Sin dudas el rock directo y de contenido de los chilenos Weichafe fue uno que brillo con luz propia y ante miles de personas que se contagiaron de su propuesta enérgica y punzante, pero ellos no fueron los únicos que pusieron la nota rockera nacional al encuentro, en el Lotus Stage, ubicado en La Cúpula, se congregaron tres bandas que también llevan la batuta de las guitarras desde dos frentes en el rock.
8 Monkys
Foto por Esteban Garay
8 Monkys, impusieron su fusión de rock, funk y ritmos latinos y por otro lado Dr. Vena, deslumbró con su entrega y gran sintonía con el público que se dio un momento entre tanta estrella extranjera, para entrar a este arrinconado escenario, con un rock A LA VENA, hicieron que las guitarras se apoderaran del recinto ante una buena cantidad de público. La banda de hard rock, que el 2014 ya se habían presentado en el mismo festival, esta vez llegaron con la madurez que dan los años y las giras realizadas en el extranjero, eso se refleja en la solidez de su acto, con mucha actitud.
Dr Vena
Foto por Esteban Garay
Si Dr. Vena impuso lo directo del rock duro, a continuación el turno fue de Crisálida, con su propuesta de sonidos progresivos que fusionados con el metal y la música de raíz, imponen un sello que los hace únicos en su especie.
Mientras en el escenario VTR debutaba en Chile los punketas de Rancid, frente a una Cúpula repleta , la agrupación compuesta por Cinthia Santibañez, Rodrigo Sánchez, Damián Agurto y Braulio Aspé, subió al escenario, para descargar un repertorio de cortes que nos muestran parte de sus últimos discos de estudio, enfocados principalmente en Terra Ancestral, álbum que tuvieron la oportunidad de mostrar en Europa, en una gira de lo que ellos mismos han confesado, aprendieron mucho de cómo enfrentar sus shows en vivo, y eso quedó perfectamente demostrado en su debut en Lollapalooza.
Crisalida
Foto por Esteban Garay
Preocupados de la puesta en escena, con gráficas dispuestas en pendones y telón con la imaginería de su última placa, agregando además dos figuras de hombres Selk’Nam con las traicionales pinturas del Hain, complementaron el enfoque que la banda ha ido dando al contenido de sus canciones, arraigadas a nuestra cultura ancestral. Cinthia, se desenvuelve con actitud y confianza en el escenario, con la convicción que aporta la experiencia, y eso también se extrapola a los demás músicos, cada uno de ellos destaca por el talento y el aporte colectivo de sus ejecuciones, sin restarse protagonismo uno de otro, sino que siempre se trabaja en pro de la música y no de los egos personales.
El público responde y se conecta con la sensibilidad de la temática de Crisálida, cabecea en los momentos más rockeros, con mucha influencia metalera, y se mantiene atento a los pasajes atmosféricos y reflexivos.
El rock progresivo no había tenido cabida dentro de los line-up de Lollapalooza, Crisálida abren una posibilidad para que el género se vaya haciendo un espacio dentro de la amplia gama de estilos que conforman el encuentro, la banda demostró que si se puede, con un show que conquistó a un público que coreó sus canciones y valoró enormemente el trabajo de una agrupación que crece cada día con más prestancia.
