Por Freddy Veliz
Stratovarius a comienzos de los 90, fue un referente obligado, sino el principal, de la corriente del power metal, iniciado por Helloween en los 80, y uno de los responsables de elevar a las posiciones de elite a los finlandeses, fue Timo Tolki, quien después de 20 años como una de las principales mentes creativas abandona la agrupación el 2008, dejando a la banda a la deriva en un futuro incierto. Ya han pasado cinco años del hecho y Stratovarius ha dado señas de que tienen cuerda para rato y Timo Kotipelto junto a su compañero Jens Johansson siguen dando la pelea, y en febrero recién pasado publicaron su tercer disco sin Tolkki, el que titularon NEMESIS, y que los trae nuevamente a Chile este 24 de Mayo.
“Abadon” es el corte que da inicio a la placa, con una poderosa intro desde los tambores ejecutados por el debutante Rolf Pilve, para luego acelerar a fondo en una hecatombe de riffs, coros épicos y la voz de Kotipelto desafiando los años de trayectoria con una performance de lujo. Un corte que en vivo debiera dejar varias cabezas dadas vuelta. Luego de esta muestra de velocidad a toda prueba, el track list continúa con “Unbreakable”, un cambio estructural en 360 grados, comenzando con el teclado de Johansson al borde del más exitoso hit electrónico. El tema fue el escogido como primer single promocional, lo que está a la vista al dejarse llevar por la pegajosa rítmica y coros que se quedan en los oídos por bastante rato después de terminado el corte.
“Stand my Ground” potencia al anterior con una estructura bastante cercana, un gancho comercial, pero no menos efectiva ni potente, lo que se mantiene en “Halcyon Days”, destaco a Matias Kupiainen como un excelente aporte en las guitarras que suenan versátiles en todo el disco, paseándose entre los clichés del power metal y los más brutales riffs del speed o el thrash, creando una amalgama realmente potente.
“Fantasy” comienza con una espacial intro de Jens Johansson, que deriva hacia una hard rockera base guitarra-batería-bajo. Otro tema ganchero, con los tradicionales coros haciendo de los estribillos una experiencia épica y contagiosa. Sonidos épicos que se manifiestan en mayor medida en la “Out of the Fog”, que comienza con una marcha que introduce a una exquisita mezcla de sintetizadores, guitarras y la incansable base de batería a dos bombos, para mí, uno de los momentos altos del álbum, con Kotipelto cantando como en sus mejores años.
Un piano clásico nos introduce junto a la voz de Timo Kotipelto a la mid-tempo “Castles in the Air”, otro de los cortes a destacar, se sale de lo tradicional, sin abandonar el sello característico de los fineses con esos coros que se han hecho una marca registrada para Stratovarius. Matías nos regala un solo en la mitad para ponerle algo más que atención.
Nuevamente los guiños electrónicos se presentan con la introducción de Jens Johansson para “Dragons”, corte de su autoría, que nos traslada a los momentos más clásicos de la agrupación.
Kupiainen con un directo y sucio riff nos invita a “One Must Fall” tema de su completa autoría, con una estructura sincopada, en que los ritmos no se mantienen, sino que van en constante cambio en el transcurso de una pieza que flirtea con lo progresivo. Otro de los que se ganó un lugar entre mis preferencias del álbum.
“If the Story is Over” en tono de balada, es la encargada de bajar las revoluciones, y dar un respiro a la voz de Kotipelto, quién se luce con su sentida y expresiva interpretación, una pieza de gran factura con muy buenos arreglos, con los ingredientes necesarios para ser aprobada como un acierto dentro del disco. Las baladas siempre son necesarias para contrarrestar y dar matices a las producciones.
“Nemesis” es el corte que pone el punto final, la marca registrada de Stratovarius nuevamente se hace presente, y los arreglos de guitarra y teclados, con los tradicionales coros hacen de las suyas para dejar en claro que la banda sigue viva, y queda más que demostrado en una placa que no defrauda, y si algún fanático así lo piensa, es que no tiene la apertura de oídos suficientes para reconocerlo. Cuando Timo Tolkki se retiró, muchos dieron por muerta a la agrupación finlandesa, pero con las últimas producciones, en especial Nemesis, no hay que ser tan expertos para darse cuenta que, como reza el dicho popular “no hay mal que por bien no venga”, y los nuevos aires que viven los dirigidos por Kotipelto y Johansson así lo demuestran, sonando frescos, con ideas nuevas y muy buenos aportes de los integrantes más nóveles, quienes se la juegan incluso desde la composición.
Tarea cumplida de los fineses, un desafío tan épico como sus creaciones.
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