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Conciertos

LIVE REVIEW | OPETH: Impecable y reivindicador regreso

Opeth-16

Opeth en Chile

Invitados: Poema Arcanvs

17 de julio 2015 | Teatro Caupolicán

 

Tercera visita de los suecos a nuestro país, y el entusiasmo por verlos no decae, algo similar a lo que sucede con cada una de sus obras, que si bien en los últimos años ha ido alejándose de la rudeza que los caracterizó en sus comienzos, siempre son apreciadas como grandes propuestas, entendidas como parte de la evolución natural de la banda. Nuevamente el Caupolicán sería testigo de esta máquina de metal con características progresivas, que tantos adeptos tiene en nuestro país, quienes nuevamente repletaron el histórico recinto de Avenida San Diego.

Para la apertura de este reencuentro, los nacionales POEMA ARCANUS, fueron la elección perfecta. Los principales referentes del doom en nuestro país, subieron al escenario puntualmente a las 20:15 horas, tal como nos habían adelantado, y con  “Raven Humankind”, comienzan  a enorgullecernos como nación metalera en un show que sonó impecable, y frente a un gran marco de público que llegó como nunca, a una hora en que pudo apreciar el serio trabajo de la destacada agrupación liderada en las voces por Claudio Carrasco, quienes nos llevaron en 45 minutos de actuación, por un compactado viaje a través de su trayectoria, revisando desde su aclamada primera placa Arcane XIII (1998) hasta Transient Chronicles (2012). Las aplicadas y oscuras atmósferas potenciadas por cambios rítmicos y quiebres que mantienen expectantes a los miles de asistentes, que no dudaron en celebrar cada uno de los cortes presentados, a niveles internacionales. Sólida presentación de uno de los conjuntos más admirados de nuestra escena.

Media hora de terminada la impecable actuación de los chilenos, aparece Mikael Akerfeldt y compañía, bajo la tenebrosa intro, extracto de “Through Pain in Heaven” original de los alemanes Popol Vuh, fetiches del director de cine germano Werner Herzog, para reencontrarse con el escenario que los ha cobijado en sus dos visitas anteriores.

Con la impecable técnica de Martin Axenrot tras la batería se da inicio a “Eternal Rains Will Come” (Pale Comunion -2014) y a una presentación que nunca bajó en intensidad, un recorrido por parte de toda su discografía, para tristeza de sus más longevos seguidores, dejando fuera solo Orchid, álbum con el que la banda debutó en 1995.

Un sonido potente y pulcro para apreciar la ejecución perfecta de cada uno de los componentes de la extraordinaria banda nórdica, nos envolvieron en una hipnótica experiencia con “Cusp of Eternity” donde la iluminación jugó un papel fundamental para crear la atmósfera propicia para su disfrute, y proseguir con el sorpresivo reemplazo de “The Drapery Falls” por “The Leper Affinity”, algo que muchos no se esperaban, y posiblemente no los dejó del todo satisfechos, lo que en mi opinión, sería una ingrata apreciación de un show sin altibajos.

Akerfeldt baja algunas notas sus growls, se capta el paso del tiempo y el desgaste de su garganta para tales efectos, lo que no afecta en gran medida su interpretación general. Además mostró una relajada faceta en la parte comunicacional, manteniendo el apoyo en el idioma, con el bajista uruguayo Martin Méndez, que aprovechó la ocasión para felicitarnos por la obtención de la Copa América, haciéndose acreedor de la aprobación de la fanaticada. Antes, nos trasladan 16 años atrás, cuando impactan con Still Life y el vuelco hacía nuevos rumbos sonoros se comenzaba a hacer patente, De esta obra eligen la extensa “The Moor” para luego llevarnos aun más atrás y de Morningrise (1996) extraer la oscura “Advent”. Uno de los instantes en que los más acérrimos a esa primera etapa de la banda, vivieron sus minutos de gloria.

Con “Elysian Woes” volvemos a su última placa, para inmiscuirnos en esas texturas mas pulcras y etéreas en que se enfrascan actualmente. Entre los gritos del público el vocalista bromea diciendo que se siente como un miembro de One Direction, lo que saca instantáneas carcajadas de los asistentes. Mikael, que finalmente fue vitoreado como Miguelito por su propia iniciativa, esto luego de que a Fredrick Akesson el público lo apodara como Peluca, un momento clave en la relación de Akerfeldt con el respetable, que no entendía el calificativo, pero al consultar con Méndez, soltó una risotada en el escenario que contagió a todos, acercando aún más la relación artista-público, el también guitarrista de los oriundos de la lejana Escandinavia, se sentía acogido por un país que siempre los espera con ansias. “Windowpane” (Damnation-2003) y “The Devil Orchad” (Heritage – 2011) continúan el recorrido por la inmensa gama de estilos que han ido desarrollando en cada una de sus obras, desde los extremos del death metal, a las elaboradas estructuras del progresivo emparentado a las atmósferas floydianas y a las intrincadas notas de King Crimson.

Idas y vueltas en el tiempo entre “April Ethereal” y “Heir Apparent”. Entre los cambios y a modo de probar el sonido, los músicos hacían guiños a AC/DC, y Mikael confesaba su admiración por Michael Denner y King Diamond de Mercyful Fate .

Antes del bis, nos vuelan los sentidos con “The Grand Conjuration” una pieza fundamental, y que conjuga toda esa diversidad de elementos sonoros que han trabajado de tan buena forma los suecos. Con la intrínseca “Deliverance” la banda se despide entre los tradicionales vítores, luego de algo más de dos horas de un show que de alguna manera, reivindica  a OPETH con sus fans más duros, esos que en su última visita no quedaron del todo conformes, por centrarse en el lado más progresivo y calmo del combo nórdico.

“”…Esta vez sí” fue una frase que agarré al vuelo saliendo del teatro, y que resume lo que significó para muchos esta vuelta de Opeth por nuestro país. Quedando de manifiesto que no han olvidado sus inicios, y que toda esa carga musical de la que son dueños, es parte de una evolución e inquietud por no quedarse encerrados en una fórmula. Una verdadera retrospectiva por la carrera de una de las agrupaciones más emblemáticas y prodigiosas del metal de los últimos 20 años. Una máquina que no se detiene, y que más temprano que tarde tendremos de vuelta para continuar deslumbrando a un público fiel y de oídos que saben procesar tan amplia configuración de ideas. Que así sea.

Review: Freddy Veliz

Fotos: Cristian Carrasco

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Noticia publicada por el área editorial.

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