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Conciertos

LIVE REVIEW | BLACK SABBATH en Chile: Simplemente majestuoso

BLACK SABBATH EN CHILE

+ MEGADETH

4 DE OCTUBRE 2013 | ESTADIO MONUMENTAL

Por Freddy Véliz O.

 

 

Black-Sabbath-4

Foto: Gentileza T4F

Una de las semanas más intensas en cuanto a conciertos y nivel de bandas que se presentaron en Chile, terminaba con un broche de oro, Black Sabbath, la piedra angular del Heavy Metal, los padres indiscutidos de un género que ha sobrevivido al tiempo sumando tantos admiradores como detractores, volvía después de 19 años desde su debut en el recordado primer Monsters of Rock realizado en nuestro país, en esa ocasión la banda estaba conformada por sus integrantes originales a excepción de Tony Martin en la voz.

Esta vez, aunque se promocionaba como “La formación  Original” bien sabíamos que no era así, ya que la banda no contó en este regreso con Bill Ward, uno de sus miembros fundadores. Pero si con su voz histórica, y eso ya hacía de este encuentro un imprescindible.

Con Megadeth como soporte, se sabía de antemano que eso sería un evento multitudinario, lo que se reflejó en la rápida venta de las entradas. El recinto escogido,  Estadio Monumental, una plaza que se está transformando poco a poco en una nueva alternativa para conciertos masivos.

Los fanáticos comenzaron a llegar temprano a las inmediaciones del recinto de Macul, algunos incluso haciendo vigilia desde la noche anterior para lograr los primeros lugares de la cancha.

A las 20:00 horas, Dave Mustaine y compañía abren los fuegos con “Hangar 18”, uno de sus mas  elogiados clásicos pertenecientes a Rust in Peace (1990), un show compacto en el que repasaron sus más probados éxitos, la banda no se quiso complicar más de la cuenta, pero seamos sinceros, para el nivel que han demostrado en cada una de sus ya incontables visitas, lo que vimos anoche dejó bastantes dudas al respecto, por lo menos desde mi ubicación, el nivel de calidad del sonido fue bastante pobre, y se notaba un cierto interés de solo cumplir con la pega por parte de la agrupación, a la que muchos le asignan nuestro país como su segunda casa. El público de todos modos responde, y cortes como “Symphony of Destruction”, “Peace Sells…But Who’s Buying?” y “Holy Wars…The Punishment Due” presentada por Rattlehead, fueron coreados como es costumbre por los más de 40.000 almas en el Monumental. Lamento lo ocurrido, puesto que Megadeth ha sido una banda a la que personalmente, siempre he elogiado sus actos en vivo, pero esta vez creo que no mostraron lo que realmente son. La banda se despide en medio de los vítores de los fanáticos pero con una gran deuda detrás.

El momento que todos esperábamos se venía, y con un intermedio cercano a los 20 minutos, tras un telón de fondo, se escuchaba la inconfundible voz de John Michael Osbourne invitando a vitorear al público con el tradicional “oee oe oe oeee”, con la respuesta inmediata de los presentes. La ovación se hizo sentir con estruendo cuando se apagan las luces y se escuchan las sirenas mientras cae el telón y los primeros pasajes de la emblemática “War Pigs” nos anuncian que el sueño se está haciendo realidad, debo confesar que hace mucho tiempo no sentía tal nivel de emoción frente a un concierto, en lo personal, esto fue lo más cercano a lo que he sentido frente a los conciertos Rush, AC/DC o la primera vez de Iron Maiden. Y aunque ya los había visto en esa recordada visita de 1994, esto era como un nuevo debut, y en grande.

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Foto: Gentileza T4F

Los maestros del tritono continuaron con la implacable “Into the Void”, pieza de esa gran obra de 1971 titulada Master of Reality, que catapulta a la banda como una de las principales influencias en el stoner rock, Tony Iommy incólume nos entrega una magistral ejecución volándonos la cabeza con esos densos riffs que mantienen la tensión hasta el final , cuando Ozzy nos anuncia una de otro gran disco, Volumen 4 de 1972, la tremenda “Under the Sun/Every Day Comes and Goes”, impresionantes momentos nos entrega la banda en este corte lleno de matices y ritmos, con Iommi haciendo valer su cetro como creador de los riffs más grandiosos del metal, Tommy Clufetos, desde la batería comienza a poner en evidencia el tremendo talento y aporte que entrega en la base rítmica, dejando claro el porqué fue el elegido a formar parte de la banda en esta gira. Algo ya conocíamos de él cuando se presentó junto a Ozzy en su venida el 2011.

