El ambiente rodeando al Teatro Coliseo era intenso, mucha gente, muchos fanáticos conversando, compartiendo algo en las afueras o al frente, en la plaza, esperando un ritual que nunca aburre a los seguidores de la época de oro del metal: Testament llegaba una vez más y nada más importaba.
Exile ingresa pocos minutos antes de las 20 hrs, y descarga toda su potencia mientras van redondeando el sonido. De a poco se esclarecen los riffs y galopas para ir entregando un vendaval furioso y compacto. En medio agradecen la oportunidad de abrir para grandes referentes como Testament y continúan su gran interpretación ante un público que muestra su alegría y aprecio, al son de temas como “Latino”, de su disco homónimo, o el más arrastrado “Divine Word”.
La banda se despiden con uno de sus sencillos 2025, “Just Promises”, y bajo un gran aplauso, merecido reconocimiento a su presentación.
Justo antes de las 21 hrs se apagan las luces, y al grito ansioso de “¡Testament, Testament!” Le sucede “You Gotta Fight For Your Right To Party” de Beastie Boys, haciendo cantar y saltar a varios. Al terminar, suena la intro y bajo sonoros vítores se empiezan a ubicar, Chris Dovas en batería, Eric Peterson en guitarra, el bueno de Chuck Billy, y los capos Alex Skolnick y Steve Di Giorgio al final. El coliseo repleto no da más de emoción y ante la brutal azote de “Practice What You Preach” se inicia el mosh automáticamente. Efervescencia pura y dura. En “Sins Of Omission” la energía te consume, todos saltan y cantan en una escena alucinante
“Ustedes son los mejores” dice el monstruoso Steve Di Giorgio y recibe el cariño de todos los que admiramos a este increíble bajista, que da el inicio de “Perilous Nation”. “The Pale King” es otro acto de comunión extremo, y así van pasando temas destructores, como “Low” que realmente dejó la grande. Hay que decir, eso sí, que la actuación y el público estuvieron asombrosos, pero el sonido no, con mucha saturación y sin llegar nunca al mejor nivel de claridad, lo que no empañó la fiesta, claro está.
El gigante Chuck Billy toma el micrófono una vez más para pedir que siempre usemos nuestro derecho a expresarnos, dando el vamos a la guerrera “Native Blood”. “Trail Of Tears” y “Electric Crown” mantienen arriba toda la energía, y luego de “Souls Of Black” Steve Di Giorgio se pone al frente nuevamente para gritar un par de “¡Conchetumadre!” y continuar con una emotiva “Return To Serenity”, dando paso a un celebrado y poderoso solo de batería, antes de despedirse con “First Strike Is Deadly”.
Momento de los gritos de parte de una fanaticada sin descanso, para que la banda regrese con la onda old school de “Over The Wall”, “More Than Meets the Eye” y la intensa “Into The Pit”, donde piden que la gente “muestre lo que tiene”. Dicho y hecho, el mosh se desplegó de forma brutal, intensa, con canto y bengala incluida. El Coliseo lleno aplaudió a rabiar, desde cada punta, pues estaba lleno y con gente en sus tres niveles, todos extasiados después de una renovación de votos con una leyenda que nunca decepciona.
Fotos por Cristian Carrasco


















