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Live Review | NAPALM DEATH + SUICIDAL TENDENCIAS: Coalición Asesina

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Suicidal Tendencies | Foto Cristian Carrasco

30 de junio 2016 | Club Kmasú Premiere

Review: Freddy Veliz | Fotos: © Cristian Carrasco

La agenda de conciertos de junio finalizó en Kmasú Premiere, en una jornada con bandas cuya trayectoria y pendenciera propuesta musical aseguraban una noche demoledora, al punto de ser considerada por muchos, como un acto de alto riesgo debido a la mala costumbre de algunos de, premeditadamente, provocar desórdenes para entrar gratis. Y esta vez no fue la excepción, pero centrémonos en el show que es lo que realmente importa y nos convoca.

Dos bandas nacionales fueron las encargadas de ir abriendo el camino hacia la hecatombe musical de la que seríamos testigos. Los viñamarinos Nueva Actitud, quienes se encuentran promocionando su segunda placa de estudio, desde las 19:30 horas desataron un compacto set, mientras el público hacía ingreso al recinto. Por otra, parte la novel banda Forhaneo (nuevos como banda, ya que sus músicos tienen una larga trayectoria en el circuito), derrocharon una dosis perfecta de death metal bastante técnico, dejando una grata impresión por el fiato mostrado entre sus músicos. En esta instancia aprovecharon de lanzar su álbum debut, mientras nos iban pavimentando el sendero hacia los shows internacionales.

Con la exactitud horaria que caracteriza a los ingleses, Napalm Death sube al escenario para desafiar los extremos sonoros del metal con su impronta. Mark “Barney” Greenway quien próximamente cumple 47 años de edad, sobre el escenario parece un veinteañero, hiperquinético y con una energía avasalladora, expulsa desde su garganta los versos de cortes como “Apex Predator – Easy Meat”, “Silence is Deafening”, “Smash a Single Digit”, “Continuing War on Stupidity” o el clásico incombustible “Scum” con una ira desafiante. La banda está promocionando su álbum Apex Predator- Easy Meat, publicado el 2015 y con el que han recibido excelentes críticas tanto de especialistas como de sus seguidores, y en esa placa se basó mayormente su actuación, tal como era de esperar.

La banda se escuchó potente, sin dar extensas pausas, el tiempo fue aprovechado al máximo para inyectarnos esas dosis extremas de brutalidad, en una veintena de cortes que están creados para desafiar nuestros sentidos. Shane Embury en el bajo; John Cooke en guitarra y Danny Herrera en batería son una maquina aceitada y bien engranada, armados para pulverizarnos con la aceleración rítmica que los ha hecho amos y señores del grindcore.

En contraparte a esos momentos de agresividad sónica accionada con alevosía, Barney se dio el tiempo de expresar sus sentimientos más profundos, instándonos a vivir la vida con dignidad, e incluso -aunque haya sonado irónico entre tanto caos-  soltó un amor y paz, que cobra mucho sentido en la actualidad. Su afrenta contra el nazismo, antes de deleitarnos con el cover de Dead Kennedy’s “Nazi Punks Fuck Off”, fueron el preámbulo para la despedida con “Adversarial/Copulating Snakes”.  Un verdadero acto de demencia frenética.

Napalm Death | Foto: Cristian Carrasco

Napalm Death | Foto: Cristian Carrasco

A estas alturas el local de Blanco Encalada estaba totalmente repleto, cada rincón estaba copado al máximo, no recuerdo haber visto tal nivel de concurrencia en este recinto que se ha convertido en un verdadero templo para los sonidos extremos. El hecho de reunir a estas dos bandas, que en un principio estaban agendadas por separado, fue un real acierto por parte de las productoras que unieron fuerzas, para que esto se convirtiera en un encuentro de antología.

Por los parlantes se escuchaba el hit ochentero “Danger Zone” de Kenny Loggins, lo que contrastaba irónicamente con las ansias de ver nuevamente en este escenario a los californianos de Suicidal Tendencies, quienes esta vez llegaron con nueva formación, donde incluyen al bajista chileno Roberto “Ra” Díaz y como invitado en la batería al ex Slayer, Dave Lombardo, detalles que elevaban aún más la curiosidad de cómo funcionaría este line up, que viene girando desde hace pocos meses.

A las 22:30 horas se apagan las luces, y una estruendosa ovación recibe al carismático Mike Muir y compañía, quienes como es de costumbre estimulan el primer y masivo mosh pit con el clásico “You Can’t Bring Me Down”. Los angelinos están en proceso de producción de un nuevo álbum de estudio, por lo que no hay novedades que mostrar hasta el momento, un set de temas no muy distinto a lo que nos presentaron el 2013 en el mismo lugar, es lo que nos entregan. Sin embargo, lo que marcaba este regreso era poder constatar en vivo y en directo el desempeño de nuestro compatriota, que vive una historia como sacada de una película tipo “Rockstar”, viviendo el sueño de ser miembro de su banda favorita, un hecho que él mismo se ha encargado de contar en diversas entrevistas, confesando que este era el mejor día de su vida, y así lo reflejaba desde el escenario, la sonrisa de la cara no se la borraba nadie.

Por otra parte, Dave Lombardo, el ex baterista de Slayer, considerado siempre en lo más alto del podio de los mejores exponentes del metal, era un lujo al que no podíamos evitar quedar absortos. Qué manera de enriquecer esa base rítmica, frenética de S.T., su velocidad y precisión son una marca registrada, un sello que se manifiesta categórico cuando irrumpe con el doble bombo.

Como una aplanadora se sucedían los clásicos como “Two sided politics”, “Trip at a brain” o “War inside my head”, Muir llama a “Ra” Díaz y lo presenta al público e insta a que todos griten su nombre, imagino la emoción que debe haber embargado ese momento al músico chileno, que en un acto de patriotismo toca un extracto del himno nacional con sus cinco cuerdas graves.

El caos continuaba reinando en un público que no se detenía en sus pogos, repartiéndose por todos los sectores de Kmasú Premiere, los clásicos como “Send Me Your Money”, “Possessed to Skate” o “I Saw Your Mommy” solo alentaban a que la euforia se acrecentara minuto a minuto. La postal de “Ra” Díaz pidiendo al público separarse en bandos, para el tradicional wall of death quedará plasmada en la memoria como uno de los momentos más insanos de la velada. Una revuelta de proporciones que se vivió coreando hasta desgarrar las cuerdas vocales con “Cyco Vision”, seguida por la cristalina y poderosa “How Will I Laugh Tomorrow” y el himno por antonomasia “Pledge Your Allegiance” con la S.T. retumbando asombrosa por todo el recinto. La banda agradecida se despide, debiéndonos el encoré que todos esperaban, y que se dejó fuera probablemente por el tiempo que el recinto destina a estos eventos, además faltaban sólo minutos para la medianoche y el ambiente que se vivía por momentos se tornaba amenazante, en un show donde el sonido no fue el mejor aliado, catapultando a las guitarras casi a las sombras, y que también opacó al comienzo a Muir, quien tuvo problemas con el micrófono, el que debió ser sustituido rápidamente. Esto no fue obstáculo para generar el feedback, la empatía y la enjundia de una noche de antología.

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Noticia publicada por el área editorial.

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