Luego de su paso por Maquinaria el 2010 y Lollapalooza el 2013, los dirigidos por Josh Homme regresaron a Chile, esta vez para presentarse en un show en solitario, momento que los fanáticos de la agrupación norteamericana esperaron por bastante tiempo. El lugar escogido: Movistar Arena, espacio propicio para recibir a una de las bandas más importantes de los últimos años.
Al acercarse la fecha se nos confirmaba la participación del chileno Alain Johannes como número de apertura, y así fue que a las 20:00 horas exactas, el cantante, multi instrumentista y productor sube al escenario acompañado de su banda compuesta por destacados músicos nacionales. Un intenso show donde Johannes repasó parte de su impecable trayectoria .
Con un comienzo algo irregular en el sonido, que progresivamente fue mejorando para que desde la mitad de la presentación hacia adelante la intensidad y el groove de las guitarras, mas el gran desempeño de Cote Foncea en batería y la solidez instrumental de su hermano Felo, además de Roberto Trujillo y Diego Ili lograran terminar con un nivel superior a punta de un repertorio elegido con pinzas. “All my Friends”, “Crash Today”, “Natures Wants to Kill Me”, “Reach Out” y la emocionante “Why” fueron el repaso a su carrera junto a ELEVEN, además de presentar parte de su próximo trabajo y algo del proyecto ideado por Josh Homme, The Desert Session, en el que Johannes tuvo una destacada participación en los volúmenes 7 y 8, de este último extrajo “Making a Cross”corte con el que dio por finalizada una actuación potente y compacta, dejando los motores preparados para lo que se venía.
Las ansias se hacían sentir en el interior del recinto ubicado en el emblemático parque santiaguino, una fanaticada transversal colmaba la cancha y la platea alta, mientras el sector intermedio (platea baja) era ocupado en mayor medida en sus partes laterales.
Con algunos minutos de retraso, se apagan las luces y se da la partida a una velada increíble. Josh Homme y compañía se lanzan con “You Think I Ain’t Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire” del excelente Song for the Deaf (2002) y del mismo extraen “No One Knows” uno de sus mayores éxitos y que hizo saltar a los presentes coreando cada una de sus líneas, un comienzo fulminante por decir lo menos y que no da pie atrás, puesto que sin mediar tregua nos regalan otro gran momento con “My God is the Sun” seguida de la cadenciosa “Smooth Sailing” de …Like Clockwork (2013) , eran los cuatro primeros temas y ya sentíamos que estábamos en el peak de la noche, pero era solo el comienzo.
Con fenomenal capacidad la banda se arma de muros sonoros de alta densidad, las guitarras de Homme y Troy Van Leeuwen adquieren un protagonismo complementado a la par por Michael Schuman desde el bajo, y la solidez vital de John Theodore en la batería. Dean Fertita es un apoyo sustancial desde los teclados y la guitarra, instrumentos que va intercalando con total precisión.
Atmósferas mas calmas se viven con “I Sat By the Ocean” y “Kalopsia”, instantes propicios para recibir la distorsión cabalgante y narcótica de “Feel Good Hit of the Summer” y la melodiosa y contagiante “The Lost Art of a Keeping a Secret”.
Sorpresa causo la inclusión de “The Fun Machine Took a Shit and Died” , que no venían incluyendo en la gira.
Luego de “In the Fade” , llega el turno de otro éxito esperado por los presentes, “If I Had a Tail” hace corear a los miles de devotos seguidores Las Reinas de la Edad de Piedra, esta es seguida por otro de sus conocidos cortes ,“Little Sister”.
Homme se da tiempo para bromear hacia las cámaras, “Fuck Tv!!” dice entre risas para luego saludar y agradecer, refiriéndose a la amistad nos presenta “Fairweather Friends”.
El concierto se iba por un tubo a punta de un repertorio a prueba de balas, no me había detenido a pensar la cantidad de éxitos que QUEENS OF THE STONE AGE ha ido acumulando a través de su historia. Éxitos que ayudan bastante a la hora de armar un set que mantenga el ambiente de un concierto siempre en alto, y eso la banda lo sabe manejar a la perfección al repartir estos hits por las casi dos horas de show. Extraídos de Era Vulgaris (2007) pasamos de los pegajosos coros de “Make It Wit Chu” a la efervescencia de “Sick, Sick, Sick”, puños en alto y el comienzo de uno de los instantes más álgidos en medio del público, la energía desatada daba para mucho más , manteniéndose en “Go With the Flow” y acentuándose luego del encore con él ,a estas alturas clásico, “Mexicola”.
Se venía el final, y la descomunal “A Song for a Dead” cerraba, con mosh pit incluido (curioso en este ámbito), una noche perfecta para los amantes de ese rock desértico que Homme alguna vez definió junto a John García en Kyuss y que ha pulido con QOTSA, llevándolo a otras esferas de público, sin perder esos especiales compases que por momentos nos pueden dirigir hacia dimensiones lisérgicas como también a directas composiciones de crudo rock and roll. Una noche perfecta para culminar el Domingo y comenzar la semana con la energía necesaria que solo un buen concierto de Rock te puede inyectar.