17 de octubre 2017 | Club Blondie
Nota: Litta | Foto: Eugenia Fuentes – Agenda Musical
Para nadie era misterio que este show nos llevaría por un buen viaje al pasado, el mismo nombre del evento nos lo advertía, “Back To School”, ciertamente esperábamos algo modesto y no tan enérgico, como lo que realmente fue. Con un retraso considerable en el tiempo de apertura de puertas e inicio del show, que no pareció relevante para nadie puesto que la calidad de Alien Ant Farm se estableció con una autoría magistral.
Cuando ya pasábamos la media hora de espera, suben al escenario de la Blondie lo californianos, Dryden Mitchell, Terry Corso, Mike Cosgrove y Tim Peugh, con una puesta en escena perfecta que se coronó c9n un muy buen sonido y ejecución, simpatía en el desplante que incluso género momentos de diálogo y risas en el público, acompañados de un memorable setlist que dispararía éxitos de una época que yacía en el olvido y que para muchos fue una maravillosa sorpresa haber escuchado en vivo.
Temas como el clásico, Movies, que acompañó a una de las taquillas películas de la era, American Pie, el pintoresco y dedicado Tia Lupe, y un emotivo momento en donde Dryden, entregó dedicatoria a su madre y además al gran Chester Bennington, con el que para mi es su tema más lindo, el técnico Attitude. Así luego nos remontaríamos a un momento sublime de nuestra juventud que nos desenfrenaría con la siguiente pieza. Wish, y la aclaración de su participación en el magnánimo juego Tony Hawk Pro Skater 3, no enviaría derecho a nuestra adolescente esencia para finalmente cerrar la presentación con, el que para mucho es el mejor cover de la historia de Michael Jackson, Smooth Criminal.
Una apertura que en cuanto a sonido dejó una tremenda sorpresa, que nos planteó nuevamente la posibilidad de una futura visita y que como un detalle casi inexistente, nos mostró que el tiempo para AAA solo hizo cambiar el aspecto físico de su vocalista y algunos miembros de la agrupación, pero qye en cuanto a calidad vocal y en los instrumentos, siguen manteniendo el nivel que en los 90’s nos conquistó por completo.
Era tiempo de esperar a la última dosis de pasado ennla noche, nos preparábamos para esta gran espera, quizás el anuncio de la bajada de la banda nacional Lupus nos predisponía para estas demoras en el montaje, sabíamos que era un gran desafío para la productora realizar estas hazañas en el pequeño escenario de Blondie y para ser sincera fueron completamente ágiles las diligencias que no presentaron molestias por el público, ya que era todo un suceso histórico.
Se abría paso na cortina de humo y subían al escenario, Sonny Sandoval, Wuv Bernardo, Traa Daniels y Marcos Curiel, como si el tiempo se hubiera congelado, claramente se han sabido mantener estos cristianos. Con ese desplante característico que siempre manifestó el inquieto Sonny, a través de su enérgica puesta en escena que pareció echarse al hombro por completo la motivación del público.
Con un sonido no tan prolijo, que en ocasiones empañó la ejecución en las cuerdas, con un retorno saturado y la inactividad de los micrófonos que hicieron perder las segundas voces en el apañe de algunos temas, estos estadounidenses supieron nivelar la contienda y sacar a flote un show hacia un gran nivel. En donde los clásicos y la locura del público marcaron los altos de la jornada.
Una lista de temas que contempló grandes éxitos de la banda, tales como; Ridiculous, el poderoso Boom, el insigne riff de Rock the Party, un más reciente Murdered Love, y una de sus últimas creaciones, Soundboy Killa, posteriormente un tremendo momento con el himno Youth of the Nation, tema que se coreó hasta el último rincón del subterráneo.
Nos trasladábamos a esas tardes de verano, junto a Strength of My Life, Revolucion y Southtown, temas que acompañaron más de algún viaje volátil hacia los hemisferios taciturnos de subconsciente, que se vieron sellados por un tiro de gracia esperado, con el popular Alive.
Luego un encore que tendría una combinación de fulgores, junto a piezas del ayer y hoy, On Fire y This Goes Out to You, para cerrar con un prefecto broche de oro, junto al saludo y en memoria del gran Chester Bennington acompañando el mensaje del esperado Satellite.
Una noche inolvidable que a pesar de dejarnos con un sabor nostálgico, nos brindó excelentes momentos que con entusiasmo esperamos se repitan, porque claramente de estas dos joyas noventeras tenemos para regodearnos hasta que ya el tiempo liquide su energía.
