24 de mayo 2016, Teatro Cariola
Review: Freddy Veliz | Fotos: Claudio Poblete
Este 24 de mayo, el Teatro Cariola se tiñó de metal noventero con la nueva visita de los finlandeses Children of Bodom, quienes regresaron a dos años de su participación junto ReVamp en el Reaction Fest, realizado en el Teatro Caupolicán. En esa ocasión el público quedó en deuda por asistencia. Pese a que esta vez se escogió un recinto más pequeño para el show, igualmente no logró repletarse. Al parecer la banda escandinava ha ido perdiendo adeptos, manteniendo solo a un séquito fiel, que se sigue entusiasmando con el show de Alexi Laiho y compañía.
A las 20:00 horas en punto, los chilenos Underneath asumen la partida de esta avasallante noche. La banda de origen capitalino que cuenta con dos discos de estudio, el último, editado hace 11 años atrás, está de vuelta en la carretera, por lo que la oportunidad de abrir a Children of Bodom les cayó como anillo al dedo para retomar fuerzas y comenzar a hacer ruido ad portas de la publicación de un nueva placa. Su show se basó en revisar parte de esa carrera que quedó pausada hace seis años, además de mostrarnos algo del ep Useless Theory (2015). La agrupación está en pleno periodo de rodaje, por lo que son comprensibles algunos desajustes captados, pero en su globalidad, conservan la actitud y el peso de su propuesta, que deambula por pasajes oscuros, densos y a veces con jugadas estructuras progresivas. El público se reservó al parecer las energías para los nórdicos, y fueron bastante fríos para recibir a los chilenos, en gran parte solo limitados a dar el correspondiente aplauso a una potente media hora de metal nacional. Para la próxima, insto al público a mostrarse más despiertos y enérgicos con las bandas nacionales, que necesitan de la efervescencia para nutrirse de energías y continuar en el ruedo.
La jornada apeló a la puntualidad. Los finlandeses justo a la hora acordada, se tomaban el escenario para una intensa presentación que comienza con “Are You Dead Yet?”. El público al parecer fue víctima de una inyección de adrenalina, ya que al contrario de lo que se vivió con los chilenos, los gritos y puños en alto se dejaron oír y ver por toda la cancha del histórico recinto, estos se mantenían en alto hasta que se escuchan las sirenas que anuncian el segundo corte de la velada, la veloz “In your Face” comenzaba a ensordecer a la audiencia.
Un detalle que fue mejorando con el pasar de los tracks, fue la poca claridad con que se oía la voz de Laiho, tapado por un muro indestructible de guitarras, que sumado a la base rítmica nos fueron sumiendo en una demoledora experiencia, donde las atmósferas creadas desde el también poco nítido teclado, van lineando un show sólido, con ejecuciones a la altura de la trayectoria de los europeos, que han sabido de glorias y también de momentos bajos, lo que les ha costado ir perdiendo muchos de sus antiguos seguidores con el paso de los años.
Children of Bodom llegaron esta vez promocionando su última placa de estudio titulada The Worship Chaos, publicada en octubre del 2015, y de la que extrajeron tres cortes: “Morrigan”, “I Hurt” y la que da título al disco. Todas muy bien recibidas, casi como si de clásicos se tratara.
Veloces riff, densas estructuras y las exigencias musicales que cumplen con los cánones que el metalero promedio espera de un espectáculo del género, son la tónica del acto infernal de la agrupación, cuyo encasillamiento dentro de un estilo de metal definido, es difícil de afrontar con plena seguridad.
El público que ocupaba algo más de la mitad de la cancha y la platea, enriquece gran parte del espectáculo con sus constantes coros, alzando en masa los cuernos con sus puños, demostrando sapiencia respecto a la carrera de la banda.
Todo se desarrolló de manera normal y en orden, salvo por la imprudencia de un chico que osó saltar de la platea, quedando lesionado en el suelo, debiendo recurrir cuerpo de emergencia dispuesto en el teatro para atenderlo. Ojo con esos actos irresponsables, que además de causar daños personales, podrían igualmente afectar a terceros.
Con el triplete “Children of Decadence”, “Kissing the Shadows” y “Downfall”, el conjunto se despide de un público que desató una furiosa recepción a esta banda que no da pie atrás, y contra cualquier crítica, continúan ofreciendo shows que mantienen la intensidad siempre en alto y una absoluta veneración al caos.
[gmedia id=410]
