14 de agosto 2016 | Club Blondie
Review: Cristián Céspedes | Foto: Roberto Vergara (Radio Futuro)
Veinte años tuvieron que pasar para volver a ver en vivo a John Lydon, pero ahora con su banda Public Image Ltd, más conocida como PIL. 20:30 y un repleto Club Blondie empezaba a recibir las descargas de uno de sus más conocidos clásicos Albatross. A sus 60 años el hombre está en forma y furioso como siempre, pero domesticado y eso se debe a una banda que sabe perfectamente controlar el caos.
Por PIL pasaron en 30 años más de 20 músicos, la banda que hoy la componen son viejos conocidos, perfectos compañeros que logran de manera precisa amalgamar la intensidad de la actual propuesta: Bruce Smith en batería, Scott Firth en bajo y samples y Lu Edmonds en guitarras son la base rítmica y sónica que disciplinan a la perfección la propuesta lírica.
Las cosas por su nombre, PIL es la consecuencia directa de un hombre que se adueñó del título del “Rey del Punk” y eso pesa cuando él pisa el escenario. Como ráfagas comienza a disparar sin descanso su mensaje de ira y desprecio por el sistema maquillados con tintes de ironía y humor negro. Así llegan la habitualidad de Double Trouble y el descaro de Know Now, cortes del último disco que los sacó de gira: What the world needs now de septiembre de 2015. This is not A love song, nos recuerda que esto es punk, pero a la manera de PIL, como un verdadero mantra, bajo un colchón de texturas ambientales ya corren 35 años de carrera. Algunos le llaman Post Punk, Noise, Dub, quizás para desmarcarlo de la caricatura que -aún- pesa sobre sus hombros.
La ira se transforma en energía con las sublimes Corporate, Warrior, I’m not Satisfied y Religion, quizás los puntos más notables de la noche, donde hizo cantar a toda la sala y se dio el lujo de bromear y parafrasear mientras hacía un necesario guiño hacia el pasado, pero que servían de perfecta simbiosis hacia su última placa.
Acá es donde nos detendremos para simplemente para describir el botellazo que recibió en el encore por parte de un personaje sacado de una barra brava, un “cobarde” como lo llamó John desde el escenario, que no debió estar ahí. Mientras limpiaba la sangre de su frente confirmaba que no se detendría, estaba ahí porque es lo que le gusta hacer. Quizás esta noche terminamos de enterrar a Johnny “rotten”, porque al que hirieron fue a John Lydon y nos deja muy claro que ahora nada lo detiene.
La adrenalina del momento sirvió de intro para un cierre que quedará grabado por mucho en los sentidos de cada uno de los que asistimos a esta cita con la historia: Public Image/Open Up y Shoom fueron las descargas que se vaciaron ante una sala entregada al caos desatado por PIL.
Lo de PIL esta noche era una deuda que había que saldar. Tuvimos la suerte de presenciar un show redondo en lo musical y potente en contenido. Public Image Ltd goza de muy buena salud, demostrando que donde haya muros que separen seguirán golpeando, dejando su marca,
mensaje y su sello sonoro.
Este no fue un concierto, fue un grafitty sonoro, liderado por un artista incombustible: Mr John Lydon, un hombre que en sus hombros lleva la responsabilidad de demostrar que el Punk nunca murió, simplemente se había tomado un merecido descanso.
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