Por @cristiangarcia.cl | Fotos @crisrock_photography
Con un Teatro Coliseo completamente lleno, el virtuoso sueco de la guitarra Yngwie Malmsteen ofreció un show demoledor la noche del jueves 26 de junio en Santiago de Chile, como parte de su gira mundial “40th Anniversary Tour”, que celebra cuatro décadas desde el lanzamiento de su influyente álbum debut Rising Force (1984), considerado un hito del metal neoclásico.
La parada en Chile vino precedida por tres fechas en Argentina (20, 22 y 24 de junio), y será seguida por su presentación en México este sábado 28, cerrando una serie de conciertos intensos en Latinoamérica.
Yngwie inició su carrera en bandas como Steeler y Alcatrazz, para luego emprender un camino solista que redefiniría el virtuosismo en la guitarra eléctrica. Pionero absoluto del estilo neoclásico, ha sido durante décadas una figura polarizadora y admirada, tanto por su técnica inigualable de sweep picking, como por su potente y escénica presencia en vivo. Armado con su icónica Fender Stratocaster escalopada —un tributo directo a Ritchie Blackmore—, el sueco volvió a demostrar por qué es considerado uno de los guitarristas más veloces e influyentes de todos los tiempos.
El espectáculo comenzó puntualmente a las 21:01 con “Rising Force”, desatando una ola de ovaciones entre el público chileno. Acompañado por su banda en formato clásico (voz y teclados, bajo, batería), Yngwie interpretó 24 temas, entre los que no solo repasó sus álbumes más icónicos, sino que también rindió homenaje a clásicos del rock como “Smoke on the Water” y el solo de “Bohemian Rhapsody”, impregnándolos con su característico estilo cargado de técnica y dramatismo.
El escenario, decorado con una impactante muralla de amplificadores Marshall apilados, sirvió de fondo perfecto para una ejecución intensa y milimétrica. En uno de los momentos más comentados, Malmsteen —con su delgada figura ya habitual entre sus seguidores— repartía uñetas al público a punta de patadas, una marca registrada de su show.
La única nota baja ocurrió durante el solo acústico en la penúltima canción, donde el guitarrista se mostró visiblemente molesto por la falta de reverb, solicitándolo reiteradamente a su sonidista. A eso se sumó un breve pero ensordecedor acople que, sin embargo, no logró opacar el desempeño general del concierto. El show concluyó a las 22:42, con un reiterativo “Thank you” por parte de Yngwie, cerrando una jornada cargada de riffs, velocidad y distorsión.
Un espectáculo a la altura de una leyenda viviente de la guitarra eléctrica, que sigue sorprendiendo con su energía intacta y su intransable estilo. Sin duda, una noche inolvidable para los amantes del shred, el virtuosismo y la historia del metal.
Fotos @crisrock_photography


















