Nota: reseña sin espóiler, decidí no revelar nada de información para no arruinar la experiencia de verla a ciegas.
Cuando un montajista realiza un tráiler a su favor, cualquier película se ve interesante, pero ¿es lo justo cuando se termina convirtiendo en publicidad engañosa? En este caso, sí. No porque sea lo moralmente correcto, sino porque es una mala dirección con una cinta que tiene tanto potencial por otra parte contraria a la de su promoción.
“Pandemonium: La Capital del Infierno” tenía todo a su favor para terminar siendo una representación contemporánea del infierno de Dante (“La Divina Comedia”, Dante Alighieri, 1321) para que las nuevas generaciones se familiarizaran con esta obra tan importante de la literatura universal, y por un instante, lo consigue. Representa el cielo y el infierno con sus respectivas puertas, e incluso se subentiende la representación de Dante y Virgilio adentrándose a través de las puertas al temible lugar de dolor y sufrimiento eterno, le acompañan gritos desesperados ─que el espectador nunca escucha─, un color desaturado, opaco, y un ambiente frío, de nieve y cenizas.
Parece ser que la historia sigue claramente a un protagonista, excepto que no es así. El personaje en cuestión desaparece y el director nos transporta a una historia completamente diferente, o así se siente, hasta que el patrón se repite con otros personajes, para ese entonces, el mensaje es claro para quien conoce la obra italiana: nuestro personaje principal está atrapado en el séptimo círculo del infierno.
La divina comedia cuenta con nueve círculos, a saber, el séptimo círculo es el de los violentos, contra los demás y contra sí mismos (los suicidas). Toda la historia se conecta con este espacio temporal y físico en concreto, no es un recorrido por cada uno de los círculos, el personaje quedó atrapado en uno, el que le corresponde por el crimen cometido.
Hasta ahí, todo es putrefacto de manera perfecta, la historia va enterrando sus garras sobre la psique, la trama se comienza a tornar interesante, salta la duda de si el personaje recorrerá todos los círculos o más del infierno, y no obstante, justo en ese preciso momento de querer seguir adentrándose en su recorrido… corte brusco. Un nuevo lugar, a una nueva circunstancia, y a un final que se desarrolla en menos de 10 minutos. Queda la sensación de que el director perdió su foco, o no se le permitió abordar todo lo que quiso y tuvo que recortar, pésimamente ejecutado, su rodaje a un tercio de lo que debió haber sido.
La película es interesante, muestra la maldad humana en sus diversos niveles, también la culpa, y todos los motivos por los cuales uno podría acabar en tan terrible lugar. Por ello genera un gusto ardientemente amargo tal desenlace tan pobre, abrupto y agresivo ─no en el buen sentido─. Acá evidentemente el problema fue de guion, hubo un detonante perfectamente ejecutado, deseando agarrarse al filme desde el comienzo para ver hacia dónde nos lleva lo contado, un desarrollo lento con sentido, indagando, hundiendo, profundizando de manera exquisita, y un final que causa todo lo contrario.
¿Vale la pena verla? La respuesta es sí, pero no si se asiste con expectativas de terror, de ahí la idea de que el tráiler no le hace ningún favor ni justicia. Vaya y juzgue por su cuenta, pero vaya con la intención de descifrar un misterio, de ver las pistas ─está repleto de ellas─ para entender lo que está sucediendo, de tratar de meterse en la cabeza del director y de poder comprender qué pasa por la cabeza de los cineastas franceses, pues genuinamente esto no es ninguna sorpresa, el cine francés es, ante cualquier cosa, un quiebra-normas por excelencia, y en ese sentido, lo consigue de manera magistral.
Vaya, sáquese las dudas, probablemente necesite verla más de una vez y ahí está la gracia, porque si asiste a verla como película de terror va a terminar aburrido a la media hora, pero si asiste con ganas de develar un misterio, tendrá más de hora y media de disfrute tratando de encontrar las respuestas a una historia retorcida y a una humanidad perdida en su propio dolor y autodesprecio.
¡“Pandemonium: La Capital del Infierno” se estrena este 13 de marzo en cines!
Agradecimientos a Cinetopia por la invitación
