Por Freddy Veliz
El 2009 Trent Reznor anunciaba el cierre en su etapa junto a Nine Inch Nails, un cierre que el mismo dejó entrever no era definitivo, y que cualquier cosa podía suceder a futuro, pasaron cuatro años en que si bien NIN estaba en un receso, Reznor nunca dejó de trabajar, colaborando en soundtracks e incursionando en la música para video juegos. El 2012 ya nos anunciaba que estaba componiendo para una posible vuelta de su banda estrella, y este regreso inminente se hace realidad con Hesitation Marks, según la cronología numérica de NIN sería su Halo 28 y octavo disco de estudio.
Hace rato que Trent no es el mismo hombre perturbado y depresivo que explotaba en ira en temas como “March of the Pigs” o “Wish” de The Downward Spiral” y “Broken” respectivamente, dos importantes hitos en su carrera. Su vida en pareja y exitosa carrera ha hecho cambiar la mirada hacia un espectro algo menos negro de la vida, sin perder en todo caso, los aires de oscuras atmósferas en el sonido de la banda.
Hesitation Marks, término cuyo concepto se utiliza para definir las heridas autoinfligidas ocasionadas por personas en estados depresivos, se nos venía adelantando desde el 6 de Junio de este año cuando se presenta el primer single, titulado “Came Back Haunted” promocionado además con un video dirigido por el genial cineasta David Lynch (Blue Velvet, Lost Highway, Dune, etc), el tema en sí sigue los patrones electrónicos e industriales característicos de NIN con toda la esencia de Reznor puesta en la voz, bajo una rítmica bastante contagiosa y que no se sale de los estándares que se vienen apreciando desde With Teeth del 2005. A este single, le siguió la publicación de “Copy of A” y “Everything”. A estos adelantos, le sumamos la increíble presentación de la banda en la última edición de Lollapalooza Chicago.
Las fechas de lanzamiento de Hesitation Marks se anunciaban para el 2 y 3 de Septiembre en Uk y USA respectivamente, pero por la red pudimos adelantarnos y apreciar en su totalidad esta nueva obra de los clavos de nueve pulgadas.
El álbum comienza con “The Eaters of Dreams” una intro de menos de un minuto que bajo voces distorsionadas se une a “Copy of A” el segundo single, que con bases electrónicas producidas por el Swarmatron, sintetizador análogo de reciente data, y que Reznor también utilizó en la banda sonora del film The Social Network, acompañado del afamado programador Atticus Ross, creando una intrincada atmósfera.
Continuamos con el que sería el primer single promocional “Came Back Haunted” y la introspectiva “Find My Way”. Un beat pegajoso acompaña a la inconfundible guitarra de Adrian Belew (King Crimson, David Byrne, David Bowie) en “All Time Low”, y “Disappointed” mantiene las bases electrónicas bajo atmosféricos y oscuros pasajes, la crudeza en el sonido de “Everything” nos acerca en algo al NIN que juega con los límites entre la canción pop y la dureza de una guitarra mas agresiva, lejos de los puntos extremos de la primera mitad de los 90s, podríamos aseverar que nos encontramos frente a uno de los puntos más punzantes del disco.
“Satellite” sigue el camino en función de los sonidos y beats electrónicos, ideal para seducir bajo un trance bailable. Con “Various Method of Escape” volvemos a sentir el rasgueo sucio de las guitarras, siendo transportados por la hipnótica voz de Reznor.
De los percutivos y sincopados ritmos de “Running” pasamos a “I Would for You” que matiza con las tradicionales y distorsionadas guitarras que se fusionan en una envolvente pared sonora, formula patentada a lo largo de la carrera de NIN, concluyendo con un teclado que se une a “In Two” el doceavo tema de la placa. Voces enfrascadas en una catártica melodía en base a ritmos disonantes es uno de los cortes que se salen de la estructura general del disco.
Para el final “While I’m Still Here” es materializada en base a un loop de batería que nos introduce en una fina y delicada melodía, cuyos aderezos en guitarra son aportados por el guitarrista Lindsay Buckingham de los legendarios Fleetwood Mac, el sonido de un saxo se entremezcla con el loop del comienzo, y este a su vez se bifurca hacia “Black Noise” para poner fin, bajo una maraña sonora, a este esperado regreso de una de las agrupaciones, o mejor dicho, de uno de los artistas más prolíficos, creativos e influyentes de fines del siglo XX y de lo que va del XXI.
En resumidas cuentas Nine Inch Nails vuelve con un disco que no busca romper con las directrices de lo que venían haciendo hace cinco años atrás, mas bien lo entendemos como la continuidad lógica dentro del crecimiento y cambios obvios en un artista que ya se encumbra en los 48 años, y su vida a sufrido cambios sustanciales, los que se ven reflejados en su obra. Para los que esperan encontrar en Hesitation Marks, la agresividad y rudeza de The Downward Spiral o las distorsiones sonoras de The Fragile, no se hagan falsas ilusiones, pero ojo, que la esencia no se ha perdido, y las exquisitas capas, los seductores recovecos rítmicos y los matices se desarrollan satisfactoriamente, en un álbum que se deja escuchar sin complicaciones.
Características extras son las diferentes portadas elegidas para los distintos formatos de lanzamiento, además de la edición de lujo que contiene tres bonus tracks con remezclas de “Find my Way”, “All Time Low” y “While I’m Still Here”.
Después de la elogiada presentación de Nine Inch Nails en Lollapalooza Chicago, los rumores de una posible inclusión en el cartel de la edición Santiaguina el 2014 del prestigioso festival han sido fuertes, esperemos que esos rumores se hagan realidad y podamos tener de vuelta en Chile a uno de los músicos más importantes de los últimos 25 años.
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