Por Litta
Cada rama en el metal, o música en general, tiene su álbum eminente. Aquellas grabaciones que capturan y definen el movimiento o por qué no, toda una era. Para el black metal noruego, esta suprema creación vendría a ser De Mysteriis Dom Sathanas de Mayhem. A principios de la década de 1990, la escena noruega albergó algunos de los eventos más legendarios e infames en la historia del metal, pero también acogía algunos de los mejores talentos musicales de una generaión. A través de su alineación de grabación y la calidad de la música en sí, DMDS abarca ambos aspectos de esta historia. Esto lo convierte en uno de los álbumes de black metal más importantes de todos los tiempos. Mientras esperamos a que la banda más peligrosa de Noruega interprete en nuestro país el próximo 17 de junio en Santiago, el 18 en Temuco y el 20 en Antofagasta, “De Mysteriis Dom Sathanas” de 1994, reflexionamos sobre un pasaje de la sombría historia que los trajo hasta aquí.
Hace más de 2 décadas, Mayhem sacó uno de los álbumes más intensos del género, uno que irradiaba el tipo de angustia que vivían Hellhammer, Csihar y sus compañeros de banda en ese momento: De Mysteriis Dom Sathanas, cuyo título se traduce a “Los ritos secretos de Lord Satanás”. Sus letras hablan de una oscuridad creciente, de infiernos sin fondo, de miedos paganos y de los muertos vivientes que vuelven a contar su condenación. Es un Lovecraft puro con un toque lateral de Alighieri y avistamientos oscuros de Poe, orquestado exclusivamente para tocar la guitarra gótica y tambores de traqueteo, y coronado por la combinación vanguardista de Csihar de gruñidos, gruñidos y aullidos operísticos. Y marcó la pauta para el extremismo musical durante una generación, inspirando a legiones de mentes perturbadas y descontentas para vestirse de negro, saludar a Satanás (literalmente) y abrazar a la blasfemia como un estilo de vida.
En agosto de 1993, en la época en que el LP estaba programado originalmente para salir, el entonces bajista de Mayhem, Varg Vikernes, asesinó brutalmente a su compañero de banda, el guitarrista Øystein Aarseth (Euronymous), apuñalándolo 23 veces. El asesinato terminó efectivamente con el grupo, pero creó un agujero negro que años más tarde los devolvería en forma de leyenda. Todo además condimentado con la escandalosa cobertura en torno a la avalancha de incendios de iglesias que se suscitó en Noruega, llevada a cabo por bandas de black metal. Todos estos hitos en la aquella entonces corta vida del Black, estableció a este círculo musical como el género más peligroso que había existido desde la oleada gánster en el rap de los 80-90’s.
Mientras tanto, Hellhammer estaba tratando de recoger las piezas de la banda en Noruega. En 1994, Vikernes recibió una condena de 21 años por el asesinato de Euronymous, así como por el incendio provocado en la iglesia; él ha afirmado que no era culpable en el último cargo y que mató a Euronymous en defensa propia. Ruch, que condujo a Vikernes al apartamento de Euronymous, fue acusado de ser cómplice del asesinato y recibió una sentencia de ocho años. Así que con Csihar inalcanzable, ya que Hellhammer no tenía información de contacto, el baterista se convirtió en el único miembro restante del grupo. “Todo depende de mí para hacer que este disco salga”, dijo en ese entonces. Después de todo este difícil pasaje en su historia, Hellhammer pudo finalmente publicar el álbum en la primavera de 1994. Posteriormente la banda se re-formó a mediados de los años noventa y hoy en día tiene una alineación que puede reproducir De Mysteriis Dom Sathanas en vivo y separar la música del grupo de su sangriento pasado.
Alrededor de 1995, Hellhammer se volvió a conectar con Necrobutcher y el cantante de la era “Deathcrush” Maniac para volver a formar el grupo con un nuevo recluta en guitarra que se hacía llamar Blasphemer. Habían esperado continuar con Ruch, también, pero su sentencia de prisión lo impidió. En 1998, se cruzaron con Csihar en un festival en Milán y le pidieron que cantara el corte de De Mysteriis “From the Dark Past” con ellos. Fue la primera vez que Attila se dio cuenta del inmenso impacto que el álbum tuvo en los fanáticos de la música. “Los fanáticos estaban totalmente locos por eso, y vi a amigos de Italia que estaban interesados en De Mysteriis”, dijo para una entrevista. Atitila se reincorporó oficialmente al grupo en 2004, y desde entonces han lanzado dos álbumes, Ordo Ad Chao de 2007 y Esoteric Warfare de 2014.
Aunque Mayhem ha tocado todas las canciones en De Mysteriis en vivo a lo largo de los años, no ha sido hasta ahora, con Csihar de nuevo en la banda y una formación de dos guitarras, que sentían que podían hacer justicia en su totalidad en el escenario. Simplifiquemos, ¿qué hacen las bandas? Lanzan un álbum, luego lo promocionan, unas cuantas giras y listo, la historia está escrita. Pero olvidamos un detalle en esta historia, es por esto que es preciso exclarecer que el gran propulsor de la resurrección de este clásico, vendría a ser que hablamos del único álbum de Mayhem que fue lanzado sin gira, sin banda y con un trágico desenlace en su creación.
Pocos espectadores clandestinos disputarían que el debut de Mayhem en 1994, De Mysteriis Dom Sathanas, sigue siendo el álbum más importante de la saga noruega del black metal. Mayhem inició una gira mundial, tocando el LP en 2015, y a su vez lanzaron la grabación en vivo De Mysteriis Dom Sathanas Alive, capturada en Norrköping, el Black Christmass Festival de Suecia, que documentó su primera vez tocando el disco en su totalidad. Este furioso documento en vivo de la primera interpretación de la banda de principio a fin, claramente no pretende usurpar el material de origen, pero sí recalca exactamente cuán poderoso, perturbador y canciones de otro mundo como Freezing Moon y Life Eternal realmente lo son.
Ahora están en medio de una variación en donde el grupo, cuya formación se completa con los guitarristas Teloch y Ghul, y el bajista fundador Necrobutcher, quienes han estado tocando nada más que el álbum en conciertos por el mundo, como grandes espectáculos teatrales característicos por algunos miembros de la banda que aparecen vistiendo túnicas de monje y Csihar -adornado mórbidamente como un cadáver viviente con carne podrida- sirviendo un altar. Un show imperdible, que coloca en las generaciones más longevas nuevamente el recuerdo de la mejor y a la vez detestable época del black metal sobre sus consciencias, pero que se revindica en una atmosfera de nostalgia y efervescencia satánica pura.
