JOAN BAEZ EN CHILE
14 DE MARZO 2014 | TEATRO CAUPOLICAN
Por Freddy Veliz
Joan Báez en la década del 60s se convirtió en uno de los máximos referentes en la lucha por los derechos humanos, civiles y contra la guerra de Vietnam a través de su música fuertemente ligada al folk norteamericano. Fue musa de Bob Dylan, marchó codo a codo con Martin Luther King, fue una de las máximas figuras del mítico Festival de Woodstock, estuvo en Hanoi junto a los prisioneros de guerra de Vietnam, apoyó a las víctimas de las dictaduras latinoamericanas en los 70s, tiempo en que grabó Gracias a la Vida de Violeta Parra, realizó en 1981 su primera gira por Sudamérica, con obstáculos que derivaron en actuaciones al límite de la clandestinidad, debido a la fuerte represión que se vivía en esos años en el cono sur. Su imagen representa a una generación revolucionaria que en los 60s tenía un claro objetivo, cambiar el mundo.
En parte el mundo ha cambiado, pero las desigualdades, los abusos de poder, las invasiones territoriales siguen su curso, y Joan Báez con 73 años a cuestas continúa cantándole a los que quieren mayor justicia en sus vidas y a los nostálgicos de un tiempo que dicen fue mejor. Y así llegó a Chile, esta vez sin los problemas suscitados en esa primera visita de 1981, que quedó registrada en una grabación, entregada hace un par de días por una agrupación política, siendo aceptada con emoción por la artista. Ahora en un país que la acoge como una inspiración, recibida incluso por su amiga personal, la Presidenta Michelle Bachelet en el Palacio de La Moneda, Joan Báez regresó para realizar dos conciertos en el Teatro Caupolicán.
Con un teatro atestado de personas en gran parte, mayores de 50 años, Joan Báez subía por primera vez a un escenario en nuestro país (recordemos que en su primera visita lo hizo en una parroquia en la clandestinidad), y bajo la ovación del público, sola con su guitarra saluda y anuncia “God is God” con la frase “No soy Yo, No es Usted, Dios es Dios, no creo en las profecías”, y comienzan los acordes de esta canción original del cantautor norteamericano Steve Earle, la voz de Joan se escuchó intacta. Así la velada se fue llenando de un ambiente por momentos sobrecogedor y acompañada de dos músicos, su hijo Gabriel Harris y Dirk Powell, continuó con clásicos como “Farewell Angelina” de Bob Dylan, la tradicional mexicana “La Llorona”, “Deportees (Plane wreck of Los Gatos)” de Woodie Guthrie, “Jerusalem” o “Mi Venganza Personal” musicalización de un poema del Comandante Nicaragüense Tomás Borge, Joan Báez se comunica con un correcto español, y su set está hecho especialmente para Sudamérica.
Emocionante momento se vivió con su versión de “Te Recuerdo Amanda” de Victor Jara, coreada reverencialmente por el público, al igual con la versión de “Cálice” de Chico Buarque, la que confiesa es un ensayo para su próxima parada, Brasil.
Luego de su versión para el clásico de clásicos “The House of the Rising Sun”, después nos traslada a 1969, cuando cautiva a más de 500.000 personas en Woodstock con “Joe Hill”, los aplausos no se dejan esperar, y se acrecientan con la sublime versión de “La Cigarra” de la compositora argentina María Elena Walsh.
La sorpresa que la norteamericana había prometido días antes, se cumple e invita al escenario a Isabel Parra junto a Inti Illimani e interpretan juntos “Volver a los 17”, Báez acusa su desconocimiento de la letra, por lo que el apoyo de Isabel se hace sustancial, cantando prácticamente toda la canción. En primera instancia se había anunciado la presencia de Nano Stern, lo que no se concretó, pero igualmente Baez interpreta junto a Coulon y compañía “La Siembra” cuya letra está compuesta por el destacado cantautor nacional.
Antes de dejar el escenario la estadounidense junto a Inti Illimani nos regalan una cautivante versión de “Here’s to You” emblemática pieza con la que Báez aportó al soundtrack del film Sacco y Vanzetti de Giuliano Montaldo en 1971.
Con el clásico de Simon & Garfunkel “The Boxer” hace cantar al público con el contagioso estribillo, luego llama a Isabel Parra para que vuelva al escenario, pero la chilena no aparece, y entre risas continúa con su personal versión de la inmortal “Imagine” de John Lennon.
Con Isabel ya en el escenario, uno de los momentos más esperados y conmovedores llega con “Gracias a la Vida”, tema que lleva interpretando por 40 años y que ha potenciado el nombre de Violeta Parra por el mundo. Realmente un momento que emociona a los que concurrieron a esta cita, Joan levanta sus brazos, abraza a Isabel y se retira del escenario entre los aplausos y el público de pie. Vuelve sola, y a capella nos invita a cantar “No nos moverán” himno que sirvió de consigna a fines de la década de los 30 en plena guerra civil española, y que se convirtió con los años en una popular canción antifascista, así se despide de su público, que la ovaciona.
La voz femenina de la canción protesta de los álgidos 60s deleitó con calidez, sin demasiados artilugios, cercana y emotiva. Logra apropiarse de esos clásicos, que han hecho historia, con contenidos enraizados en la canción protesta y de raigambre social. Faltó lamentablemente “Diamonds and Rust” uno de sus emblemas, quizás la reservó para la noche de hoy, cuando nuevamente el Caupolicán apague sus luces, y se deje iluminar por las armonías y entonaciones de una de las voces más comprometidas de la música popular estadounidense.
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