Siempre liderados por Álvaro Henríquez, Pettinellis volvió a la vida durante 2022, celebrando los 20 años de vida de su disco debut, y, desde entonces, han tocado y grabado algo de música nueva. Este año editaron su sencillo “Caballo Sin Dueño”, actuaron en Lollapalooza, y ahora fue el turno de celebrar en el Teatro Coliseo, mismo lugar donde tocaron en su reunión, y en compañía de los históricos Electrodomésticos.
Con la gran Edita Rojas instalándose en la batería, y el histórico Carlos Cabezas al frente, una de las bandas más originales de la escena musical chilena se aprestaba a tocar frente a la expectante audiencia. Masiel Reyes es la bajista actual de la banda, y Franco Muñoz completa la alineación en teclados.
Comienzan de manera suave en volúmen, pero densos y oscuros con “Un Pez”. Buena elección para atrapar con sus atmósferas e ir calibrando sonido en un recinto conocido por su reverberación. Con similar tono y Edita golpeando su set electrónico, siguen con “Canción Azul”, que finaliza con Carlos colgándose la guitarra eléctrica y Edita volviendo al volviendo al set acústico, señal de que la noche iría creciendo en potencia.
Con la intro grabada de “Has Sabido Sufrir” la gente se prende, abrazando un cálido momento de comunión con la banda. Le sigue “Detrás Del Alma” y ese susurro profundo que magnifica la puesta en escena, dejando a todos listos para recibir la descarga potente de “Fui Detrás De Tí”. “No Me Digas” suena bien rockera, más aún con el solo de guitarra punzante de Cabezas. “En Tu Mirar” marcó el gran regreso de la banda en los 2000 y es reconocida como tal por la audiencia desde el explosivo inicio. “Fe De Carbón” tiene más peso aún, y el ambiente caldeado horneado por este crescendo recibe con euforia al invitado de la siguiente canción, el dueño de casa de esta noche, Álvaro Henríquez, que guitarrea y hace las voces recitadas del clásico “El Frío Misterio”, frases que sonaron mejor en la segunda vuelta, dejando una hermosa postal en esta velada. La banda finalizará con la asombrosamente rockera “Después De Muerto”, el acelerado nuevo sencillo con que siguen reafirmando su buena salud creativa. La presencia enorme y especial voz de Carlos Cabezas, la fuerza y precisión de Edita, más el bajo potente y segundas voces de una apasionada Masiel junto al gran trabajo en teclados de Franco, hicieron que el inicio de esta noche fuese mágico, con una entidad que es una verdadera leyenda de la música chilena, y que aún exuda pasión.
Con una cortina brillante que parece sacada de una fiesta nocturna, se prepara el escenario para el gran cierre con los Pettinellis, quienes volvieron con todo, aun cuando el único miembro constante sea Álvaro Henríquez. Qué más da, es el creador y uno de los músicos más relevantes de nuestra escena, quien logró ese hito tan escaso que es el de formar una nueva banda exitosa, después del fin de Los Tres, quienes marcaron la historia del rock y la música popular chilena.
La banda inicia con “A Go-Go”, un instrumental ad-hoc para calentar motores de manera festiva, con Boris Ramírez iniciando con la batería. El ex baterista de Primavera de Praga se ganó un lugar en Los Tres, y ahora en Pettinellis en base a su preciso manejo y grandes actuaciones. El público recibe como el héroe que es a Álvaro Henríquez, quien se acompaña del mencionado Boris, de Sebastián Cabib en bajo (otro que se repite en Los Tres), Paul Cortés en teclados y Paolo Murillo en guitarra. “No Hables Tanto” inaugura una noche llena de hits, con Álvaro liderando con su guitarra semi-hollow, que en “Niña” suena apasionada en el gran solo que adorna un tema muy coreado. La banda luce afiatada en todo momento, y lo corroboran en la cueca “El Desquite”, y luego con la clásica y melancólica “Hospital”, en donde ingresa Carlos Cabezas como invitado, otorgándole gran profundidad a una versión inmensamente celebrada por la audiencia. El líder de Electrodomésticos se retira ante las loas de Álvaro, y el show continúa con una canción nueva, titulada “Amparax”, que prepara el ambiente para “Amada”, cuya sección intermedia es cantada a capella por todo el teatro. “Fue Algo Que Dije” es otro tema nuevo, breve y directo, que conecta con una oscura e intensa versión de “Arauco Tiene Una Pena”.
Otro músico que ha sido protagonista, invitado en numerosas canciones, es el guitarrista Nicanor Henríquez, sobrino de Álvaro, quien se encarga del solo de “Sexo Con Amor”, batallando en un entretenido duelo con su tío. “Caballo Sin Dueño” es el más reciente sencillo de Pettinellis, que trae una guitarra muy distorsionada de Álvaro. El set finaliza con “Un Hombre Muerto En El Ring”, que es la canción más coreada por lejos. La gente salta, y en algún momento Henríquez pide que la canten más fuerte, y a la banda, bajar el volúmen, entregando un hermoso momento, con el que finaliza esta parte.
Para el encore, se despachan una interesante versión de “Yendo De La Cama Al Living” de Charly García, a modo de homenaje para un referente latinoamericano sin igual. Suena “Allí Va”, que es un cover de la canción “There She Goes” de los ingleses The La’s, para luego entregar la versión de “Arriba Quemando El Sol”, de Violeta Parra y que supieron hacer suya dándole identidad propia, y tocándola ante de la advertencia de Álvaro de que cuiden sus oídos por lo fuerte que se venía la interpretación.
La notable jornada finaliza con el clásico más ecléctico de la banda, la jugarreta electrónica titulada “Ch Bah Puta La Güeá”, que puso a cantar a todos por última vez. Alegría y fiesta fue lo que dominó la velada, con dos bandas que han sabido marcar hitos en sus respectivos estilos, y que demuestran seguir vigentes ante un público que los ama, y que esperamos le ponga oído a las nuevas composiciones. Un lujo de noche.
Chequea la galería de fotos pinchando acá.
