Por @pupvlarmonster / Fotos @nelsongalaz.cl
Tras varios días ininterrumpidos de metal, llega el turno de los suecos con su power metal guerrero y electrizante. En el recinto, cuerpos en movimiento canalizando las ansias, y también, rostros que evidencian cansancio.
HammerFall no requiere teloneros. Puntuales sin dejar pasar un segundo más ingresan de manera épica al escenario, anticipando el espíritu vikingo con el que se plantan sobre él. El público deja a un costado la fatiga al son de Brotherhood, una potente elección para comenzar el show en la temática de la comunidad, algo que se vio muy presente entre los integrantes de la banda.
A pesar de los esfuerzos, el público templario no halla de dónde obtener combustible. El agotamiento es evidente, pero buscan hacerle saber a los intérpretes que no es su culpa. Con las pocas fuerzas remanentes, levantan sus puños en lo más alto entonando las melodías de Any Means Necessary, The Dragon Lies Bleeding, Hammer of Dawn, Blood Bound y Renegade, no obstante, la intensidad va disminuyendo progresivamente.
El vigor se eleva con Hectors Hymn en un resurgimiento de los caídos para rendirle honor a este clásico tan significativo. A estas alturas la imagen es constante: la primera parte de cancha salta y celebra frenéticamente; hacia atrás, el disfrute es con calma, moviendo la cabeza y los pies sin despegarlos del suelo, pero con toda la pasión ferviente que existe dentro de cada uno.
Para cuando llega el turno de Last Man Standing, los fanáticos dan todo lo que pueden, pero se sabe que el chileno es capaz de más. Aún así, la banda se encuentra impresionada por la esencia fogosa que están atestiguando.
Joacim Cans nota la debilidad, y se muestra consciente de saber que no tiene nada que ver con la recepción de su público, remarca la gratitud que siente de la asistencia a sabiendas de la extensa jornada de metal que se enmarcó esta semana en nuestro país. Ante ello, decidido a llevar la espada de la victoria, interactúa con el público durante largos minutos, buscando la forma de estimular y reanimar a los espectadores.
Su objetivo se concreta, Let The Hammer Fall se desenvuelve en un ambiente imponente permitiendo escuchar las letras recitadas al unísono. Las guitarras y la potente voz de Joacim como caballería propulsa la vitalidad para ir dando un cierre apropiado al último segmento del concierto acompañados de Glory To The Brave, Heeding The Call y We Make Sweden Rock.
Rápidamente salen del escenario con un simple ‘muchas gracias, nos vemos’. Los presentes saben que algo queda y se rehúsan a aceptar la marcha. Ecos de voces gritando ¡HammerFall! ¡HammerFall! Mientras levantan los puños inundan el teatro.
Vigorosamente vuelven a salir para presentar Hammer High y cierran con Hearts On Fire. Se despiden con una humildad que no se ve en todas las bandas con más de 30 años de trayectoria, casi como si fuese su primer concierto después de ser una garage band. Humildad que se rescata mantuvieron durante todo momento.
Además de eso, un compañerismo que constata esos 30 años de amistad, trabajo en equipo y vivencias en conjunto. Un amor por lo que hacen y hacia los otros. Múltiples headbangins en sincronía mientras tocan los instrumentos pareciendo jóvenes en sus mediados de los veinte.
En consecuencia, HammerFall entregó lo mejor de sí esta noche, como personas y también como artistas. Se destaca la empatía hacia los chilenos en su agotamiento y los esfuerzos para levantar el espectáculo. Realmente, pese a estar ya sin energías, la hora y media de clásicos se hizo corta, demasiado corta. Ello, como manifestación de que cuando un recital se hace y organiza bien, nunca se puede obtener suficiente de él.
SETLIST
- Brotherhood
- Any Means Necessary
- The Dragon Lies Bleeding
- Hammer Of Dawn
- Blood Bound
- Renegade
- Hectors Hymn
- One Against The World
- No Son Of Odin
- Last Man Standing
- Let The Hammer Fall
- Glory To The Brave
- Heeding The Call
- We Make Sweden Rock
- Hammer High
- Hearts On Fire