12 d octubre 2016 | Teatro Cariola
Invitados: QueenMilk + King Of Liars
Nota: Karla Ojeda – Fotos: Cristian Carrasco
El pasado miércoles, fuimos testigos de un nuevo espectáculo, un show intimo para quienes mantienen su fidelidad con el príncipe Glam, Sebastian Bach.
Dentro de los invitados a esta gran velada estuvieron los nacionales de QueenMilk, quienes se lucieron con una gran puesta escénica, logrando buen recibimiento del público desde el primer momento, a pesar de la poca cantidad de personas presentes. Un sonido que se encuadra en fuertes influencias setenteras, logrando una excelente introducción, con canciones como Brazil y These Times. Notable ambiente y puesta en escena. Cuando ya son las ocho en punto, entra en escena la segunda banda nacional que nos acompañaría en la previa de Sebastian Bach, era el turno de los porteños de King Of Liars, la agrupación se impuso a través de riffs y letras más cercanas al underground. Lo que destiñó a ratos la presentación, fue el sonido saturado que provocó incluso un baja en la interpretación de los músicos. Pero siendo objetiva y exceptuando ese detalle, se agradece la excelente entrega de las bandas nacionales, quienes claramente lo dejaron todo en el escenario y no se limitaron ni por la baja audiencia.
Cuando son las nueve en punto de la noche, un carismático y enérgico Sebastian Bach y compañía suben al escenario del Cariola. El show correspondiente a la gira “Give ‘em Hell Tour” se pone en marcha, con un público bastante reducido, pero que sirve como elemento para crear una atmosfera íntima y cercana, que retrata la fidelidad reciproca entre el público y el frontman. Es Little Wing de Hendrix el encargado de dar la patada inicial, cover cuya versión de Skid Row sirve como caldeo para continuar con otra pieza de engranaje, Breakin’ Down que deja entre ver rápidamente la noble esencia de Bach.
Es el momento del primer gran disparo de la noche, con una introducción en “Spanglish”, claramente leída -lo cual a lo largo de la noche se fue repitiendo y aportó al lado lúdico del show, para luego dar rienda suelta al clásico 18 and Life, tema con el que se impuso con una gran interpretación vocal y calidad musical, sufriendo un imprudente desperfecto técnico en el sonido, cosa que pasó a segundo plano y sin relevancia alguna, manteniendo el viaje al pasado, situando rápidamente al Teatro en la era Glam. Luego sonarían apasionados, emblemáticos y más concisos que sus versiones originales; Wasted Time y Quicksand Jesus, con los que solidifica la solemnidad de sus altos, sin perder la esencia rockera.
Es el momento del desplante de uno de los integrantes, se escucha una guitarra acústica y el Teatro completo se ilumina por un mar de teléfonos celulares, transmitiendo, grabando e incluso sacando “selfies”, lo cual una vez más deja expuesto un tema que para muchos es molesto al momento de disfrutar de un concierto como se debe, escuchando “y no se diga más”. No es desconocido para la pequeña masa que el próximo hit en entrar a escena es I Remember You, coreado al unísono entre agudos y bajos impecables cantados por Bach, que evocaron a un sentimiento melancólico en el publico, sobre todo en el más longevo (que era más del 50%), termina y las luces se apagan, comenzaría un medio tiempo que sirve para un descanso y hasta algunos cambios de ropa en integrantes de la banda, mientras suena como ambiental un cover a Aerosmith, Back in the Saddle interpretado por Bach.
Se retoma el show, esta vez con un claro ascenso en la fuerza de las piezas, comenzando con un demoledor Slave to the Grind, performance que incluyó un giro micrófono como si fuera una soga al ritmo del poderoso riff. El público no terminaba de celebrar cuando comienza a toda velocidad Sweet Little Sister, entonces una euforia invadió al público femíneo. Se deja entonces un potente calentamiento con solos de batería, que rápidamente se transformarían en el descontrol, gracias a una tribología compuesta por Big Guns, The Threat y Piece of Me, tocadas por un complemento perfecto, compuesto por la banda en sí. Finalizando el anterior, tira una frase en español, “para los verdaderos metaleros en Chile”. Con un toque mucho más denso y agresivo comienza American Metalhead, cover realizado a Painmuseum.
Período alto de la noche se produciría bajo el sonido de Monkey Business, que pronto pasaría a una magistral interpretación de Tom Sawyer de los grosos Rus, el Rock and Roll no paraba ahora junto a Rattlesnake Shake, que luego se lanzaría de lleno con el tema más esperado de la noche, suena la batería y es el momento de Youth Gone Wild, la energía del público se triplicó y un sin fin de cabelleras y manos se alzaron, la banda que acompañaba al frontman de Skid Row se lució una vez más con una monstruosa ejecución, está llegando al final y comienza un protocolo de despedida, la banda se presenta al Cariola y la ovación es unánime, para un quinteto de músicos de alto nivel.
El público comienza a rugir, no aceptan el final y es así como en un último acto de desprendimiento, Bach y cía nos regalan un monumental cover de AC/DC, es el momento de dejarlo todo en el teatro, comienza TNT y se corona por lejos como un muy buen cierre.
Finalmente iRockers, agregar que el sonido no estuvo a la perfección, con una saturación excesiva, dio a entender que el sonidista no entendía el concepto de acústica, el volumen no era adecuado para un lugar tan reducido como el Cariola, además que eso afectó muchas veces a que no se percibiera la definición de las cuerdas, pero de igual forma destacar la calidad vocal que en lo personal me sorprendió y de manera positiva, excelente jornada de Glam Rock.
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