Nota: Freddy Véliz O. Fotos: Francho Sanhueza
Lemmy Bar. 19 de mayo 2018
El papel de la mujer en la sociedad es un tema que actualmente está más en boga que nunca. La lucha por igualdad de derechos se ha tomado las primeras planas de los medios a nivel internacional, y Chile no ha estado ajeno a eso. Un tema que no es nuevo, y que a partir de la segunda mitad del siglo XX comenzó a tomar fuerza, con muchos avances al respecto, pero con un largo camino aún por recorrer. El arte, y en especial la música no han estado al margen de esta problemática, y si bien conocemos a una gran cantidad de mujeres que han logrado renombre, para ellas no ha sido fácil desenvolverse en un mundo dominado por hombres, muchos de los cuales han tomado las riendas y el poder, para marginarlas o minimizar su trabajo.
Hace un tiempo, en Viña del Mar, la guitarrista Ilse Farías, junto a un grupo de trabajadoras del rock, comenzó a gestar UDARA, un encuentro que reúne distintas áreas del arte, centrado en el trabajo de las mujeres, todo girando en torno al rock. Diversos encuentros se han realizado en la V región, y el año pasado se efectuó además un conversatorio sobre esta iniciativa en la Biblioteca Nacional de Santiago, pero este pasado sábado 19 de mayo, por primera vez en la capital, en una versión resumida, Udara se realizó en Lemmy Bar, con la presentación de tres bandas acordes a la propuesta, donde el requisito primordial es que la agrupación esté compuesta por una o más mujeres.
Con la animación de Sirena Carolina, vocalista de la banda quilpueína Aurora Voraz, el encuentro se inició con la charla de la periodista Eva Douramanis, quien nos invitó a un recorrido por la Identidad y estilo de la mujer rockera del siglo XX, haciendo hincapié en la evolución de la moda desde fines del siglo XIX hasta nuestros días, y la influencia de esta en la estética del rock. Una completa investigación que ejemplifica como la mujer fue tomando parte dentro del género, con actitud y talento, legando figuras tan importantes como la pionera Sister Rosetta Tharpe, o las estrellas Janis Joplin, Suzie Quatro, Debbie Harry, Siouxsie Sioux, etc., sin dejar de lado por supuesto a chilenas como Cecilia, Denise (Aguaturbia), y tantas otras que han trabajado por el rock nacional.
También estuvo presente Cler Canifru, destacada guitarrista chilena, que nos habló sobre su experiencia y trayectoria, para analizar si se puede vivir de la música en Chile, y cuáles son las maneras en que los músicos nacionales han ido ejerciendo distintos trabajos ligados a su pasión, para poder subsistir en un medio tan complejo como el nuestro. Cler, dio una extensa charla sobre las dificultades que los músicos, sin discriminación de género, deben sortear para poder dedicarse a su carrera, y como esto se doblega al ser mujer. Con testimonios de gente como Gabriel Hidalgo, Cinthia Santibañez, Cristóbal Orozco, Nathalie Santibañez, etc, Canifru engloba un tema que da para largos análisis, en una conversación distendida donde reveló detalles sobre su colaboración con Miriam Hernández, su participación en la orquesta del Festival de Viña del Mar en febrero pasado, el trabajo como músico de sesión o en programas de televisión, hasta su desempeño realizando clases en la School of Rock.
