¡Vaya que nos hace bien la música! Cuántas vidas ha tocado e, incluso, salvado. Si es que existe una institución en Chile que sabe acerca del poder de la música a través de la historia, son Los Jaivas, quienes han construido una trayectoria impecable desde hace casi 60 años, y que, a través de su fundación, han ayudado de forma importante a contribuir en la difusión y el desarrollo musical. Hoy en día, una de sus actividades es la de apoyar a niños y jóvenes en su crecimiento musical, otorgando una beca para la gran School of Rock, institución que enseña a tocar música a la vez que te diviertes, compartes con compañeros, junto a un selecto y animado grupo de profesores.
Conversando con Mario Mutis, bajista histórico de Los Jaivas, podemos descubrir más acerca de esta función, acerca de sus motivaciones, además de la música y actividad de su banda madre. Con nosotros, una voz autorizada y leyenda de la música chilena. Lean y disfruten.
– Hola Mario, es un gusto poder conversar contigo. ¿Ha estado muy lento el retorno a las actividades presenciales?
– Mario Mutis: La falta de aforo nos ha complicado, en el tema de conciertos masivos, eso nos ha complicado harto. Hay poco trabajo, poca actividad.
– Respecto a La Fundación Cultural Los Jaivas. ¿Desde cuándo existe?
Mario Mutis: La idea partió hace muchos años, antes de que muriera el Gato. Teníamos unas ideas maravillosas por ahí por el año 2001, 2002, pero justamente cuando estábamos listos para partir, con la personalidad jurídica y todo, pasó lo del Gato, que se le ocurrió partir de este mundo, y no nos quedaron muchas ganas de seguir, siendo que veníamos con unas ganas arrolladoras. Nos quedamos dando bote, empezamos después a desarrollar lo que se pudo llamar fundación cultural, en donde la misión principal es preservar, desarrollar y dar a conocer la música de Los Jaivas, su obra y cosmovisión, pero también aportar en proteger la cultura e identidad latinoamericana, aportar un granito de arena para que América del Sur sea un lugar de encuentro y hermandad.
Hemos hecho hartas cosas, una de ellas es esta beca. Nosotros hacemos las animaciones escolares, un nombre que nació en Francia, en los años 80. Lo seguimos haciendo en Chile, les mostramos ritmos a los niños, los hacemos cantar con nosotros, los subimos al escenario y los motivamos, pero no se puede hacer por la pandemia. Entonces, con School of Rock inventamos esto de hacer un curso online para aprender instrumentos, y esto permite a niños de 12 a 17 años acceder, ya que son niños de lugares lejanos. Es el tercer año ya, hemos aumentado y perfeccionado el curso. Espero que sigamos por muchos años más, ya que aparte de la lejanía, hay niños que por familia no tienen la posibilidad económica de acceder, y se compran o consiguen un instrumento. El resultado ha sido fantástico.
– Respecto a este tipo de instancias. ¿Cuál ves que es la importancia de la formación musical en las personas y en los niños, sobre todo?
– M: Hay un tema fundamental, hemos hecho estudios, consultado estudios al respecto en varias universidades del mundo sobre qué significa este acceso a la música. La beca no tiene como objetivo que sean músicos profesionales, sino que se acerquen y tengan esa experiencia, ya que les significará mucho en su formación integral como personas. Lo más importante es que la música te hace desarrollar regiones del cerebro que otras disciplinas no hacen. Por otro lado, aporta en tu personalidad, seguridad, tolerancia al tocar con más gente, esperar a otros o ponerse al nivel de otros. Todo esto es positivo para el ser humano en general. Todo ser humano debiera al menos acercarse al mundo de la música, esto finalmente los hace mejores personas.
– El mismo School of Rock tiene programas para adultos, el tema de la música es beneficioso para todos y en la pandemia hemos visto un deterioro de la salud mental, en donde la música y la cultura han ayudado a mantenernos cuerdos.
– M: Sí, la música siempre es beneficiosa, ya sea acercándose a tocar un instrumento o escuchar música, que crea un sentimiento, te calma, te da energía, te ayuda en todos los aspectos, por eso es fundamental para el ser humano.
– Al salir de la pandemia ha habido cierta reactivación cultural. ¿Qué han visto de positivo y negativo al respecto?
