31 de agosto, Club Chocolate
Nota: Ignacio Araya Véliz / Fotos: Mariela Sandoval Ayala
Así podríamos resumir, en una frase, la nueva intervención musical de la banda trasandina en nuestro país. Y es que los argentinos suman otro show en donde se repasan los 30 años de carrera, 11 álbumes de estudio y ya tres de ellos publicados sin su “ex líder”, Gustavo Cordera.
Logrando pasar agosto, la banda, liderada esta vez por los dos sacristanes de la causa bersuit, “Cóndor” y “Dani” (miembros originales de la banda), se presentaba en el Club Chocolate, recinto que como es habitual, se vistió de gala para recibir a las poco más de 200 personas, que si bien no repletaron, se hicieron sentir con fuerza en el recinto del barrio bellavista, rescatando esa mística tan característica que identifica al fan de la bersuit.
Pasadas las 21 horas, los músicos ingresaban al escenario para comenzar -sin muchas vueltas- el show que repasaba casi toda su prolífica carrera musical. Comenzando con temas de su nuevo disco (La nube rosa), los 8 músicos, vestidos con su característico outfit de pijamas a rayas, pisaban fuerte la tarima y hacían explotar la sala del Chocolate, con un sonido intenso, potente y de mucha calidad.
Así, el recorrido, que comenzaba raudamente, traía a la memoria los distintos álbumes de la exitosa y fecunda carrera musical; “Perro amor explota” del álbum “De la cabeza con Bersuit Vergarabat (2002)” ,los recordados “Toco y me voy y desconexión sideral” del álbum “Hijos del culo” (2000) y por supuesto, la conocida, “Sr. Cobranza (interpretada en versión Reggae junto a la artista invitada Mariel-Mariel), llevaban la experiencia Bersuit al punto más alto de la noche, un clímax musical que nos trasladaba al auténtico carnaval latinoamericano, junto al ecléctico estilo que caracteriza a la banda trasandina.
De esta forma, se establecía la conexión con los fieles seguidores que, a esa hora, entonaban el ya clásico “olé olé olá, de la cabeza con Bersuit Vergarabat” convirtiendo, una vez más al recinto del Bar Chocolate, esta vez, en un verdadero estadio de fútbol.
Así, pasaban los minutos, y la banda, con una energía descollante, interpretaba canción tras canción, sin interrupción, haciendo del show, un espectáculo dinámico y consistente, aspecto que nos demuestra la calidad musical de los integrantes, su compenetración como banda, experiencia y capacidad de reinvención.
Y es que, -perdónenme los más ortodoxos- la figura del carismático “ex frontman” se va olvidando a partir de las excelentes interpretaciones de los dos vocalistas principales (Germán “Cóndor” Sbarbati y Daniel Suárez) y del resto de los integrantes originales, el guitarrista Alberto Valenzuela, el tecladista y voz, Juan Subirá, el baterista Carlos Martín y del maestro René “Pepe” Céspedes (bajo).
Como vemos, la banda compuesta, en su mayoría, por los integrantes originales y fundadores, logra resistir de buena manera el paso del tiempo y los roces internos, que fracturaron a la ya simbólica formación original del “pelado” Cordera, tema que se advierte, parece completamente superado.
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