A eso de las 21:05 hrs del sábado 19, el VTR Stage de Lollapalooza Chile se venía abajo de pura euforia. Suena “Attention”, la intro cargada a la electrónica y luces destellantes, causando expectación creciente en la audiencia. Un corte preciso y Miley Cyrus aparece desde un costado. Traje azul metálico, ceñido completamente al cuerpo, gafas oscuras y una caminata de dueña del mundo hacia el centro del escenario, mientras entona “We can’t stop” ante un público enfervorizado, que se la canta toda. Hay fans acérrimos vueltos locos, y curiosos que quedan enganchados ante un show de mucha fuerza, con una banda muy rockera y una Miley Cyrus que hace gala de un timbre muy soul en su voz. Una voz que partió algo fría, pero que, luego de un par de canciones, se afianzó con fuerza.
El show de Miley hace constantes guiños a los héroes del rock y la música en general, que han marcado a generaciones y hecho escuela en músicos jóvenes como ella. Mezclado con el tema de apertura, sonó un extracto de “Where is my mind” de Pixies. Y hacia el cuarto acto, el turno fue del clásico de Blondie “Heart of glass”. Recordemos que la estadounidense incluso grabó una muy aplaudida versión de “Nothing else matters” de Metallica, y queda claro que lo suyo tiene pop por montones, pero también elementos rockeros más que notorios, como los constantes solos de guitarra, por dar un ejemplo.
“WTF do I know” fue un número perfecto para mantener prendida a la gente, al igual que la juguetona “Plastic hearts”, del disco del mismo nombre. Se suceden canciones como “4×4” o “Mother’s daughter”, para dar paso a lo más “urbano”. Una versión acortada de “Dooo it!”, una de sus tantas canciones que suena a declaración de principios, dio la entrada a “23”, canción original del productor “Mike Will Made It” en donde Miley Cyrus participó cantando hip-hop. Bases fuertes y una Miley siempre provocadora, fueron los protagonistas.
Enseguida, “Never be me” cambia el ambiente, con una canción en clave de balada, en donde Miley aparece con una polera blanca, una chaqueta de mezclilla y un sombrero vaquero, que le duran hasta la mitad del tema, volviendo a su pose de femme fatale.
Miley Cyrus interactúa mucho con el público, se mantiene cercana, lee los carteles en inglés con muchos mensajes de diversa índole y aprovecha de bromear con ello. Por ahí en uno se lee que “he crecido contigo” a lo que Miley responde “yo he crecido con ustedes también”. Suena “7 things”, una canción pop-punk que podría haber sido compuesta perfectamente por Blink 182, y le sigue la estremecedora “Bang bang (my baby shot me down)”, original de Cher, y muy popular por la versión de Nancy Sinatra presente en la película “Kill Bill”. En la parte final del show también se hicieron presentes covers de “Nothing breaks like a heart” de Mark Ronson, y el clásico country “Jolene” de Dolly Parton.
El cierre fue lleno de euforia y emociones, con demostraciones de amor mutuas, la clásica bandera chilena y más carteles, como el que decía “Miley wreck my balls”, que la cantante tomó mientras interpretaba la emocionante “Wrecking ball”, mientras le decía al fanático “tus padres estarán orgullosos de tí”. Miley sacaba fotos para el recuerdo y se colocaba cuanto accesorio le lanzaban, incluyendo una cabeza plástica de caballo, con la que terminó “Party in the U.S.A.”, canción que realmente enfiestó al recinto completo, a los fanáticos que llegaron en masa, y a los incrédulos que querían ver cuánto de real había en la ex chica disney. Notable cierre de segunda jornada.