– M: Por un lado te da una cierta esperanza de un mundo más normal. Volver a tu camino, a trabajar, a tener tus relaciones, tener una vida más normal que en los últimos tiempos, sobre todo en niños y jóvenes, en donde ha sido desastroso psicológicamente. Los adultos lo demuestran menos, pero en un colegio se nota la agresividad, rabia, impotencia, la falta de atención, cariño, relaciones sociales. Ojalá que este regreso, que aún es una normalidad coja, avance y ayude. Espero que sigamos avanzando y no se retroceda porque sería desastroso. Ya hubo una dictadura que nos dejó sin poder hacer muchas cosas en cultura y arte, ojalá que esta pandemia no sea algo que nos deje huellas para toda la vida, sobre todo en los más chicos.
– No todos los que aprenden un instrumentos se dedicarán a ello profesionalmente, pero para los que si quieren seguir por ahí. ¿Cómo ves el camino hoy en día para dedicarse a la música en Chile?
– M: Dedicarse a la música es una decisión, por decirlo menos, osada. En Chile, que es un país chico, con poco mercado, pocos lugares para tocar, hay limitaciones importantes. Lo bueno es que con la tecnología que existe, cualquier persona que se interese puede aprender a tocar, o de historia de la música. Se pueden hacer grabaciones en casa, experimentar. Antiguamente eso no se podía hacer. Hoy es más barato, se puede escuchar música de todos lados del mundo y de todos los estilos. Antes, acceder a ese conocimiento era súper difícil, ni en las bibliotecas la especialización era mucha. A través de los amigos se accedía a discos o libros pero era difícil. Hoy se accede de mejor manera gracias a san Google. Ahora, para dedicarse a la música, tienes que tener una decisión y empeño importante. No es lo mismo tener una banda en Estados Unidos que en Chile, Perú, es como nacer en cuna de oro o nacer en una población. Hay que salvar muchos obstáculos para llegar a tener una vida decente.
– Ha habido muchas situaciones e que Los Jaivas han experimentado o tocado en circunstancias inéditas. Está Machu Picchu, la Antártica, recitales con audífonos. ¿Hay más ideas o algo en que estén embarcados pensando en experimentar?
– M: Nos gustaría que nos inviten a hacer el primer concierto en la luna, pero aún no hay respuesta jajajaja. La verdad es que uno siempre tiene que experimentar y buscar cosas nuevas, tanto en la creación, la grabación, por ejemplo cuando grabamos los primeros discos, grabábamos por supuesto de forma análoga, habían dos pistas y para poder hacer las grabaciones, grababas en ambas pistas, después las empaquetabas mezcladas a otra pista, agregándole después otra pista y así ibas haciendo los montajes. Era difícil. De repente pasaba que la aguja que te marca en la grabación se pasaba al rojo, a un extremo, el ingeniero decía “no, nos estamos pasando al rojo, no se puede hacer eso, habrá una distorsión” y nosotros le decíamos que la deje, que después se escuchará de otra manera. Al final nos encontraban razón, después en la masa, esa distorsión desaparecía y quedaba una especie de efecto, era entretenido. Si escuchas las grabaciones no te das cuenta de esas cosas pero rompíamos los moldes, las reglas son para romperlas y hay que seguir con eso toda la vida.
– ¿Alguna novedad respecto a música nueva de Los Jaivas?
– M: Es difícil. Tenemos miles de cosas, siempre tenemos una grabadora. Hay una cantidad grande de esas grabaciones, pero las cosas están complicadas, por pandemia, por los estudios, y también porque hoy el mundo gira a una velocidad impresionante y cada vez más rápido. Eso ha alterado la vida en general, la concepción de cómo se dan las cosas ha cambiado, uno ya no toma tecito a las 5 de la tarde, conversando, hoy se corre todo el día y eso afecta también a la creación, no hay espacio suficiente, la vida es una vorágine y uno se desespera un poco. Yo añoro cuando nos encerrábamos en un lugar y en dos meses sacábamos un disco nuevo, ahora es imposible, no sé por qué, pero no se puede. Para que hablar de las pérdidas en la parte creativa, Gato, Gabriel, Eduardo que ya no puede subir a tocar. De los miembros originales quedamos dos, es como si a un atleta le cortas una pata, ya no puede funcionar igual ni trabajar de la misma forma. La vida muta, las condiciones también, no funcionamos con el tema tecnológico tampoco, nos gusta tocar en una sala de ensayo, grabar ahí, conversar, no con pantallas, que es más impersonal y frío. Hay muchas dificultades.
Claro en sus apreciaciones, y con una experiencia difícil de encontrar, Mario Mutis nos deja muchos mensajes a los cuales podemos darles una vuelta, sobre todo en este mundo acelerado en que vivimos.
Atentos con la beca de la Fundación Los Jaivas, las bases las pueden encontrar en el sitio web fundacionlosjaivas.cl, y el plazo para registrarse es hasta el domingo 4 de septiembre.