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Conciertos

AVATAR: Bienvenido al Circo Demoníaco

El debut de Avatar establece sin duda una vara alta que será difícil de alcanzar, es magistral, majestuoso, excéntrico y primordialmente profesional.

Bienvenido al circo de Avatar, un show creado por marginados para marginados. Prepárese para disfrutar durante las próximas dos horas un evento que no se ve todos los días, y que difícilmente podrá eliminar de sus recuerdos llenos de nostalgia cuando mire hacia la noche del 26 de abril de 2024.

Invitados especiales para la apertura: We Are The Monster, una entrada adecuada para anteceder el espectáculo principal. Ellos saben que están en su lugar, aunque no dimensionan lo perfecto que calzan hasta que acaba su presentación. Con toda potencia en un juego de luces y bombos comienzan a tocar ante una audiencia que definitivamente estaba allí para recibirlos. No toman la actitud común del telonero, en este freak show todos son una exhibición atractiva, y se paran sobre el escenario con una seguridad y desplante que logra crear la ilusión de que son el centro de atención —estrictamente hablando, lo son—. Del otro lado, quienes los escuchan, caen ante los efectos de sus potentes vocales e instrumentales, generando la total devoción por la música y propuesta que proyectan.

We Are The Monster | Fotografía: @claudio_poblete.ph

El acto central comienza puntual, la teatralidad con la que inicia desarrolla y finaliza la función Avatar es deslumbrante. La carpa del Teatro Cariola se vuelve un lugar de acrobacias entre saltos y gritos de ovación, y Dance Devil Dance pone a todos los demonios a bailar. Los integrantes del conjunto tienen clara su esencia de Circus Metal, la que introducen y mantienen en cada segundo, sin necesidad de hacer malabares para realizarlo, porque realmente no se puede distinguir entre la persona real detrás del disfraz y el personaje. Avatar tiene una relación simbiótica con su escenificación.

Johannes Eckerström demuestra que la música de Avatar está lejos de ser un circo. Pese a las críticas que han enfrentado por su puesta en escena y visión del metal, su debut en Chile pone en evidencia que el dramatismo actoral que añaden a su sello personal no es ni aleatorio, ni casual. Se presenta de punta en blanco, impecable, con su traje circense. Realiza múltiples cambios de vestuario, añadiendo accesorios indispensables para su performance. Es más, ni siquiera ante los problemas técnicos presentados entre Let It Burn y Smells Like a Freak show rompe el personaje. Todo buen show de teatro sabe que aquello no debe ocurrir jamás, y Johannes no es la excepción. De forma improvisada, rápida y perspicaz, mantiene a los asistentes entretenidos conversando, moviéndose por el escenario y consiguiendo que ayudaran a la adecuada realización de las pruebas de sonido. No borra ni por un segundo de su rostro la sonrisa, la audiencia nunca se entera si la situación le genera molestias.

Avatar | Fotografía: @claudio_poblete.ph

Eckerström y compañía son domadores maestros de los espectadores, piden mosh pit en Chimp Mosh Pit, y lo obtienen; esperan el coro del público en Bloody Angel, y lo oyen; quieren la atención en Puppet Show y, como marionetas, los fanáticos se quedan absortos en la globoflexia que realiza el cantante desde platea. Black Waltz busca que la vista se dirija hacia los coloridos globos que lo acompañan, sin decir nada más que realizar movimientos propios de un mimo, cautiva a todos los que lo observan antes de que salga de su boca un magnífico y grandioso gutural. La diversión se detiene brevemente durante el emotivo acústico en piano de Tower, no sin antes generar risas al tocar adrede una nota errónea. La fiesta se retoma con The Dirt I’m Buried In conectando con el objetivo de los suecos de traer un metal bailable ligado al Rock ‘n Roll. Hasta veneración generan con la presencia del rey en A Statue of the King, porque en Avatar todos son parte de la función. El telón baja con Hail The Apocalypse en una presentación intachable.

El debut de Avatar establece sin duda una vara alta que será difícil de alcanzar, es magistral, majestuoso, excéntrico y primordialmente profesional. Está lejos de ser una payasada, pese a ser la personificación de ello. Es elegante, clásico, nuevo y atrevido. No sólo traen una calidad tremenda de músicos, sino también de actores, y como por si fuera poco, el mensaje de dignificación ante el término “fenómeno”, tomándolo como un concepto de entretención, fortaleza, digno de admiración y ovación. Con un eres importante se despide Johannes y la banda, infinitamente agradecidos y asegurando su retorno en un futuro próximo. En pocas palabras, dieron cátedra ante lo que debiese de ser un recital que busca ir más allá de lo ya establecido.

SETLIST

  1. Dance Devil Dance
  2. The Eagle Has Landed
  3. Valley Of Disease
  4. Chimp Mosh Pit
  5. Paint Me Red
  6. Bloody Angel
  7. Make It Rain
  8. Puppet Show
  9. When The Snow Lies Red
  10. Do You Feel In Control?
  11. Batalla de solos de guitarras
  12. Black Waltz
  13. Tower
  14. The Dirt I’m Buried In
  15. A Statue Of The King
  16. Colossus
  17. Let It Burn
  18. Smells Like A Freakshow
  19. Hail The Apocalypse

Fotos: Claudio Poblete

Written By

Audiovisual, amante del metalcore y las emociones humanas. Me gusta retratar en mis escritos lo que sienten las personas en los conciertos y analizar el metal desde el desarrollo personal de los artistas ♡

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