09 DE AGOSTO 2014 / TEATRO CAUPOLICÁN
“Encuentro latino de música popular” era el eslogan de una cohesión de bandas que desde comienzos de año, liberaba agrupaciones de a poco momento para dar un suspenso claro, además, con el afán de crear otro evento por la música de la parte más al sur de América.
En esta ocasión Uruguay, Argentina y Chile fueron representados por dos bandas de cada país partícipe recién nombrado. Un festival que de forma simbólica se representaba la pasión, el calor y la intensidad de los latinoaméricanos. Y vaya que tenían razón.
El primero en debutar en esta primera edición, (y que la productora dejó entrever una segundo versión en el Facebook del evento) fue el todavía ex vocalista de Weichafe, Angelo Pierattini.
El rockero nacional que ha brillado con luces propias con su proyecto de solista, se presentó a eso de las 17:30 de la tarde en el marco de la promoción de su última pieza discográfica llamada “Baila Dios”. Con su banda soporte que suena con bastante cuerpo y cohesión, presentó un show que para los seguidores del cantautor quedaron con gusto a poco, pero no puede existir ningún reclamo por la calidad del show.
Desde “Ella y Yo”, y un emotiva pero certera re-versión de “Manifiesto” de Victor Jara, mostraba la intensa lucha de Pierattini por la crítica social y por imponer las injusticias de nuestro país siempre con lo mejor de su música.
Avanza la tarde y casi dos horas más tarde, los trasandinos de Catupecu Machu entraban con todo a escena para demostrar un rock actual que ya cumple 20 años de carrera. En el marco de la gira de su última placa “El Grito Después”, lanzado este año y que los ha llevado a distintas partes de Sudamérica y el mundo. Un repaso por su carrera con exitazos como “Magia Veneno”, “A Veces Vuelvo” o “Dale!” repercutieron en un Teatro Caupolicán que en la cancha ya se empezaba a sentir el calor humano ante un lleno que ocurriría tarde o temprano.
Casi una hora veinte de show con un sonido impecable en ambos shows, y con un Fernando Ruíz Díaz comandando a los argentinos con muy poco registro vocal pero con bastante rock demostrado en el escenario, recordando el primer show de ellos en La Batuta.
A las 20:30 en punto llega el momento “yorugua” al escenario que iluminaba una flama al lado izquierdo, mostrando que el festival no se apagaba aún por ningún motivo. La Vela Puerca, el conjunto del cual Jorge Sampaoli es fanático y que estaba presente en el lugar, salía a escena con todo el poder ska y rockero.
El Enano (Sebastián Teysera) y Cebolla (Sebastián Cebreiro) en las voces, guiaban el desorden sonoro que más gente agolpo en el Caupolicán. Una fanaticada como si estuvieran en presencia de su equipo favorito de fútbol era el escenario mostrado a puro estilo argentino de todas formas. Banderas, lienzos y manos al cielo eran los guías para un calor increíble en el cual muchas veces la afición robaba las miradas por la intensidad mostrada desde “Claroscuro”, el primer tema ejecutado.
Hora y fracción de show que llevaba a una catarsis tremenda a los asistentes con canciones vitoreadas como “No era Cierto” o “Mi
Semilla”. Uno de los públicos más entregados que he visto sin lugar a dudas.
Llegaba cercanas a las 10 de la noche el otro estandarte nacional, Tomo Como Rey hizo bailar a la gente que no se fue luego del show de los uruguayos o que se mantuvieron en las inmediaciones del recinto, ya que lamentablemente, no fue mucho la atención que les pusieron. Con bastante pachanga quizás no era una banda para el estilo de las demás, pero los cuarenta minutos (otro tirón de orejas para la producción) que soy bastante pocos para los nacionales mostraron lo mejor de su repertorio, junto a “Don Rorro” de Sinergia como colaborador en un tema puntual.
Seguía el rock y No Te Va a Gustar con “El Hijo de las Armas” mostraba su potencia con la crítica social imperante que ya nos tiene acostumbrados. “Chau” o “A las nueve” bajaban un poco la intensidad en otra banda regalona de la “gallada”, que se poblaba de vecinos extranjeros que junto a los nacionales seguían un carnaval a eso de las 12 de la noche. Con muchísimas colaboraciones (Ruíz Díaz, El Enano y Cebolla, Cóndor y Daniel de Bersuit, etc) algo agotadoras pero enganchadoras para el público, fueron la propuesta con una hora cerrada de presentación en una banda muy esperada.
Y para cerrar la noche, la murga junto con el rock de Bersuit Vergarabat imponía su experiencia al salir al escenario junto a sus pijamas y su música.
“La Bolsa”, la romántica “Sencillamente”, “La Danza de los Muertos Pobres” o “El viejo de arriba” eran algunos clásicos que sonaron en una hora y media de show. En una presentación totalmente redonda y que no se extraña tanto al gran vocalista Gustavo Cordera, en base a un show con una banda potente como Tito Verenzuela y Oscar Righi en guitarra nos proponen una agrupación totalmente consolidada y una de las favoritas de los chilenos que se quedaban aún a eso de las dos de la mañana luego de esperar casi siete horas. A pesar de todo, como elección de canciones es el show más discreto que he visto de los argentos, pero que con la energía y la entrega lo suplen de una manera intensa.
En síntesis un gran festival, esperemos que se vuelva a repetir y tener estandartes nacionales con la misma hora de duración de las demás presentaciones. Pero como siempre hay detalles que arreglar, puedo decir que La Llama junto a Pierattini, Catupecu Machu, NTVG, La Vela Puerca, Tomo Como Rey y Bersuit fueron los gritos del latino, sin lugar a dudas.
Review: Diego Puebla
Fotos: Diego Mena Fotografía
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