Finalizando la interesante conversación con Cler, se da el vamos a las presentaciones de tres bandas en vivo, iniciando la velada con Aurora Voraz, conjunto liderado por las anfitrionas de Udara, y que luego de un periodo fuera de las pistas vuelven a Santiago en el marco de este encuentro, con un potente show. La banda hace algunas semanas estuvo en Mendoza, Argentina, invitadas a participar del Fem Festival. Cuatro mujeres que ejemplifican la fuerza rocanrolera que nace desde la sangre femenina, una fuerza presente a lo largo de la historia del rock. No me gusta hablar de rock femenino, porque la música no debiese diferenciarse en determinados géneros, el rock nace del espíritu de los que sienten que esta es la forma de decir las cosas, sea hombre o mujer. Y así se manifiesta en un breve pero redondo set. Sirena en la voz, Ilse Farías en guitarra, La Majo en bajo y voz y Alejandra Aguirre en batería, lo dan todo sobre el escenario del Lemmy Bar, apuntando a una propuesta de factura hardrockera, con momentos de contagiosos compases que invitan a mover nuestras cabezas. La banda se retira en medio de entusiastas aplausos del público que llegó al local ubicado en pleno Barrio Bellavista.
Un breve intermedio, donde se podía además apreciar la exposición de las artistas gráficas Francisca Veas y Priscilla Muñoz, con trabajos que nos hacen reflexionar sobre el cuerpo de la mujer, desde lo biológico hasta lo que entendemos como mujer en el ámbito social. Las artes unidas frente a lo femenino, sus definiciones y problemáticas actuales es una de las características principales de Udara, que recibe a Causa de Muerte, agrupación cuya performance impacta por la preocupación estética con que afrontan su propuesta. Quinteto formado por la carismática Silke Furious en voz; Daphne Charmaine en teclado; Pinto Boy en batería; Eddie Howl en bajo y Oliver Madböttle en guitarra y coros, con dos años de trayectoria, que parecen ser más debido al gran desempeño que demuestran sobre el escenario. Una conjunción de elementos estilísticos que aúnan sonidos provenientes de la new wave, el rock gótico, el punk, con atmósferas tenebrosas por momentos gracias al gran aporte de Daphne en los teclados. Una banda de jóvenes que logran retratar música que proviene de hace más de 30 años atrás sin sonar a ideas añejas, sino que actualizándola con muy buenos resultados, arreglos muy bien matizados entre efectos de guitarra, una batería enérgica, un bajo de notas certeras y una voz con toda la actitud que se necesita para englobar un gran trabajo musical.
Para cerrar esta extensa jornada, y luego de la intervención poética de Leonor Dinamarca, uno de los dúos más interesantes del circuito nacional se toma el escenario de Lemmy Bar. Marco Cusato y Angeline Bernini componen The Fallacy, y seducen al público con su propuesta oscura donde la grave voz del también fundador de Warpath, se entremezcla con la de Angeline, junto a los riffs arrastrados de guitarras teñidas de rock gótico. Uno se obliga a etiquetar a las bandas para explicar de alguna forma hacia donde apuntan, y probablemente encasillarlos como rock gótico es lo que cualquiera haría una vez se encuentra con esta portentosa apuesta musical, pero si bien lo dark engloba principalmente el sonido de The Fallacy, podemos intuir además, que se nutren del rock más tradicional, la electrónica y lo industrial. Son diez años que el conjunto cumplió el año pasado, con una nutrida obra discográfica, junto a varias actuaciones en el extranjero, que avalan la solidez de sus presentaciones en vivo, algo que pudimos apreciar en este primer encuentro Udara que se realiza en Santiago.
Que se estén promoviendo este tipo de iniciativas, habla de la necesidad de los artistas chilenos para abrirse camino, dentro de un escenario complejo para ellos, en un país que lamentablemente le cierra, de manera constante, las puertas al arte, más aun cuando este arte proviene de mujeres creadoras, quienes deben lidiar con el machismo de una sociedad que aun está en vías de desarrollo, en lo que al respeto y validación de derechos femeninos se refiere. Aunque en menor medida que hace un par de décadas, aun existe algo de esa mirada paternal hacia ellas, con la que hemos sido educados. No podemos seguir mirando con extrañeza que una mujer cante rock, o sea una eximia baterista o una gran guitarrista, la historia nos ha demostrado que ellas están desde los inicios en esto, que no son un mero adorno sensual dentro de un conjunto de rock, tienen mucho que decirnos y aportar desde estas trincheras en las que juntos podemos avanzar.