SILENCIO EN VIVO
14 DE DICIEMBRE 2013 | BAR DE RENE
Por Gonzalo Arancibia Guede
La historia fue simple: una banda de rock con sentido, un público sudoroso coreando cada letra como si fuera la última, la tensión de un momento épico y un puñado de reporteros gráficos haciendo todo lo posible por obtener la mejor foto entre el vendaval. Así fue el show que la agrupación capitalina Silencio ofreció el pasado sábado 14 de diciembre en otro clásico criollo: el Bar de René.
La banda compuesta por Daniel Robles (bajo) Pablo Diabuno (guitarra) y Kurt Heyer en batería se mostró sólida y comprometida con una audiencia que observó el despliegue de una propuesta llena de personalidad, mensajes e impronta metalera.
De esta forma, la noche arrancó con los acordes de “Mal, “Copula” y “Sufre cuanto puedas” cortes que de inmediato dieron fe del porqué Silencio es considerada una de las bandas más importantes de esta escena. A ella siguieron “Comprender” y“La violación de la hija de nadie” los cuales fueron altos momentos el show por la carga emotiva que presentan ambas obras.
A lo largo del show se agradece el carisma que a todo momento Robles comparte con el público y sus compañeros. Ello contrasta con el sólido trabajo que hace Diabuno en su guitarra afinada varios tonos más abajo, logrando un color grisáceo en cada canción.
A ello se le suma el excelente trabajo percutivo a cargo de Heyer, quien a ratos trae al presente rudimentos tan arraigados en la cultura del rock y el metal clásico, que a su vez dialogan de manera exitosa con los cambios de tiempo y las cadencias sonoras que logran dar un toque distinto a canciones con peso emotivo y armónico.
La noche continuó aun más arriba cuando salieron a escena cortes como “La luz cae”, “IRD”, “Robo” o “Adverso”, esta última perteneciente al disco “Fundamental” el cual se erige como el segundo trabajo discográfico del trío.
Ya para el cierre, la banda regaló un puñado de canciones que lograron cautivar a una audiencia que en todo momento estuvo fiel y cautiva, pero sin olvidarse que era una fiesta del metal y que había que vivirla de frente. De ahí el indiscutido mosh que aparecía cuando la banda aumentaba el tempo.
Tras la interpretación de “Masa”, Silencio ponía fin a un show de 21 canciones que lograron llegar a la médula. Verlos en vivo es dialogar con un proyecto que respira el oxigeno de todos ellos que gustan de la música con contenido, que va de frente y que posee un respeto irrestricto por la memoria de los sentidos.
Silencio es hoy una de las cartas prometedoras de la escena nacional. Destacan sus cualidades instrumentales. Pero por sobre todo, la propuesta brilla por su compromiso con temas ocultos de la sociedad que tiene en su ADN un grito igualmente furioso que entregar. Y están ellos para contarlo con la frente arriba y un par de acordes que te vuelvan el cerebro en cada instante…y en silencio.
Fotos., Cristian Carrasco S.
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