Conciertos

LIVE REVIEW | SUICIDAL TENDENCIES golpea Santiago

iRock

26 Agosto, 2013

SUICIDAL TENDENCIES EN SANTIAGO

25 DE AGOSTO 2013 | CLUB KMASÚ

Por Freddy Veliz

Mike Muir y su legendaria banda volvieron por tercera vez a Chile, en esta ocasión para brindar dos shows, Valparaíso y Santiago se preparaban para recibir la avalancha crossover de los oriundos de Los Ángeles, California.

En Santiago la hora para este reencuentro estaba estipulada a las 17:00 del sábado 24 de Agosto, y con los antecedentes de un retraso de tres horas en Valparaíso, había cierto recelo con lo que ocurriría en la capital, pero eso no fue motivo para que a las 16:00 ya se encontraran fanáticos apostados fuera del recinto de Blanco Encalada. La preocupación aumentó cuando se informó que había un retraso y que la entrada se postergaría para por lo menos una hora, y que el concierto comenzaría a las 19:30.

Felizmente a las 19:15 estalla la horda de fanáticos con la entrada en escena de cada uno de los miembros de la banda que redefinió el hardcore al fusionarlo con el metal en pleno auge del thrash en los 80s y de “Lights…Camera…Revolution!” (1990) asaltan el escenario con el clásico “You Can’t Bring me Down” , el caos se deja caer con intensidad , Mike Muir, con 50 años a cuestas, no se ahorra energías y corre por todo el escenario. El voluminoso Eric Moore es una bestia tras los tarros, otorgando peso y precisión a la banda, todo un espectáculo aparte. La entrega en vivo de Suicidal Tendencies queda plasmada desde la partida, y en un show que a al no tener el sonido como un buen aliado, se suple con el poderío de los californianos.

El motivo de la gira es la promoción de “13” su nueva placa (no es una confusión, es el mismo título del álbum con el que los legendarios Black Sabbath regresaron y nos visitarán en Octubre) y por supuesto temas como “Smash It”, “Who’s Afraid” no faltaron en el set. Tampoco los lucimientos de Dean Pleasants en las seis cuerdas ni del poder rítmico de Tim Williams en el bajo.

“War Inside my Head”, “ Freedumb”, “Send me your Money”, “We’are Family” entre otros clásicos agotaban el aliento de los que incansablemente participaban de los sucesivos mosh, que se vivieron con intensidad en la pista, bajo esas ochenteras bolas de espejo que decoran la discotheque santiaguina.

Mike Muir invita a un fanático al escenario para presentar uno de los clásicos esenciales de la banda, y de uno de los íconos de su discografía, Join the Army de 1987, rescatan “Possessed to Skate”, un himno para toda una generación de skaters, ocasionando uno de los momentos más álgidos de la velada, todo el power del hardcore punk más tradicional de los 80s se hacía presente para demoler los cuerpos danzantes de los que quisieron participar del circle pit y los crowd sufing, que abundaron durante la hora y quince del concierto. Un tiempo que podríamos considerar breve pero que cumplió con la cuota exacta de intensidad para dejar agotado a cualquiera, con el clásico de 1988 “How Will I Laugh Tomorrow” y el himno infaltable “Pledge your Allegiance”, desgarrando las gargantas coreando el nombre de la banda en un grito de guerra que hizo tronar la Kmazú, llegábamos al final del show de la agrupación liderada por Mike Muir, que se niega a dejar las pistas después de más de 30 años en el ruedo con una propuesta que influenció a una gran camada de bandas en los 90, sentando así las bases para nuevos sonidos en el metal, creando una alianza con el sector más radical del Hardcore, e incluso el hip hop.

La ST sonó fuerte desde la boca de los seguidores que no olvidaron sus bandanas ni levantar sus viseras en una tarde-noche que tuvo una salida pacífica, al contrario de lo que ocurrió durante la realización del concierto donde un grupo de los infaltables desadaptados que demuestran su incultura frente este tipo de espectáculos, ocasiono destrozos fuera del recinto. Una costumbre que debemos erradicar urgentemente, si queremos que las productoras se interesen en traer bandas del género a nuestro país, lamentablemente con estos hechos solo perdemos los que disfrutamos con altura eventos de esta naturaleza. No hay excusas válidas.