Ya cuando las miles de almas que repletaban el estadio estaban rendidos ante lo que presenciaban, el clásico “Snowblind” acompañada de imágenes extraídas del film Scarface de Brian de Palma, sigue elevando el ambiente a límites pocas veces visto.

Después de este arranque apoteósico, el turno de revisar el elogiado 13, última placa de la banda y que marcó el regreso a los estudios junto a Ozzy, se viene con “Age of Reason”, recibida con menos euforia, pero ejecutada con maestría por los ingleses.

Uno de los momentos más emocionantes fue el que se vino a continuación, cuando se comienzan a escuchar las campanadas en medio de la lluvia, reconocible intro de una de las más grandes piezas de la historia del metal, la tenebrosa y enigmática “Black Sabbath”, atmósferas oscuras bajo los tritonos de la guitarra de Iommi, un clásico que ha influenciado a cada uno de los subgéneros que derivan del Heavy Metal. El Principe de las Tinieblas, nos dejó atónitos con su fabulosa interpretación, un tapabocas para los que se empeñan en afirmar que vive su decadencia.

Así el climax no bajaba en ningún momento su nivel sino que cada vez se potenciaba, y del mismo álbum debut, la banda continuó con “Behind the Wall of Sleeps” y el Geezer Butler desde su magistral ejecución de las cuatro cuerdas nos introduce a “N.I.B” otro de esos clásicos esenciales de los de Birmingham.

13 se hace presente nuevamente con la poderosa “End of the Beginning”, la que es sucedida por esa gema de riffs y líricas de raíz psicodélica “Fairies with Boots” del tremendo Paranoid (1970).

El instrumental “Rat Salad” dio paso a una magistral performance de Clufetos en la batería, donde se luce con su velocidad y poderío tras los tambores, redobles, masas, y mucha precisión dejaron atónitos a un público que ovacionó al baterista norteamericano de 33 años, inmediatamente después el clásico “Iron Man” desmorono el Monumental.

La banda vuelve al escenario para interpretar “God is Dead?” el primer single de 13, su elogiada reciente placa, para continuar con “Dirty Woman” del menos valorado Technical Ecstasy de 1976, mientas a la vez por las pantallas se mostraban imágenes de mujeres semidesnudas en mezcladas con visuales de letreros tradicionales del mercado sexual. Momento de menor revolución, y que sirvió como descanso para lo que venía a continuación, porque “Children of the Grave” es uno de esos clásicos más admirados por los fans de Black Sabbath, cada pasaje, cada estribillo, fue coreado por la impresionante masa de metaleros que vivían un día de gloria y éxtasis pleno frente a una agrupación que estaba llegando a un nivel de calidad de espectáculo al borde de la perfección, la intensidad y calidad del sonido, en que cada uno de los instrumentos estaba ecualizado con precisión milimétrica, el bajo de Geezer nos golpeaba constantemente cada rincón de nuestra anatomía, y el denso y cadencioso arrastrar de los influyentes riff de Iommi sonaban con magnificencia, me hubiese gustado que además de vitorear el nombre de Ozzy, el público lo hiciera también con Iommi, no olvidemos que el genio y mentor de gran parte de lo que es Black Sabbath, justamente se lo debemos a él.

La banda se retira, agradeciendo al público, bajo los gritos ensordecedores de la fanaticada. Se dan unos minutos y vuelven para que con la intro de “Sabbath Bloody Sabbath” ( una que se echó de menos) hicieran temblar el monumental con el gran clásico “Paranoid” y tal como lo dice el título, la paranoia se apoderó de la multitud metalera, más de cuarenta mil almas saltando y coreando un tema que es parte del inconsciente de todo el que se precie de amante del metal y el rock en general, poniendo así punto final a una noche que difícilmente olvidaremos, al contrario, creo que pasará a ser recordada como una de las mejores presentaciones que hemos visto en el país, y no necesitaron ni fuegos artificiales, ni ninguna fórmula efectista para llevarse al público al bolsillo, a punta de maestría en la ejecución y un sonido que pocas veces hemos tenido la oportunidad de disfrutaren nuestro país, sobretodo, cuando de bandas de metal se trata, menos aún en recintos abiertos.

Butler, Iommi, Osbourne y Clufetos, pasaron por Chile para dejarnos claro que en el metal ellos tienen la paternidad, y eso ni Dios ni el Diablo tienen derecho a cuestionar.

Foto: Gentileza T4F

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Noticia publicada por el área editorial.

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