Por: @jeff.qlo
Parece broma, pero ya es costumbre: Michale Graves vuelve a Chile. El exvocalista de Misfits regresa este 7 de noviembre para ofrecer un show especial donde tocará American Psycho y Famous Monsters completos, dos discos que marcaron su era dentro de la banda y que definieron el sonido más teatral y melódico del horror punk de finales de los noventa.
Michale Graves representa una etapa muy particular de Misfits, cuando el terror se mezclaba con una teatralidad más cuidada, una estética cercana al cómic y un sonido más melódico, pero sin perder la rudeza punk. Es un tipo de oscuridad más colorida, más de cine de medianoche que de cementerio real. Y quizás eso explica por qué sus shows en Chile siempre terminan siendo una especie de carnaval oscuro, entre el humor, la devoción y la nostalgia.
Y es que Graves no es de esos artistas que se esconden tras el maquillaje. Es cercano, carismático y sorprendentemente alegre. Después de los shows, suele quedarse conversando, firmando discos o simplemente bromeando con los fans. Tiene esa mezcla entre estrella y persona común que lo hace querible. A veces incluso lanza chistes sobre cuántas veces ha venido, como si él mismo entendiera lo absurda que es su frecuencia en nuestro país. Pero más allá de eso, lo disfruta. Se nota en su actitud, en cómo agradece a la gente, en cómo se detiene a mirar a los rostros entre la multitud. Su conexión con Chile no es un cliché, es real.
Lo que hace especial esta fecha no es solo que toque esos dos discos completos, sino el contexto en que lo hace. A diferencia de otras giras más nostálgicas, esta se siente como un acto de reafirmación. Es su forma de decir “esto es lo que soy, esto fue lo que construí”. American Psycho y Famous Monsters fueron los discos que revivieron a Misfits después de años de silencio, con un sonido más limpio pero igual de venenoso. Para una generación entera, esa fue la puerta de entrada al horror punk, y su voz quedó marcada en el ADN de esas canciones.
Su público fiel volverá a estar ahí. Los mismos que lo han seguido en cada visita, los que se saben cada palabra, los que no se cansan de gritar su nombre como si fuera un conjuro. Porque de alguna manera, cada regreso suyo funciona así, un llamado, una invocación colectiva donde Michale aparece nuevamente para hacer lo que mejor sabe: Conjurar a su audiencia y sumergirla en un universo de horror y Punk.
En entrevistas, ha dicho que Chile es uno de los pocos lugares donde siente “una energía real”, y que si pudiera elegir un país fuera de EE. UU. para vivir, probablemente sería aquí.
Puede que venga seguido, pero esta vez tiene un significado distinto. No es solo un repaso de canciones, sino una celebración de todo lo que representa. La conexión con Chile, la pasión por el escenario, si nos preguntamos por qué vuelve siempre, es simple: el público conecta con él, se vuelven endemoniados y a la vez hay cierto compañerismo.
Este viernes 7 se presenta en un Teatro Coliseo repleto, produce Monkey y las entradas a través de punto ticket.


















