Si había una banda esperada por la fanaticada rockera más dura en la primera jornada de Lollapalooza, esa era Rise Against. Y es que los de Chicago no debutaban en Chile, pero llevaban unos buenos años sin deleitar a sus incondicionales fans por estos lados.
Así, el show se convirtió en una fiesta de mucha adrenalina y una grata y constante comunicación con la audiencia, que nacía de su vocalista Tim Mcllrath, quien envió saludos a todos y uno muy especial a sus “Nuevos amigos de Mother Mother”. A la vez, recordaba con cariño aquella ocasión en que abrieron para Linkin Park en Chile por allá por el año 2017. El público retribuía, con una buena porción de gente con ánimos encendidos, y otro sector más calmo, que probablemente sólo quería conocer a la banda como espectadores ocasionales.
Rise Against se encuentra en medio del “Nowhere Generation Tour”, comenzando la presentación con el combo que es “Re-Education (Trough Labor)”. Tim lleva la batuta de forma magnífica, con o sin guitarra y siempre comunicándose de manera fuerte, firma y positiva, acorde a su filosofía Straight Edge. Durante “Nowhere Generation” deja un profundo mensaje para todos quienes se ven abatidos por la creciente problemática de salud mental: “Cada noche puede ser bella como ésta, a veces nos levantamos con miedo, ansiedad, depresión… enciendan las luces de sus celulares y levántenlas, y recuerden esas luces cada vez que el mundo parezca un lugar oscuro”. Todos encendieron sus dispositivos y dejaron una postal hermosa y potente para un gran himno de su último disco editado.
“Give it All” desató pasiones, con Tim haciéndote saltar al público, bajando y encaramándose a la reja de barricada, pidiendo canto y siendo recibido con efusividad, mientras el mosh se hacía presente con ganas, en una presentación que ya tenía todo para considerarse ganadora. Hay espacio para la intimidad y belleza de la acústica “Swing Life Away”, y llegar al final con la clásica “Savior”, que era lo que todos esperaban para terminar de desatarse y amalgamarse con locura junto a la banda. Una pasada de hardcore por Lollapalooza que será difícil de olvidar.
