El 22 de diciembre 1987 quedó grabado como uno de los días más oscuros del rock argentino, con la muerte del iluminado, adelantado y excedido Luca Prodán. Un genio cuyo legado creció con los años, contribuyó con verdaderos himnos que escapaban de la tendencia popular de aquellos años de boom del rock latino. Su muerte dejó un lugar difícil de llenar, pero también dejó a dos connotadas bandas, que nacieron luego del final de Sumo: Divididos y Las Pelotas.
La influencia del “tano” es imposible de medir con exactitud, pero su leyenda no ha hecho más que crecer, y sus compañeros de armas se han preocupado de elevarlo y mantenerlo siempre en el lugar que le corresponde. Aun cuando el mito de que Luca había nombrado a ambas bandas con una frase no es real, ya que ésta fue pronunciada por Ricardo Mollo en una fecha conjunta en el mítico Cemento en los albores de estas nuevas agrupaciones, la verdad es que la génesis de Divididos y Las Pelotas debe mucho (si no todo) a la vida y fuego que les entregó el excéntrico vocalista. “¿Qué los ex Sumo estamos divididos? ¡Las pelotas!” habría exclamado el guitarrista mientras tocaban junto a sus ex compañeros sobre el candente escenario. El mito suena mejor, pero el significado sigue siendo potente.
Divididos incluyo una canción en homenaje al malogrado vocalista, “Luca” del disco “Gol de Mujer”, además de recordarlo en cada show con versiones potentes de temas como “La Rubia Tarada”, “Mañana en el Abasto” o “El Ojo Blindado”, entre otras, y es que su sombra hoy se ha convertido en compañía de una agrupación que nació con dificultades, pero que hoy ha superado en popularidad a su banda madre con discos soberbios y actuaciones aplastantes. Este 20 y 22 de noviembre “La aplanadora del rock” vuelve a Chile, presentándose en el Teatro Coliseo. Las últimas entradas se pueden encontrar en Puntoticket, pinchando este enlace.



















