparos que había antes del show comienzan a quedar atrás con la seguidilla de éxitos que van pasando como un retrato a través del tiempo.

El público corea cada uno de esos clásicos inconfundibles en la carrera de Phil Collins, “Another Day in Paradise”, “I Missed Again”, “Hang in Long Enough” van armando una presentación pulcra, y apoyada con una banda que incluye a históricos, como los guitarristas Daryl Stuermer y Ronnie Caryl, el percusionista Luis Conte, el trompetista Harry Kim, el barbudo bajista Leland Skalar, entre otros, donde destacó también su hijo Nicholas Collins, de tan solo 16 años en la batería, sin dudas heredó parte del talento de su padre, cautivando a la audiencia con su performance.

Los bronces son uno de los puntos esenciales en la música del británico, así también el apoyo que brinda el coro de cuatro voces (dos hombres, dos mujeres), sustentando así las falencias vocales que podría presentar el cantante, que con “Throwing It All Away” y “Follow You Follow Me” repasa algo de su carrera en Genesis, con imágenes que muestran cada una de las etapas de la banda, con Peter Gabriel y Steve Hackett incluidos.

Phil Collins siempre se caracterizó por un talento increíble para crear canciones que se convirtieron en éxitos absolutos, encontró la fórmula y la explotó hasta el cansancio, logrando reunir un catálogo impresionante de hits, que se quedaron en la memoria colectiva de toda una generación, y eso se proyecta en sus conciertos, donde abundan las emociones, los recuerdos, canciones que son parte de la vida de los cerca de 50.000 personas reunidas en el principal coliseo del país, entre los que a varios les cayó una lágrima con “Separate Lives”, canción que saltó al éxito al ser incluida en el recordado film Sol de Medianoche en 1985. La interpretación de la grandiosa “In The Air Tonight” donde tradicionalmente Collins tomaba las baquetas para entrar con ese icónico e inolvidable redoble, que esta vez estuvo a cargo de su hijo fue simplemente conmovedora.

Él ha enfrentado su problema de salud con bastante altura, no se desgasta en lamentos, e intenta que lo vean feliz arriba de los escenarios, claro, para sus fans es imposible no recordarlo con su activa forma de plantarse en las tablas, interactuando con sus músicos, bailando, o tocando la batería, lamentablemente ya no es así, y eso solo queda en el recuerdo. Las expectativas que se tenían eran diversas, se planteó una presentación relativamente breve, comparada con sus conciertos de antaño, donde se enfoca en sus más exitosas canciones, incluido los covers de “You Can’t Hurry Love” de The Supremes o “Easy Lover” original de Philip Bailey, que los hizo suyos con notables versiones, y que el público aprecia y las corea, sin saber incluso que no son de su propiedad, pero he ahí también el talento que tiene como intérprete, logrando adaptar canciones que terminan siendo parte de su historia. Un músico aplaudido por las mayorías, pero muchas veces criticado por los que sintieron, en algún momento, que el vuelco de Phil Collins hacia lo comercial, arrastrando también a Genesis en ese camino, lo llevó a perder  peso artístico.  A estas alturas sería una estupidez exigirle otra cosa, él logró su cometido, fue su decisión hace ya cuatro décadas, y se transformó en uno de los artistas más queribles de las masas y de los medios radiales.

Con “Sussudio”, y el tradicional encore con la emotiva “Take Me Home” Phil Collins se despedía de nuestro país, un final con aroma a una despedida definitiva, no sabemos si en estos momentos de su vida, él esté dispuesto a continuar girando, en el escenario se muestra positivo, pero su problema físico, debe ser difícil de llevar, y aunque 67 años en estos tiempos no es una edad como para pensar en el retiro, su salud puede ser el detonante para que así lo decida en algún momento, solo él lo sabe, hace algunos años anunció su alejamiento de la música, y aquí lo tenemos de vuelta, vivito, no sé si coleando.

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Esta noticia fue publicada por el área editorial de iRock.CL

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