Por Freddy Veliz
CALIBRE ZERO nos hace llegar su tercer disco titulado “Muerde la Vida” ad portas de su primera visita a nuestro país en Agosto próximo.
Formados en Madrid, España el 2005 por Ricardo Lázaro en voz, Miguel Lázaro en Guitarra, Pedro Peláez en bajo y Antonio Cuenca en Batería, la agrupación madrileña ha tenido un acelerado ascenso en cuanto a popularidad y giras internacionales, primero girando por Europa, y luego llegando a México donde patearon traseros con su rock duro y directo en exitosas presentaciones. El año recién pasado llegaron a Argentina, Perú y Estados Unidos, y tal ha sido la aprobación que repiten Sudamérica este año comenzando por nuestro país, promocionando “Muerde la Vida”, su más reciente placa. Producción que no deja indiferente a nadie que guste de las guitarras sabáticas, que fusionadas con la fuerza y energía de Motörhead, logran una potente propuesta que a la vez suenan a algo propio, bastante lejos de ser una mera copia.
“Muerde la Vida” tema que da nombre a la producción, da el puntapié inicial con un denso riff, y una base rítmica que desde la partida engancha con mucho Groove, imposible no remitirse a Tony Iommi y compañía, queda clara la influencia, y el resultado es de mi aprobación absoluta.
Con “Sin Freno Ni Marcha Atrás” se presiona el acelerador a fondo y con un arrolladora velocidad Ricardo Lázaro va escudriñando en los que viven la vida persiguiendo éxitos llegando a un punto en que ya no podemos volver atrás y tal como reza parte de la canción persiguiendo un horizonte al que nunca logras llegar.
Los decibeles altos y las líricas directas y contestatarias fluyen de manera natural en un disco en que encuentro que cada pieza es parte de un engranaje muy bien armado, nada sobra, y la dinámica hace de este álbum una obra que habla muy bien del nivel que ha alcanzado la banda en ocho años rockeando a full. “El Humo de la Confusión”, “Es Tiempo de Reaccionar”, “Mil Veces Repetirán” son ejemplos de poderosa y agresiva velocidad, que recomiendo no escuchar en la carretera, podrían perder el control con facilidad.
“Volver a Comenzar” baja en velocidad, pero no pierde peso ni intensidad, con la batería marcando el tiempo con golpes duros y precisos acompañada por una destacada línea de bajo. Le sigue “Sin Actitud no hay Rock and Roll” toda una declaración de principios, en lo que se podría considerar un futuro himno de la banda.
La contingencia y críticas al sistema tienen en “Impunidad” un medio de descargas para los que vemos como el mundo se mueve en base al manejo impune de los poderosos, y “Si Yo Creo en Ti” nos lleva a pensar el mundo en base a la confianza recíproca.
La potente batería de Antonio Cuenca nos introduce en “Vivir para Ganar” demoledor corte que pone punto final a un álbum muy bien estructurado, arrollador de principio a fin, con un trabajo conjunto que refleja seriedad y mucha consecuencia, en que las líricas denotan el querer impregnar de contenido y mensajes claros y directos, sin llegar a sermonear sino que a cautivar y remover conciencias, siempre bajo el alero del más duro y maldito rock and roll.
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